El presidente Mauricio Macri llegó a Rosario para darle el último empujón a la campaña de los candidatos de Cambiemos a concejal, Roy López Molina, y a diputado nacional, Albor Cantard. Ante unas 4.000 personas que colmaron el estadio cubierto de Provincial, el presidente y sus candidatos llamaron a los rosarinos y santafesinos a “sumarse al cambio que eligió la Argentina”. También instó a los legisladores provinciales y al gobernador Miguel Lifschitz a adherirse a la polémica ley de ART, rechazada por los gremios.
El marco fue bien al estilo del PRO. Un escenario en el centro de la cancha de básquet, una pantalla gigante con propaganda oficial y cantos totalmente inhabituales en actos políticos. De las trompetas de la barra amarilla salían las melodías de los hits del momento: el Despacito de Luis Fonsi y el Felices los Cuatro de Maluma animaron la jornada. No hubo un maestro de ceremonia, sino que los oradores se presentaron uno al otro.
A diferencia de otras presentaciones del presidente en Rosario, las protestas fuera del estadio cubierto fueron menores. Esto puede responder al riguroso operativo de seguridad.
Macri fue el encargado de cerrar el acto en el que también hablaron el diputado nacional Federico Angelini, el intendente de Santa Fe José Corral, López Molina y Cantard.
Tras el saludo con la primera fila del escenario –conformada principalmente por candidatos de las distintas ciudades y pueblos de la provincia–, Macri comenzó con sus habituales alusiones al fútbol. Valoró estar “en la ciudad del mejor jugador de todos los tiempos” (por Lionel Messi) y chicaneó a los hinchas de Rosario Central: “Es la última vez que nos ganan (a Boca) en la Copa Argentina”.
Lo que en gran parte del país es interpretado como un chiste, en Rosario es cosa seria. Su viveza le costó algunos abucheos, sobre todo porque antes había nombrado al Coloso al hablar de “salir a la cancha grande”. Rápido se dio cuenta. “O al Gigante”, la arregló.
El tramo más ideológico de su discurso estuvo cuando pidió a los legisladores provinciales y al gobernador Miguel Lipschitz que Santa Fe adhiera a la cuestionada ley de ART.
Indicó que los juicios laborales “destruyen a las pymes”, sin nombrar la caída del consumo, las importaciones y el aumento de las tarifas. Esta vez no cargó contra los sindicalistas, pero sí contra los abogados laboralistas “Hay que evitar que estos vivos, esta mafia de los juicios laborales destruyan las pymes”, dijo.
“Subir a Santa Fe al cambio”
El primero en aparecer en el escenario fue el diputado nacional Federico Angelini. El presidente del PRO santafesino lanzó lo que se entendió como una chicana para Jorge Boasso: “Cantard es nuestro único candidato en la provincia de Santa Fe, que nadie se confunda”.
A la espera de los postulantes, el intendente de Santa Fe José Corral también tomó el micrófono e intentó adelantar la tapa de los diarios. “El título debe ser: «Santa Fe se subió al cambio»”, dijo.
El grito de “si se puede” se hizo más ensordecedor cuando aparecieron los dos candidatos y con Macri tuvo su clímax. López Molina intentó hablar de Rosario, pero la inminente presencia del presidente lo llevó al escenario nacional. “Este es un gobierno que escucha y dice la verdad. El 22 de octubre no sólo elegimos candidatos a concejal y diputado nacional, sino que vamos a subir a Santa Fe al cambio”, expresó.
El discurso de Roy fue el más breve. Inmediatamente se dio paso a Nicky Cantard, el único que hizo mención a la deuda que la Nación tiene con Santa Fe: “Los diputados nacionales vamos a ser el nexo entre el gobierno nacional y la provincia para que lleguen a un acuerdo por esta deuda que generó el kirchnerismo”.
«Hay que ganar para evitar que se le ponga un freno de mano al gobierno de Macri”, arengó en el final.