El presidente Mauricio Macri ratificó ayer a los ministros de su gabinete y resaltó que “lo central del aprendizaje de 2016” fue “entender que esto es un proceso”, ya que reconoció que “la ansiedad despierta expectativas”.
“Estoy contento con el equipo como esta funcionando”, sostuvo el mandatario al cerrar en la ciudad balnearia bonaerense de Chapadmalal la jornada de trabajo del gabinete nacional, al tiempo que destacó que “la coordinación y el esfuerzo compartido son los que dan resultados y no los esfuerzos individuales”.
Luego de encabezar durante tres días la jornada de trabajo que se realizó en el complejo turístico de Chapadmalal, el jefe del Estado celebró que “se han logrado cosas importantes este año”, entre las que destacó “volver a relacionarse unos con otros dialogando, escuchando y respetando”.
“Que el que gobierna, más que creerse servidor público, se crea dueño de lo público es algo pésimo, denigra el valor de la política, de la convivencia”, agregó el líder del PRO en conferencia de prensa junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Asimismo, en el balance de su primer año de gestión al frente de la Casa Rosada, Macri festejó “haber sincerado todas esas bombas que habían dejado en la economía”, hecho que consideró que “fue la base para estar listos para crecer después de cinco años”.
Al mismo tiempo, el presidente subrayó que le “preocupa” interpretar “la vocación de cambio de los argentinos” y llamó a “no tenerle miedo a la corporaciones, ni esos poderes de aquellos que quieren conservar espacios de privilegios”.
“Lo central del aprendizaje de 2016 es que hay que entender que esto es un proceso, un camino de cambio que requiere del esfuerzo de cada argentino, pero que precisa de tiempo. Hay que saber manejar lo tiempos bien y en la ansiedad uno se equivoca con el tiempo”, reconoció, en alusión a las afirmaciones al comienzo de su gestión sobre la reactivación económica en el segundo semestre.
Y agregó: “En la ansiedad uno también de golpe despierta más expectativas de la que debe. En eso uno tiene que controlarse”.
Finalmente, el presidente resaltó que “cualquier atajo” puede llevar a la Argentina a “volver a darse la piña”.
“Tenemos que entender que cualquier atajo que queramos tomar nos vamos a volver a dar la piña. Este camino es uno de un ladrillo arriba del otro, que genere previsibilidad, coherencia, que fortalezca la confianza”, afirmó.
Y concluyó: “Nos tenemos que alejar de los líderes mesiánicos que generarían un cambio increíble o los superministros”.
En terapia intermedia
El jefe de Gabinete Marcos Peña comparó, a un año de la gestión de Cambiemos, el funcionamiento del país con el de una persona que, “después de una larga fiesta, va al chequeo médico, la internan y termina en terapia intensiva”.
En declaraciones a un matutino porteño, el funcionario precisó: “Es como si el 10 de diciembre, después de una larga fiesta, fuimos al chequeo médico y nos internaron en terapia intensiva con un montón de cosas. Obviamente no es lo mismo que si te agarra un infarto. Pero ya estamos saliendo de terapia intermedia”.
“De la misma manera que nos preguntaban hace un año: «¿Se podrá salir del cepo?», y decíamos: «sí, se va a poder, sin una gran crisis», ahora nos preguntan: «“¿Se va a reactivar?», y sí, se va a reactivar, porque se están tomando las medidas necesarias”, finalizó.