El cimbronazo que generó la sorpresiva victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015 continúa derramando tinta. El historiador e investigador del Conicet Ezequiel Adamovsky analiza en su libro El cambio y la impostura el triunfo electoral de Cambiemos a partir de su crecimiento ante “el agotamiento de la propuesta del kirchnerismo”, al que, según dijo a El Ciudadano, “le robó la bandera del cambio”.
El doctor y licenciado en historia divide su análisis en dos partes. Por un lado explica cómo el PRO “robó” al proceso conducido por Cristina Kirchner una de las fortalezas que construyó desde 2003: la de presentarse como una fuerza política de cambio.
Esa palabra fue repetida hasta el hartazgo por Macri en la campaña presidencial, donde el kirchnerismo, con su candidato Daniel Scioli, se presentaba, según Adamovsky, como “una fuerza conservadora en el sentido más literal del término”. “El eje de la campaña (del Frente para la Victoria) fue conservar lo conseguido más que profundizar el cambio”, dijo.
En la segunda mitad, hace énfasis en “el proceso de cambio cultural que implica el macrismo”. Lo que pareció ser un eslogan de campaña, para Adamovsky tiene su contenido: “Supieron adaptar este programa de derecha y neoliberal porque no es igual que el de los años 90. Plantean una visión en la que el Estado tiene un lugar en una comunidad más o menos conectada a través de la figura del emprendedor”.
“El gobierno tiene una visión de país, lo que no implica que tenga un plan organizado para llegar a ese país. Hay falta de preparación e improvisación, pero tienen en claro cómo les gustaría que fuese la Argentina”, analizó el doctor en historia.
—El libro dedica un capítulo a la muerte del fiscal Alberto Nisman como una de las claves del triunfo de Cambiemos. ¿Tan influyente fue ese episodio en el electorado?
—Nadie sabe cómo murió Nisman, sin embargo se instaló muy rápido la versión de que fue asesinado por el gobierno. El caso Nisman permitió un encuentro entre operadores mediáticos, figuras de la política y de la colectividad judía para convertir a una persona muy turbia como Nisman en un héroe de la república. Esto fue utilizado como un arma electoral muy eficaz.
—¿Fue determinante el voto de rechazo al kirchnerismo?
—El kirchnerismo generó niveles de rechazo muy importante, en algunos casos merecidamente y en otros no. Hubo malas políticas del gobierno anterior y estilos desagradables, por lo que parte de ese rechazo está justificado y fue muy bien capitalizado por Cambiemos. En la medida que no haya una alternativa que pueda ser percibida como mejor, el gobierno va a estar tranquilo y tendrá la posibilidad de perdurar, a pesar del empobrecimiento que está generando en la población.
—¿Qué rol juega la posverdad en el gobierno de Macri?
—Han llevado la posverdad o mentira pública a un nivel de organización y sofisticación que no habían visto antes. Los gobiernos anteriores, cuando tomaban una medida de efectos negativos, salían a justificarla y defenderla. Este gobierno directamente niega haber tomado la medida. La mentira es muy visible en figuras públicas importantes. A esto se suman la maquinaria de divulgación de noticias falsas en las redes sociales y los medios de comunicación, que vienen operando sin ningún sentido de veracidad.