Con la ausencia anticipada del santafesino Miguel Lifschitz, el presidente Mauricio Macri recibirá este martes a los gobernadores para avanzar en su objetivo de lograr un proyecto de presupuesto de consenso que le permita sortear sin inconvenientes la instancia del Congreso. La reunión presidida por Macri cierra un ciclo de negociaciones entre funcionarios nacionales y provinciales iniciado en plena corrida cambiaria. En la Casa Rosada hay optimismo, aunque los gobernadores comenzaron a despegarse del ajuste.
A las 17, Macri presentará ante los gobernadores el trazo grueso del presupuesto 2019 que enviará el viernes al Congreso. La ambiciosa meta que se trazó la Nación es llegar al equilibrio fiscal el año próximo para acceder a un adelanto del préstamo acordado con el FMI. Para ello, Nación y provincias negocian por estas horas recortes y compensaciones: el gobierno central apunta al “déficit cero”, pero los gobernadores no quieren que sea a costa del desfinanciamiento de las provincias.
El gobernador Lifschitz viajó este lunes a Estados Unidos y no participará del encuentro. Antes de irse, dejó en claro su rechazo al programa económico de Macri: “No quiero ser socio del ajuste”. El vicegobernador Carlos Fascendini tampoco irá a Buenos Aires. La provincia de Santa Fe estará representada por los ministros de Gobierno Pablo Farías y de Economía Gonzalo Saglione.
El gobierno santafesino cuenta con un solo referente en el Congreso: el diputado Luis Contigiani. Pero la Casa Gris le envió un mensaje al resto de los legisladores que representan a la provincia. A través de una nota firmada por Fascendini, en su carácter de presidente de la Cámara de Senadores de la provincia, se informó a los diputados y senadores nacionales “el enérgico rechazo” del Senado –aprobado el último jueves mediante un proyecto de declaración– a los ajustes anunciados en las últimas semanas por el gobierno nacional.
En esa nota, Fascendini señala “que se perjudica a la provincia de Santa Fe en el orden de los 5.000 millones de pesos” por la eliminación de subsidios al transporte y los servicios públicos, a lo que se debe sumar la eliminación del Fondo Sojero que para 2018 representaba unos 2.200 millones de pesos para Santa Fe, de los cuales ingresaron efectivamente algo menos de 1.400 millones.
En nombre de los senadores que representan a los departamentos de la provincia, Fascendini les pidió a los legisladores nacionales “que actúen en consecuencia en defensa de los intereses de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de esta provincia a quienes representan en el Congreso de la Nación”. En otros términos: que rechacen los recortes de recursos que corresponden a la provincia.
Metas incumplidas
El primer programa firmado con el FMI en junio ya “quedó viejo” tras la corrida cambiaria y la devaluación de agosto. La primera meta aceptada por la Argentina fue reducir el déficit fiscal del 2,7% del PBI al 1,3% en 2019, pero ahora el gobierno de Cambiemos dejó de lado esa meta y propone llegar a una situación de equilibrio el año próximo.
Para ello, del recorte inicial de 300 mil millones de pesos del gasto público se pasó a una nueva meta que implica una poda de 500 mil millones (de los cuales 100 mil millones corresponden a fondos provinciales) y, además, la restitución de retenciones para mejorar los ingresos fiscales.
En paralelo, la Nación negocia con las provincias algunos cambios sobre el Pacto Fiscal firmado en 2017. Entre ellos, dejar sin efecto el traspaso de la tarifa social eléctrica a las provincias y la suspensión de la rebaja de Ingresos Brutos, una medida que implicaría una mayor recaudación para las provincias. De ese modo se compensarían, al menos en parte, los recortes que prevé la Nación. De todos modos, los detalles finales del proyecto de presupuesto recién se conocerán cuando el presidente los revele ante los gobernadores y funcionarios provinciales.
Miradas diferentes
Los gobernadores peronistas tienen miradas diferentes sobre el plan económico de Macri, pero en líneas generales coinciden con el gobierno santafesino en el rechazo a la poda de recursos para las provincias. El más categórico, en la previa de la reunión con el presidente, fue el gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá: “Está instalado que los gobernadores iremos a avalar el presupuesto y no es así”.
“El presidente –continuó el puntano– nos ha convocado a una reunión. Lo que haremos es informarnos por primera vez sobre el presupuesto. Supongo que nos entregarán el proyecto para estudiarlo. Lo estudiaremos y, seguramente, propondremos modificaciones. Porque, ¿quién quiere votar el presupuesto del FMI? Yo no. Tenemos que visitar a todos los bloques de la oposición para que lo rechacen, para que no se castigue a los municipios quitándoles el Fondo Sojero, para que no quiten los subsidios al transporte, tenemos que rechazarlo en beneficio de los pobres y de las pymes”.
Entre los peronistas moderados, el gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck señaló ayer: “Vamos a tener presupuesto, aunque faltan ajustar algunos detalles. La gran mayoría de los gobernadores está trabajando para que la Argentina tenga una ley de proyección de gastos para el año próximo”.
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