El presidente Mauricio Macri participó este miércoles, una jornada marcada por el quinto paro nacional contra las políticas de Cambiemos, del acto por el 209° aniversario de la creación del Ejército. No estuvo sólo rodeado de uniformados: en la segunda fila de sillas dispuestas en el patio del Colegio Militar estaba sentado, a un metro del jefe del Estado, el fiscal federal declarado en rebeldía Carlos Stornelli.
La invitación al acto castrense, por parte de Presidencia, fue leída como un respaldo del Ejecutivo al fiscal que conduce la investigación de la denominada «causa de los cuadernos», en la que se imputa a ex funcionarios del gobierno anterior. Pero el funcionario judicial, a la vez, está procesado en el expediente que indaga una trama de espionaje ilegal. Lo comanda el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, quien reunió abundante información que apunta a una posible red de extorsiones con fines económicos y políticos.
«Queremos una Argentina más segura y comprometida», dijo Macri ante los militares y con Stornelli entre su audiencia. «Viva la Patria», cerró el presidente su discurso, en el que no incluyó una mención explícita a la medida de fuerza que en esos mismos momentos paralizaba al país.
Entre los invitados al acto estuvo el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y el jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino, teniente general Claudio Pasqualini, más acordes a la celebración que un fiscal federal.
El fiscal Stornelli no se presentará a declarar ante el juez Ramos Padilla, quien le cursó una quinta invitación y que la semana pasada pidió su desafuero o remoción por su negativa a obedecer el llamado a indagatoria en la causa iniciada con una denuncia del empresario Pedro Etchebest. Complicó en el inicio al falso abogado, y presunto espía inorgánico, Marcelo D’Alessio. Luego, con el material secuestrado en la mansión del mediático personaje, se abrió una caja de Pandora en la que caben legisladores, funcionarios del Ejecutivo y el Poder Judicial y la Agencia Federal de Investigaciones.
Stornelli estaba citado, por quinta vez, para el próximo viernes. Su abogado Roberto Ribas adelantó que esta vez, de nuevo, desoirá a la Justicia. El letrado argumentó que «no hay garantías». Lo refirió a las escuchas telefónicas reflotadas este fin de semana por dos periodistas afines al oficialismo nacional –Jorge Lanata y Luis Majul– sobre una presunta maniobra de dirigentes kirchneristas detenidos para enlodar la causa de las fotocopias de los cuadernos poniendo en jaque al fiscal que la comanda.
«No va a comparecer. Lo que ha saltado ha cambiado el sistema», justificó Ribas. Antes de las escuchas –cuya interpretación de complot fue desmentida por quienes aparecen en ellas–, la actitud de Stornelli fue la misma.