El ex presidente de la Nación, Mauricio Macri, reapareció en la escena nacional con una carta publicada en sus redes sociales, donde recuerda el día de la victoria electoral de Néstor Kirchner: «Viente años de una posibilidad desaprovechada».
En abril de 2003 los argentinos tuvimos una oportunidad enorme. Pero la desperdiciamos.
Habíamos logrado salir de la peor crisis de nuestra historia y empezábamos, después de mucho dolor, a recuperarnos. Era un país empobrecido y sacudido, pero también con baja inflación, un tipo de cambio razonable, las cuentas públicas en orden (¡con superávit!), energía abundante e infraestructura reciente.
Además, la ciudadanía estaba reclamando una renovación de la cultura política. Después del “que se vayan todos”, les estaba pidiendo a los políticos más honestidad, más transparencia y una intención más clara de trabajar para solucionarle los problemas.
Teníamos todo para crecer sin los vicios que nos habían perseguido durante décadas. Nos había costado más sufrimiento del necesario, pero finalmente parecíamos listos para crecer, con una democracia y una economía fuertes y sólidas.
Sin embargo, el 27 de abril de 2003, hoy hace 20 años, Néstor Kirchner ganó las elecciones presidenciales. Y toda esa promesa quedó en nada.
En lo económico, es cierto que durante unos años la economía creció, pero pronto volvimos a tener inflación crónica, un capitalismo para amigos con mucha corrupción, una economía cada vez más cerrada y cada vez menos energía y menos inversión. Tiramos a la basura la oportunidad inicial.
En lo político, la victoria de Kirchner dio inicio a un estilo de gobierno que se fue haciendo cada vez más intolerante y manipulador, el origen de lo que después se llamó la grieta. La intervención al INDEC, los cambios en el Consejo de la Magistratura, la tolerancia (o la complicidad) con el narcotráfico, el aislamiento internacional, los embates contra la Justicia y los medios de comunicación marcarían la época kirchnerista.
A medida que se empezaron a quedar sin resultados, creció el relato como único producto posible. Crearon una atmósfera política
irrespirable, en la que el diálogo y la cooperación se hicieron imposibles.
Estamos cumpliendo 20 años de esa manera de ver la economía y de entender la cultura política, que nosotros intentamos cambiar durante nuestro gobierno pero sólo lo logramos a medias. Veinte años desaprovechados, en los que podríamos haber construido una economía basada en cimientos firmes y una democracia apoyada sobre las instituciones y el Estado de derecho. Pero no lo hicimos.
El lado positivo de todo esto es que estos 20 años se están terminando. No habrá más años de kirchnerismo, más allá de lo que diga el resultado electoral. El dominio del kirchnerismo sobre el peronismo y sobre la política argentina se terminan en 2023. Y se abre una nueva oportunidad, parecida a la de 2003, para cambiar de régimen económico y poner bases firmes para un crecimiento de 20 años. Estoy seguro de que esta vez no la vamos a desaprovechar.