El presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este martes el proyecto de reforma de pensiones que desató movilizaciones en el país y causó una caída de su popularidad, al manifestar que retrasar la edad jubilatoria es necesario para mantener un sistema que es un «tesoro» y remarcó que «la gente sabe que hay que trabajar un poco más».
Macron declaró que «el verdadero debate que debe haber en la sociedad es el del trabajo» y aseguró que «la reforma permite crear más riqueza para el país», durante una visita al mercado de Rungis, informó el diario francés Le Parisien y replicó la agencia de noticias Europa Press.
«En general, las personas saben que deben trabajar un poco más», argumentó el presidente francés, que hizo un llamado al «sentido común».
«No es cierto decir que podemos mantener las mismas edades (de jubilación), eso no funciona», destacó y remarcó que es necesario pasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 para mantener un sistema que describió como «un tesoro» y como «el patrimonio de los que no tienen nada».
«El trabajo debe continuar y ser mejor pagado», enfatizó Macron, quien apostó por «adaptar» la realidad laboral.
«Cuando trabajas de noche y cargando peso a partir de cierta edad, es necesario que las carreras (laborales) evolucionen, que se pueda trabajar menos o que uno pueda reconvertirse y que esto se tenga en cuenta de cara a la jubilación», concluyó.
La semana pasada, la reforma que eleva la edad jubilatoria impulsada por el Gobierno pasó de forma automática al Senado, luego de que la Asamblea Nacional (Cámara baja) no pudiera llegar a un voto.
La primera lectura del texto concluyó el sábado pasado sin que pudieran evaluar sobre gran parte del contenido debido a las numerosas enmiendas presentadas por la formación de izquierda La Francia Insumisa (LFI), en un contexto de tiempo limitado por el polémico procedimiento escogido por el Gobierno que le permite aplicar la reforma a finales de marzo, si las dos cámaras del Parlamento no se pronuncian.
Entre los puntos que no se pudieron abordar, el principal es el artículo 7 que establece el aumento de la edad mínima de jubilación de 62 a los 64 años y que causó hasta ahora cinco manifestaciones en todo el territorio francés.
Ahora, el pleno del Senado debatirá a partir del 2 de marzo la propuesta de retrasar la edad jubilatoria para 2030 en Francia.
Dos de cada tres franceses se oponen, según los sondeos, y el 31 de enero pasado tuvo lugar la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas.
Los sindicatos buscan aumentar la presión a partir del 7 de marzo, con huelgas prorrogables, y los opositores cargan contra un proyecto que perjudicaría a las clases populares.
Si para el 26 de marzo las dos Cámaras no logran pronunciarse sobre el texto, el procedimiento utilizado permitiría al Gobierno aplicar de todas formas la reforma, aunque corre el riesgo de aumentar el descontento social.
El Gobierno defiende subir una de las edades de jubilación más bajas de Europa como una manera de evitar un déficit en la caja de las pensiones.