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Madrid prepara operativo sin precedentes para el clásico

Autoridades gubernamentales y deportivas buscan que el duelo entre el Real y Barcelona del sábado sea el más custodiado de la historia. Habría más de 1500 efectivos y triple anillo de controles.

El clásico español entre el Real Madrid y el Barcelona estará marcado por varios aspectos, deportivos y extra futbolísticos. Será el retorno del fútbol español tras las fechas Fifa de amistosos y encuentros oficiales, además de ser la posibilidad de ver a Lionel Messi en cancha otra vez. Pero fundamentalmente se celebrará entre extremas medidas de seguridad en un estadio Santiago Bernabéu blindado, tras los atentados que dejaron 129 muertos en Paris el viernes pasado.

«Habrá muchos refuerzos de seguridad, muchos efectivos para controlar, no únicamente los accesos al estadio, sino también a las cercanías del estadio y los medios de transporte que llevan a los aficionados al estadio», dijo en las últimas horas el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz.

Según dan cuenta medios españoles, las medidas a tomar incluirán uno 1000 policías, y se menciona que llegarían a 1500 sumando los agentes privados. Efectivos de incógnito, según el diario El Mundo, rastrean las zonas linderas al estadio de Madrid desde hace unos días, y eso incluye las alcantarillas y hasta locaciones en alquiler para conocer quién rodean a la mítica cancha.

Habrá fuerzas a pie, a caballos y perros, y se dispondrían tres anillos de seguridad para los cacheos y controles. No quedarán excluidos del seguimiento los micros oficiales del Real Madrid y del Barcelona, de acuerdo a las informaciones de los medio españoles.

Si bien en las próximas horas se definirán las medidas finales, no caben dudas que, por temor a que ocurra lo mismo que en París o en Hannover (Alemania-Holanda fue suspendido), el sábado se verá el derby español más custodiado de la historia.

La Comisión Antiviolencia del deporte español, que reunió el miércoles a autoridades políticas, policiales y deportivas, declaró este partido de «alto riesgo», una calificación habitual en un Madrid-Barça y que, ya de por sí, supone una mayor presencia policial que en otros partidos de menos entidad.

Sin embargo, los acontecimientos del viernes en París y la actual alerta antiterrorista de nivel 4, sobre un total de 5, que rige en España, llevaron a pensar en medidas de seguridad «que no tienen precedente en la celebración de eventos deportivos», dijo el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, tras la reunión de la Comisión.

El dispositivo se afinará el jueves en una reunión de representantes de ambos clubes, policía, ayuntamiento y gobierno, incluirá efectivos de la policía nacional, local, personal de seguridad del estadio, así como sanitarios y miembros de protección civil.

Un marco de seguridad similar se utilizó en la final de la Champions League celebrada en este estadio en 2010, y dependiendo de la permeabilidad que se decida en cada uno, «habría un primer filtro que se dedica sólo a chequear a personas que puedan levantar sospechas, un segundo que vigilaría mochilas, por ejemplo, y otro sería en la puerta», explican fuentes policiales.

Las autoridades han pedido a los hinchas que acudan con tiempo al estadio por los controles de entrada.

La policía, como suele hacer en todos los partidos, acompañará a las hinchadas tanto para dar seguridad como para controlar posibles desórdenes a la entrada y salida del estadio, y, en su interior, la seguridad será compartida con el propio servicio de seguridad del club.

Más de 500 cámaras vigilarán para que todo se desarrolle con normalidad dentro de un estadio para 81.000 espectadores, donde habrá un responsable de seguridad, que, en caso de necesidad, es el habilitado para ordenar un desalojo del estadio.

Este caso se dio en diciembre de 2004 cuando un falso aviso de bomba, apenas unos meses después de los atentados islamistas de Madrid, que causaron 191 muertos, obligó a evacuar, en orden y apenas siete minutos, el estadio a pocos minutos del final de un partido.

Dos años antes, la organización separatista armada vasca ETA había hecho estallar un coche-bomba antes de una semifinal de Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Barcelona, causando 17 heridos, pero el partido se jugó.

En estas situaciones «hay que transmitir calma, procurar que se haga (el desalojo del estadio) de forma ordenada», dicen fuentes policiales.

«Somos conscientes de que se pueden producir falsas alarmas que son muy difíciles de controlar y es muy difícil de evaluar qué decisión tomar», advirtió el ministro Fernández Díaz, recordando que por el momento no hay razones para suspender el encuentro.

No obstante, «si se dieran esas circunstancias (que obligaran a una suspensión) lo primero de todo es asegurar la vida de las personas», concluyó.

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