El presidente venezolano, Nicolás Maduro, vinculó a su homólogo estadounidense, Barack Obama, con las denuncias contra los expresidentes Cristina de Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, que afrontan lo que llamó «ofensiva judicial», supuestamente ordenada por Obama.
Pretende «inhabilitar y enjuiciar a dos de los grandes líderes de América Latina y el Caribe: Cristina Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, así como el juicio político que intenta la derecha en contra de la actual mandataria de Brasil, Dilma Rousseff», sostuvo.
Lo acusó además de compartir la «obsesión» en su contra que atribuyó a su antecesor, George W. Bush.
«¿Quién eres, Obama, para opinar sobre Venezuela? ¡Ocúpate de tu país que está bien mal!», manifestó el jefe de Estado venezolano en el canal interestatal e internacional Telesur, con sede en Caracas.
Tras expresar su preocupación por la economía venezolana, Obama dijo ayer al canal CNN que «cuanto antes pueda el pueblo venezolano determinar un Gobierno que ellos confíen en que es legítimo y que pueda comenzar a implementar políticas económicas que los saquen de la espiral en el que están, mejor será para todos nosotros».
«El Obama de Washington se parece mucho a Bush. Lo que ha dicho Obama contra mi se parece mucho a las viejas obsesiones. Es una obsesión que tiene Obama contra nosotros», respondió anoche Maduro.
El gobernante suramericano agregó que en las postrimerías de su mandato, Obama «se está desesperando» y lamentó que quiera «pasar a la historia como una mancha contra Venezuela», porque «no lucha» contra él «sino con un proyecto, una historia, con un pueblo».
Maduro alertó que lo dicho por Obama seguirá alentando a la oposición venezolana que ya entró, sostuvo, «en la locura» y ha decidido desalojarlo este mismo año del palacio presidencial.
También en ello Obama sigue «los pasos de su predecesor» Bush, quien «buscó todos los caminos» para su derrocamiento, principalmente «a través de financiamiento y respaldo a acciones golpistas promovidas por sectores de la derecha», agregó Maduro.
Recordó en ese sentido que el gobernante estadounidense renovó la semana pasada el decreto que emitió hace un año mediante el cual declara a Venezuela «amenaza inusual y extraordinaria» a la seguridad de Estados Unidos.
Eso implica, denunció, «luz verde para el golpismo y el terrorismo, luz verde para la locura».
«Estamos pasando tiempos de dificultades. No estamos en el mejor momento de la época de cambio, estoy seguro que el destino de nuestro proyecto será la victoria y donde hubo derrotas habrá victoria otra vez», añadió el mandatario suramericano.
Obama manifestó a CNN sobre su decreto que así pretende castigar incumplimientos venezolanos a «prácticas democráticas básicas», lo cual, evaluó, es «dañino no solo» para la nación caribeña sino para la estabilidad regional, porque «podía dañar a sus países vecinos».
Al enterarse de la renovación del decreto de Obama, Maduro retiró el miércoles pasado al encargado de negocios de Venezuela en Washington, Maximilien Sánchez Arveláiz, a quien EEUU nunca concedió el beneplácito para reconocerlo como embajador.
El presidente venezolano también sometió la relación bilateral a «una revisión integral» e impartió a la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, «instrucciones precisas para en las próximas semanas dar los pasos para defender la patria (…) y tomar las medidas que en su oportunidad se irán anunciando», manifestó.