Sobre todos los temas que hacen a las grandes injusticias del mundo, con una vigencia sin precedentes para una tira argentina creada hace más de 50 años, Mafalda, la irreverente y contestaria niña que creó Quino y que llegó a miles de hogares con un reconocimiento mundial enorme, deja cientos de frases que quedan grabadas en la memoria de sus lectores, como aquella famosa que dice: «Paren el mundo que me quiero bajar».
Contundentes, irónicas, inconformistas, las ocurrencias de Mafalda a lo largo de sus 56 años de historia, es decir las frases que Quino escribió para su personaje más emblemático, tuvieron un impacto de generación a generación por su vigencia con los años y porque lograron salir de la tira para convertirse en máximas con gran humor y sentido social, plasmadas en imanes, tazas, remeras.
«Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante», «¿Y si en vez de planear tanto voláramos más alto?»; «No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito», son algunos de los juegos de palabras con los que Quino desplegaba el humor para hacer de su tira una crítica social y una denuncia contra la desigualdad, la crueldad y la injusticia mundial.
Es que Mafalda era irreverente, una militante liberal que quedaba absorta ante la injusticia, la hipocresía y la discriminación. Cuando en 2014 se celebraron los 50 años de la famosa tira y los medios le preguntaban a su creador cuál sería la principal preocupación de Mafalda en ese año, Quino -simple pero tenaz- respondió: «La estupidez humana, seguro».
Mafalda también podía ver a su mamá fregando y preguntarle «Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?» y de tanto mirar a su alrededor también era capaz de asegurar que «Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre». De hecho, frases como esas convirtieron al personaje en un icono para representar la lucha de las mujeres desde las infancias.
Incluso cuando en Argentina se debatía la interrupción voluntaria del embarazo circulaba en las redes una imagen de Mafalda con el pañuelo celeste, que representa a los sectores que están en contra del aborto legal, seguro y gratuito. A propósito de aquella versión, Quino circuló un mensaje: «Se han difundido imágenes de Mafalda con el pañuelo azul que simboliza la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida. Siempre he acompañado las causas de derechos humanos en general, y la de los derechos humanos de las mujeres en particular, a quienes les deseo suerte en sus reivindicaciones».
Mafalda podría gritar apenas se despertaba «¿Buen día ¿se han abolido ya las injusticias terrestres?» o con una ironía disfrazada de ingenuidad deslizar «¿Se han acabado el hambre y la pobreza en el mundo?». Acaso la potencia de sus frases radiquen en la formulación de la pregunta como enunciación de sentido y en la observación de su alrededor, esa forma de mirar que también puede reducirse a otra oración que ha quedado estampada en diversos objetos: «¿Pescás el fondo social del asunto?».