Por: Ari Lijalad / Eldestapeweb.com
Juan Bautista Mahiques es uno de los nombres clave para entender la persecución judicial y la promiscuidad en la que se sumió buena parte del Poder Judicial en los últimos años. En lo formal tenía un alto cargo en el ministerio de Justicia y era el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, pero lo cierto es que su rol iba mucho más allá. Era, como se conoce en la jerga, uno de los principales operadores judiciales de Mauricio Macri, con terminal en Daniel “Tano” Angelici, encargado de las visitas a los jueces y de aceitar los engranajes entre Comodoro Py y los deseos de las Casas Rosada y Amarilla. Hoy es Fiscal General porteño, reclutado por Horacio Rodríguez Larreta. Su apellido, a su vez, es sinónimo de lo que se conoce como la familia judicial: su papá pasó de ministro de Vidal a Comodoro Py y su hermano fue fiscal en el caso Hotesur por lo que Macri quiso premiarlo con un nombramiento como juez.
El nombre de Mahiques resonó ayer porque la jueza Ana María Figueroa, que integra la Cámara Federal de Casación Penal, reconoció que recibió presiones por parte del gobierno de Macri para que resolviera la causa judicial por el Memorándum de Entendimiento con Irán. Fue en una entrevista en el programa Toca y Daca, donde el periodista Mariano Martin le repreguntó acerca de quién era la persona que fue a su despacho. “¿Era el propio ministro Germán Garavano?”, consultó el periodista. “No, quien estaba por debajo del ministro Garavano”, contestó la jueza. “¿Puede ser Juan Bautista Mahiques?», insistió el periodista. “No quiero dar los nombres, porque creo que no tiene sentido”, eludió la jueza. “Dígame que no puede desmentir este nombre y sabré entender”, replicó con buen tino el periodista. “Por suerte es una etapa superada”, cerró la magistrada. El reconocimiento fue tácito y todos lo que transitan tribunales captaron el mensaje.
La propia CFK, en su cuenta de Twitter, se ocupó de ponerle nombre y apellido y, a su vez, de señalar el derrotero de Mahiques luego de la retirada macrista del Estado Nacional. Primero resaltó la declaración de la jueza Figueroa, luego recordó a Héctor Timerman como víctima del hostigamiento judicial y finalmente escribió: “¿Qué imagen… Qué pensamientos atravesarán la cabeza de Horacio Rodríguez Larreta enterándose que Juan Bautista Mahíques, a quien propuso y designó como Fiscal General del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, aprieta a jueces y juezas para obtener fallos a la carta?”
Mahiques, como señaló CFK, tuvo un rol importante en la persecución judicial macrista. Desde el Consejo de la Magistratura se ocupó de diseñar el copamiento del Poder Judicial, tarea que incluyó concursos truchos, el nombramiento de jueces alineados con el macrismo y el desplazamiento de aquellos que resultaran molestos. La vocera de esa lista fue la periodista Romina Manguel, que afirmó que el gobierno de Macri quería afuera a los jueces Eduardo Freiler y Daniel Rafecas. Al primero lograron desplazarlo con una denuncia hoy desestimada por enriquecimiento y una maniobra para obtener votos en el Consejo de la Magistratura que incluyó la expulsión de uno de sus miembros y la demora en la asunción de su reemplazante gracias a los oficios del entonces presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti. Al segundo lo intentaron.
La avanzada de Macri contra el juez Alejo Ramos Padilla, que investigaba y aún tiene la causa sobre la red de espionaje ilegal alrededor de Marcelo D’Alessio y el fiscal Carlos Stornelli, también estuvo a cargo de Mahiques. En medio de esa investigación y ante las evidencias de nexos de esa banda con el macrismo, Mahiques impulsó a pedido de Macri el juicio político de Ramos Padilla.
Otra de las características de la era Macri, el festival de escuchas telefónicas publicadas en medios afines, también involucra a Mahiques. Tal como reveló El Destape, la ruta de las escuchas a CFK conducía a Angelici con una parada intermedia en el propio Mahiques. El encargado de las escuchas directas Juan Ramella le confirmó a este medio que trabajó con Mahiques en el juzgado de Ariel Lijo. Todos junto a Juan Tomás Rodríguez Ponte, director de la oficina de escuchas durante el macrismo.
El cargo de Mahiques en el ministerio de Justicia durante el macrismo fue Subsecretario de Asuntos Penitenciarios y Relaciones con el Poder Judicial y la Comunidad Académica. O sea, además de los vínculos con los tribunales estuvo a cargo de las cárceles donde terminaron los opositores políticos al macrismo. Durante su gestión los presos en cárceles federales aumentaron un 40%, pasaron de 10.000 a 14.000, una de las explicaciones de la actual sobre población de esos penales. El trato a Amado Boudou y otros ex funcionarios solo dejó de ser hostil cuando llegaron las encuestas de las presidenciales 2019. A esos presos, los miembros del Servicio Penitenciario pasaron a llamarlos “los políticos”.
La designación de Mahiques en la ciudad fue parte del cobijo que le dio Rodriguez Larreta a algunas figuras del macrismo que, por un lado, estaba en retirada del Estado Nacional y, por el otro, que podrían reciclarse en el propio proyecto poĺítico del actual jefe de Gobierno porteño. La relación con Angelici y su influencia en la justicia porteña no es menor. Tampoco la de Enrique “Coti” Nosiglia, el siempre judicialmente influyente radical porteño. De hecho, el hijo de Nosiglia es el vocero actual de Mahiques como antes lo fue del ministro de Justicia Germán Garavano mientras integraba a su vez la Comisión Directiva del Boca de Angelici. Todo se encadena.
El día de la asunción de Mahiques como fiscal general porteño, el 29 de octubre de 2019, fue toda una puesta en escena. Unos 250 invitados, entre ellos buena parte de los jueces y fiscales de Comodoro Py y funcionarios del anterior y actual Gobierno, colmaron el salón Dorado del Teatro Colón, habilitado para la ocasión. Es su cargo actual. Y lo de CFK fue claramente una ironía. Rodríguez Larreta no se habrá enterado ahora del prontuario de su Fiscal General, seguramente fue una de las razones de su elección.
En Comodoro Py las declaraciones de la jueza Figueroa habrán sorprendido por ser públicas pero no por desconcimiento de esa realidad. Muchos jueces y fiscales reconocen por lo bajo que Mahiques fue uno de los operadores judiciales más importantes del gobierno anterior. En ese listado incluyen a Fabián “Pepín” Rodríguez Simón y al ex jefe de los espías Gustavo Arribas, entre otros.
El apellido Mahiques pesa y mucho en el mundo judicial. Y no solo por Juan Bautista. Su padre, Carlos, integra actualmente la Cámara Federal de Casación Penal, la máxima instancia del país. Es la misma instancia que jueza Figueroa. Ella preside la Sala I, Mahiques de vocal de la Sala II. Lo interesante es cómo llegó a ese lugar. Mahiques padre integraba la Cámara de Casación porteña hasta diciembre de 2015, cuando se sumó al gabinete de María Eugenia Vidal como ministro de Justicia bonaernse. Duró poco en el cargo, se puede asumir que para no perder la condición de judicial. Pero, en lugar de regresar a la Cámara porteña obtuvo un favor presidencial: Macri lo trasladó de manera irregular a Comodoro Py, a la Cámara Federal de Casación Penal, una instancia para la que nunca concursó. En los últimos días, Mahiques padre favoreció con su voto la prisión domiciliaria del genocida Marcelo Cinto Courteaux
El hermano de Juan Bautista, Ignacio, tiene un recorrido similar al de su padre. Originariamente fiscal de instrucción porteño, en 2016 se mudó a Comorodo Py para trabajar junto al fiscal macrista Gerardo Pollicita en una causa clave: Hotesur. Todo indica que cumplió las expectativas, ya que Macri envió su pliego al Senado para que lo nombren juez en Mercedes, la ciudad de origen del clan Mahiques. Como informó El Destape, es uno de los pliegos retirados por el actual Gobierno.
Si tienen hijes, que no lean. Pero los reyes magos son los padres y Mahiques el lawfare.