Sus frases y sus twits suelen ser noticia, provocar adhesiones y críticas pero sobre todo abrir debates. Su carrera tiene varias aristas: series, radio, columnas y próximamente cine. «Lo que me gusta es incomodar», dijo la escritora, guionista, actriz y monologuista Malena Pichot en una charla que mantuvo con El Ciudadano.
Pichot es una referente del stand up en el país y en esa faceta llega este viernes una vez más a Rosario con Persona, un show colectivo que comenzó cuando se unieron Charo López y Ana Carolina, se sumó Vanesa Strauch y por último Pichot se subió «al éxito», según contó entre risas.
Las humoristas Ana Carolina, Charo López, Malena Pichot y Vanesa Strauch presentan Persona, este viernes a partir de las 21, en el teatro El Círculo, de Laprida y Mendoza.
«El stand up habilita a que el show cambie todo el tiempo porque vas haciendo el material con las cosas que te pasan a vos personalmente y las cosas que pasan en el país y alrededor tuyo. Inevitablemente cambia como definición del género más que otra cosa», apuntó la actriz en diálogo con El Ciudadano, para quien hacer humor «es una manera también de sobrevivir, de reírse de las cosas feas».
El espectáculo está atravesado por temáticas de género. De hecho, el mismo sentido atraviesa la carrera de las cuatro artistas. Desde antes de que ciertos debates se instalaran en la agenda nacional, ellas los abordaban en distintos soportes. Pero ahora el contexto cambió. «Nosotras siempre hablamos de estos temas, entonces ahora no nos resulta nada extraño hablar de eso. De hecho, tratamos siempre de estar un pasito más adelante, porque lo que nos gusta, por lo menos a mí, es incomodar. Entonces tratamos de ir hacia el lado en que no se está hablando», apuntó.
«Hay temas más delicados; siempre los hay», dijo sin querer adelantar los tópicos que incorporaron al show que este viernes se verá en Rosario.
A Malena no le gusta la solemnidad, «ni hablar en serio en ningún ámbito de la vida», dijo contando por qué se dedica al humor. «Eso me trae algún problema en ámbitos personales y satisfacciones en el escenario», agregó con humor. Y en el mismo tono analizó: «Mi papá hacía muchos chistes, muy desubicados, que me han traumado también y otros que me han hecho reír».
El humor, la ironía, también la alegría y el color caracterizan muchas de las acciones feministas. «Son las nuevas generaciones», dijo Pichot. «No creo que haya sido así históricamente. Pero sí que ahora está muy ligada a la fiesta y a la alegría; eso seguro. Las chicas más jóvenes hicieron de las marchas y de todo una cosa más festiva», explicó quién es considerada una referente del movimiento de mujeres, un lugar del que ella renegó en varias entrevistas.
«Creo que por más que se luche, todos los movimientos tienen referentes, se quiera o no, no se puede contra eso. Siempre hay una persona a la que se la está escuchando de alguna forma. Por lo menos yo tengo también mis referentes. Lo que pasa es que no hay líderes, ni referentes de partidos ni nada así. Pero sí hay personas a la que la gente escucha. Siempre estoy renegando de eso pero siempre me lo preguntan, así que en un momento voy a dejar de renegar».
Respecto de por qué reniega de algunas cuestiones que se vuelven arbitrarias, expresó: «Porque hay que hacerlo; para la horizontalidad es necesario y de paso me lavo un poco las manos (risas)».
En el éter, online
Futurock es una radio online que trasmite desde 2016. Con Julia Mengolini, entre otros, a la cabeza del proyecto, cuenta con una estructura horizontal que supo crear comunidad para sostenerse. Pichot forma parte de ese espacio de la mano de su programa Furia bebé. «Es una experiencia muy linda; es una cosa muy distinta donde los jefes son un poco los oyentes, de alguna manera. Entonces es muy distinto a trabajar en un medio tradicional que siempre tenés como alguien apuntándote», contó.
La tevé
«A la tele tradicional la veo muy atrasada», dijo Pichot consultada sobre cuál es su opinión acerca de la incorporación de temáticas de género en la televisión tradicional, sobre todo en las telenovelas. «No veo que esté bien el tratamiento de los temas en lo absoluto, nunca veo algo que me satisface, que yo diga: «Qué bien se está hablando de esto». Sé que hay otra gente a la que le parece que sí sucede, que se habla de los temas, que se tratan. A mí, particularmente, no me parece», consideró.
En una entrevista, hablando de la ley de cupos, dijo una frase que quedó resonando. «Nadie puede soñar con lo que no ve», aseguró. “A mí me pasa que no milito en un partido, hago comedia y escribo guiones y me interesa hablar justo de las temáticas que ahora están muy en agenda. Esa frase, «nadie puede soñar con lo que no ve», tiene que ver con que me da ganas de contar historias donde se vean personajes que, justamente, inspiren a las mujeres más chicas a hacer cosas. Está claro que el 90 por ciento de los boxeadores lo son porque vieron Rocky. Entonces, históricamente, los cuentos formaron a las sociedades y yo creo que el cine y las series forman a las sociedades, a la cultura; para mí es una de las cosas que más influye a la gente. Por eso me interesa, y por eso creo que es tan importante y que lo hacen tan mal en la tele. Porque sé cómo funcionan las tecnologías sociales en Argentina: son aparatos ideológicos que si los usás bien funcionan y que si los usas mal pasan desapercibidos», opinó quien realizó hasta el momento las series Tarde baby, que se vio por UN3 este año, además de Por ahora y Jorge, entre otras.
«Es muy difícil producir en Argentina», apuntó. «Muy difícil siendo yo y no siendo (Adrián) Suar. Ahora está la UN3 (Universidad de 3 de Febrero) que apoya a un montón de producciones independientes y desde donde se puede, se hace lo que se puede”, agregó.
El lenguaje «se impone solo»
Malena Pichot trabaja con la palabra. En sus monólogos y en los guiones que escribe, en la radio y en la televisión. «Creo que el lenguaje inclusivo es del orden de lo coloquial, del orden del aquí y ahora y si sale, sale, y sino no», opinó. «Para mí no amerita demasiado análisis. Yo lo uso cuando me sale y cuando no me sale no lo uso. Si sé que mientras vas usando las palabras se te van haciendo más carne. A mí me cuesta mucho decir «chicos» cuando estoy en un grupo y me voy. La verdad es que digo «chiques»; te vas acostumbrando. Me parece muy divertido jugar con eso, es porque estudié letras y me parece que no hay que tenerle tanto respeto en ese sentido. Justamente es una herramienta de los humanos para cualquier cosa; me divierte. Y los chicos hablan así, se impone solo. No tiene sentido ni frenarlo ni avivarlo, el lenguaje es algo necesario y se impone. Lo que tenga que ser va a ser», analizó.
«También sucede que no es la urgencia. No es que solucionamos los problemas de las mujeres golpeadas usando lenguaje inclusivo; no me parece la urgencia. Los jóvenes dicen «chiques» y eso no lo frenás más», agregó.
Hacer humor
En los últimos tiempos se habla de un cambio en las formas de hacer humor. Lo que hace algunos años atrás causaba gracia hoy quizás ya no. Todo eso parece haberse llamado a revisión. «No tengo una mirada optimista sobre eso», lanzó Pichot. «No creo que haya un cambio en el hacer humor. Hace diez años que hago humor hablando de esto y no me caen las ofertas del cielo. No veo ningún cambio, no veo un montón de mujeres haciendo humor que les vaya bien y llenen teatros. Siguen siendo Midachi los que llenan teatros, pero va a pasar, seguramente. Sí me doy cuenta que los viejos humoristas están medio ofendidos y tristes porque no pueden hacer algunos chistes. Pero son los malos los que siguen llenando teatros», concluyó.