El pasado 3 de enero se cumplieron 179 años de la ocupación británica en las islas Malvinas, una operación militar del Reino Unido que en 1833 culminó con el desalojo de la guarnición argentina de 26 soldados y la expulsión de la población civil.
Este hecho significó una grave violación a la soberanía argentina en el Atlántico sur, que a lo largo de los años ha dado origen a numerosos reclamos y reivindicaciones, que se ven reflejados enla Disposición TransitoriaPrimera dela Constituciónnacional, incorporada durante la reforma constitucional de 1994:
“La Nación Argentinaratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
Durante la incorporación de esta cláusula el entonces constituyente Guillermo Estévez Boero manifestaba: “La cláusula transitoria que estamos tratando reivindica el sentimiento y los conceptos de argentinidad que nuestro pueblo atesora a lo largo de casi dos siglos. Ese sentimiento patriótico que como dijera Scalabrini Ortiz «es una fraternidad sostenida por tradiciones que son como la memoria colectiva de los pueblos y por ideales nacionales en que funden y sobreviven los perecederos ideales de los ciudadanos aislados»”.
La República Argentinajamás ha reconocido la ilegítima ocupación británica de los archipiélagos australes, dado que la presencia del Reino Unido deriva de la usurpación de 1833 de una parte del territorio nacional argentino, la cual fue inmediatamente protestada y nunca consentida porla República Argentina.
Las Naciones Unidas,la Organizaciónde Estados Americanos y otros foros y organismos internacionales y regionales reconocen la existencia de la disputa de soberanía entrela República Argentinay el Reino Unido sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, así como de los espacios marítimos circundantes y la plataforma continental, y han efectuado numerosos llamamientos para que ambos países reanuden las negociaciones de soberanía hasta alcanzar una solución justa, pacífica y definitiva de la controversia.
Asimismo, en su resolución 1514/60, Naciones Unidas dispuso que “todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios dela Cartade las Naciones Unidas”. A su vez, la resolución 2621/70 declara que “la continuación del colonialismo en todas sus formas y manifestaciones es un crimen que violala Cartade las Naciones Unidas”.
En pleno siglo XXI resulta agraviante para los pueblos del mundo la actitud asumida por el Reino Unido. Quita validez como órgano supranacional a las Naciones Unidas, sin entender que el mundo avanza a una democratización que no acepta la existencia de enclaves coloniales que niegan la soberanía de otras naciones.
Ya en 1958 el doctor Alfredo L. Palacios, en su libro Las islas Malvinas, archipiélago argentino, expresaba la necesidad de insistir en la devolución de ese pedazo de suelo argentino, señalando: “El fracaso del usurpador está en nuestro reclamo constante (…). La resistencia obstinada al hecho cumplido, que persiste siempre, no es estéril. Ha proporcionado, en primer término, un modelo y una lección para la enseñanza de la cátedra y el libro, y ha incorporado al derecho de gentes actual esta idea esencial: que la cuestión de Malvinas es una cuestión pendiente”.
Recientemente, el gobierno nacional ha presentado sus protestas formales ante los ejercicios militares que el Reino Unido realizó en las islas en 2010, ejercicios que contradicen abiertamente la resolución 41/39 de las Naciones Unidas, donde se solicita a las dos partes que se abstengan de producir acciones unilaterales en el territorio de las islas en disputa mientras no se ponga en marcha la negociación de soberanía entre las partes.
En dicha presentación, a su vez, también se señala que “el Reino Unido licita permisos de pesca en las aguas en conflicto por hasta 25 años (…), realiza exploraciones y explotaciones de minerales en territorio en disputa (…), está llevando adelante operaciones de prospección petrolera en el Atlántico Sur”, todas acciones que el gobierno argentino denuncia como ilegales, al igual que las “pruebas misilísticas en un territorio que, para Naciones Unidas y la comunidad internacional, está en disputa”.
Con este hecho, Gran Bretaña hace valer su posición de potencia ocupante de las islas, haciendo caso omiso a los reclamos presentados por el gobierno argentino y a las resoluciones de los organismos internacionales.
El pasado mes de diciembre, en el marco dela XLII Cumbrede Jefes de Estado del Mercosur, bloque integradola Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los presidentes de la región dispusieron no permitir en sus puertos el arribo de barcos que enarbolen la bandera de las islas Malvinas.
En el encuentro se acordó que “aquellas embarcaciones que hubiesen sido rechazadas previamente en su acceso a algún puerto de la región evitarán solicitar el ingreso a otros puertos de los demás Estados parte del Mercosur y Estados asociados mientras sean portadoras de dicha bandera”.
El colonialismo constituye un mecanismo de influencia de una potencia extranjera sobre un territorio sobre el cual ejerce su dominio y administración. Ésta es una práctica que los socialistas rechazamos: Para nosotros el concepto de soberanía es trascendente y no pierde su absoluta vigencia. Como dijera Estévez Boero: “Es necesario para que no se desvanezca nuestro pensamiento nacional en tiempos donde las raíces históricas se relativizan”.
Creemos que el gobierno nacional, al cumplirse los treinta años del intento de recuperación de nuestras islas Malvinas, debería realizar una amplia convocatoria nacional a todas las organizaciones políticas y sociales, al parlamento nacional y a los distintos foros regionales que integramos a bregar con toda decisión y respeto por la recuperación de las islas del Atlántico Sur y sus espacios marinos circundantes. Será el mejor homenaje que podemos hacer a quienes hace treinta años cayeron en la defensa de la soberanía argentina.
