El gobierno argentino, a través del embajador Jorge Argüello, presentó ayer ante las Naciones Unidas la protesta formal contra el Inglaterra por los ejercicios militares en las islas Malvinas. Argüello elevó la presentación ante el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. El anuncio del inicio de ejercicios militares en las islas del archipiélago generó un nuevo cortocircuito entre el gobierno de Cristina Kirchner y Gran Bretaña, que argumentó que se trata de una actividad de “rutina”.
La intención argentina es “dejar constancia” de esta “nueva violación de las resoluciones de Naciones Unidas”, luego de advertir el sábado pasado que el anuncio de ejercicios militares en las Malvinas podría “generar una carrera armamentística en la región”.
Según Argüello, el gobierno británico de las islas no puede “realizar ejercicios misilísticos en las áreas en conflicto”, como tampoco “explotar minerales o petróleo en territorio en disputa”, en referencia a las exploraciones de hidrocarburos que generaron cruces diplomáticos a principio de 2010.
Además, el diplomático remarcó que la Argentina insistirá en que la ONU cumpla la tarea asignada por el pleno de la asamblea general hace algunas semanas para que gestione “de buenos oficios” la apertura de la negociación bilateral por la soberanía del archipiélago.
En este sentido, el embajador argentino ante la ONU dijo que Gran Bretaña “no puede negarse a negociar diplomáticamente la soberanía de las islas”. El gobierno argentino había advertido este sábado que el anuncio de ejercicios militares en las Malvinas podría “generar una carrera armamentística en la región”.
La nota de protesta fue ordenada por la presidenta Cristina Fernández desde El Calafate y cumplida por el vicecanciller Alberto D’Alotto, que convocó por la tarde al Palacio San Martín a la embajadora británica, Shan Morgan, a quien le entregó el documento de queja.
La decisión fue tomada luego de que el último viernes el Servicio de Hidrografía Naval argentino recibiera una comunicación de las fuerzas militares británicas en la que se anunciaba “un proyecto de realizar disparos de misiles desde el territorio de las islas Malvinas”, puntualmente desde la costa este de la isla Soledad.
Luego del anuncio, la presidenta denunció a través de su cuenta en la red social Twitter un “anacrónico uso de la fuerza” en el archipiélago “en violación del derecho internacional” y llamó “pirata” al Reino Unido.
La mandataria sostuvo que es de “gravedad inusitada” la puesta en marcha de “ejercicios militares con uso de armas en territorio en disputa de acuerdo a la resolución de las Naciones Unidas” y anunció que el hecho será informado a la ONU, a la OEA y la Unasur, así como “a los estados miembros de dichas organizaciones”.
Desde la Embajada inglesa en Buenos Aires se manifestaron “sorprendidos” por la nota presentada por el gobierno argentino y explicaron que esa actividad es de “rutina”, ya que se realizan “cada seis meses desde hace 28 años”.