Un fiscal acusó hoy a un empresario y ex legislador de Mendoza de haber encargado el femicidio de su esposa Norma Carletti, asesinada de 52 puñaladas en marzo de 2018 en la ciudad de Tunuyán, y por cuyo crimen hay otros tres imputados que también comenzaron a ser sometidos a un juicio por jurados.
En su alegato de apertura, el jefe de fiscales de Mendoza, Fernando Guzzo, señaló a Leonardo Hisa como el instigador y principal acusado del femicidio de Carletti, mientras que a los otros tres sospechosos -un padre y sus dos hijos- los consideró «coautores» del hecho.
«Hisa sabía que ese lunes se iba a presentar el divorcio y que iba a perder la mitad de su patrimonio, se trata de un asesinato por encargo a mano de los cuatro imputados», indicó Guzzo.
Hisa, ex legislador radical de la provincia de Mendoza, llegó al juicio imputado del delito de «femicidio, homicidio calificado por el vínculo, y homicidio por ser cometido por precio o promesa remuneratoria en calidad de instigador».
En tanto, el exempleado de Hisa, Juan Carlos Guerrero, es juzgado por «homicidio calificado por el vínculo y homicidio por ser cometido por precio o promesa remuneratoria en calidad de partícipe primario»; y sus hijos Alexis (28) y Kevin (23) por «homicidio calificado por el vínculo, y homicidio por ser cometido por precio o promesa remuneratoria en calidad de coautores».
La hipótesis presentada por Guzzo y el fiscal Jorge Quiroga apunta a que Hisa, quien se encuentra con prisión domiciliaria, pagó una importante suma de dinero para que Guerrero y dos de sus hijos mataran a su exmujer.
De hecho, los asesinos no se llevaron los 40.000 pesos en efectivo y otros elementos de valor que estaban a su alcance en el interior de la vivienda de la víctima al momento del crimen.
«Fue un cruel asesinato por encargo (…). Vamos a solicitar una culpabilidad por un femicidio, en una simetría de poder en relación contra la víctima, y también por precio o promesa remuneratoria. Los tres Guerrero cometieron el crimen por un precio que puso Hisa, el instigador», afirmó Guzzo.
El fiscal reprodujo una serie de audios en los que Hisa discutía los pormenores del divorcio y la división de bienes con Carletti y una llamada de la noche del homicidio en la que Kevin Guerrero afirmó «hay que ponerla o ponerla».
Por su parte, el defensor de Hisa, Daniel Sosa Arditi -quien interviene en el debate junto a su hija Sofía-, pidió que no declaren culpable al empresario y, si bien aclaró que le duele la muerte de Carletti, afirmó que el acusado «no cometió este hecho» y cuestionó que «es injusto condenar sin fundamentos».
Para el abogado, la hipótesis de crimen por encargo «no tiene sentido» dado que con la mujer muerta «la división era la misma con una sucesión».
La defensa hizo hincapié en que los sicarios actúan de una forma totalmente distinta a la de los delincuentes que mataron a Carletti, quienes dejaron rastros, hicieron mucho ruido y no usaron guantes o máscaras para evitar ser identificados.
A su turno, Federico Alisiardi, abogado de Juan Carlos Guerrero, aseguró que el hombre «no tiene ningún tipo de vinculación con el caso» y que las conversaciones que tuvo el imputado con Hisa en los días previos al crimen fueron por cuestiones laborales.
Por otro lado, la querella está a cargo del abogado Eduardo De Oro, quien representa al hijo de Hisa y la víctima; y de Víctor Ábalos por los otros hijos de la mujer.
En el juicio oral que comenzó esta mañana intervienen doce jurados populares y el juez técnico David Mangiafico, y se estima que dure más de un mes ya que están citados unos 80 testigos, entre expolicías, forenses, vecinos y familiares de la víctima.
El hecho ventilado en el debate ocurrió el 5 de marzo de 2018, cuando Carletti (59) fue asesinada de 52 puñaladas en su casa ubicada en la ciudad de Tunuyán, unos 83 kilómetros al sur de Mendoza Capital.
La mayoría de las heridas que sufrió la víctima fue en la espalda y el tórax, al tiempo que los peritos hallaron sangre y huellas esparcidas por varias salas de la vivienda.
Tras el crimen, el fiscal adjunto Gonzalo Nazar imputó a Hisa a partir de una serie de declaraciones testimoniales y peritajes, entre ellos una llamada telefónica que él realizó a uno de los supuestos autores materiales horas antes del asesinato.
El crimen de Carletti consternó a la comunidad de Tunuyán dado que la mujer era una reconocida empresaria frutihortícola de la zona.