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Manos a la obra: reabrió empresa que cerró hace cinco meses

A cinco meses de bajar la persiana y tras la larga lucha de los empleados, el ex lavadero Workers volvió a producir  con la mitad del plantel y otro dueño. “Valió la pena todo el esfuerzo que hicimos”, dijo Erika, una de las trabajadoras.

Después de cinco meses con la persiana baja el ex lavadero Workers reabrió las puertas con la mitad de los empleados y bajo otra firma. El nuevo titular es Eduardo Vásquez, un empresario del rubro que tenía un lavadero con 4 trabajadores y quiso ampliarse. De los antiguos empleados, unos 11 quedaron en la planta de Zeballos al 4600 y el resto tomó la indemnización y se fue. Los que decidieron continuar recibieron las maquinarias como forma de pago que ahora alquilan al nuevo titular.

El 2 de mayo pasado la Procesadora Workers (Zeballos 4663) cerró las puertas sin previo aviso. Al llegar a la planta, los 26 empleados se enteraron que habían quedado en la calle. Cerca de 20 días después la firma presentó el cese de actividades. Los empleados tomaron el local para reclamar el pago de las indemnizaciones.

El caso, que fue publicado por El Ciudadano, trascendió a lo largo y ancho de la ciudad. La lucha de los trabajadores fue acompañada por distintas organizaciones.

Al final, la resistencia tuvo resultado. La firma pasó a manos de Eduardo Vásquez, un empresario del rubro que estaba a cargo de cuatro empleados.

Vásquez mudó el plantel al local de Zeballos al 4600 y tomó a 11 de los antiguos trabajadores. El resto decidió irse con la indemnización.

En septiembre el lavadero reabrió las puertas. Los trabajadores alquilan las maquinarias que recibieron como pago a Vásquez, quien acordó con los antiguos titulares el pago de la abogada del sindicato como equivalente al alquiler del local.

“Valió la pena el esfuerzo que hicimos”, evaluó Erika Tabernero, delegada de la ex Workers.

Con 30 años Erika es la más joven del plantel. Trabajó en lavaderos desde los 18 años, cuando un primo la recomendó para entrar a una empresa. En los últimos cinco años estuvo en Workers en el sector de corrosión. Su tarea era pintar a mano, con pinceleta, los jeans para darles un efecto localizado.

“El nuevo dueño trata de bajar los precios para atraer nuevos clientes. Estamos remándola. Algo de trabajo hay”, cuenta la mujer.

Erika relató que quiso ser policía, pero la carrera era larga y tenía que cuidar a su hijo que hoy tiene 7 años. El año que viene quisiera estudiar una carrera y anotarse en Higiene y Seguridad.

La evaluación

En tanto, para el secretario general del sindicato de Unión Obreros y Empleados Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos de la Argentina, Carlos Gómez, la situación del sector se estabilizó pese al poco trabajo.

“Los lavaderos se mantienen con la escasa tarea que tienen. El mayor inconveniente fueron las importaciones que atentaron contra la industria del vestido. Lo que nosotros notamos es que en 2017 bajó un 60 el trabajo comparado con el año pasado”, dijo Gómez a El Ciudadano.

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