Las ligas del mundo que comienzan su competencia son todo un atractivo para los entrenadores y jugadores argentinos. Torneos cortos, explosivos, que permiten desarrollar una tarea profesional en tiempos de angustia e incertidumbre pero también devolverle a los trabajadores del deporte la alegría de estar en una cancha. Aunque no sea lo mismo, se le parece bastante, y luego también llegará el tiempo de reinsertarse en sus competencias de origen. Pasó con el certamen de México y ahora ocurre con el torneo de Colombia, que este jueves tendrá su rueda de presentación.
Allí estará Manuel Córdoba, entrenador nicoleño con larga tarea en la Rosarina y que desde hace años en un referente en Chile con Valdivia e incluso un buen paso por la selección de ese país. Pero mientras la competencia en ese territorio no vuelve, Manu estará a cargo del desafío de Búcaros y ya se aseguró a dos caras conocidas, el escolta Lucas Ortiz y el oriundo de Arroyo Seco Rodrigo Gallegos. Ambos dialogaron con El Hincha en la previa de la competencia, que será en formato de burbuja en Cali desde el 14 de octubre al 11 de noviembre con ocho elencos. Están en charlas con Omar Cantón para que se sume al equipo en la que sería una gran ficha.
No serán los únicos, ya que Facundo Muller conducirá a Valle Fast Break y contará con Juan Cantero, mientras que Selem Safar participará en Titanes de Barranquilla.
Manu Córdoba explica: “Fue una alegría poder volver a meterme en la profesión que amo. El tiempo de parate se usó para capacitarnos pero llega un momento en el que la pantalla y el Zoom te agota y necesitás estar en una cancha”.
El entrenador ya estuvo en Colombia en 2012 justamente con el elenco que será su primer rival en este torneo: Cimarrones de Chocó.
“Tengo la ilusión de pelear con Búcaros el campeonato, aunque será una experiencia nueva para la que me siento mejor preparado y maduro”, analizó el nicoleño, quien espera definir su continuidad en Valdivia antes de viajar a Colombia: “Son 12 años en Valdivia con muy buenos momentos vividos, y aunque se atraviesa un momento duro desde lo económico, comprendieron lo que significa para mí esta posibilidad y saben que mi idea es continuar en el básquet de Chile y con ellos.
A futuro, le guiñó un ojo a la chance de dirigir en la Liga: “Es un sueño el de poder dirigir en la Liga, pero para eso hay que seguir haciendo un buen trabajo y cuando llegue la oportunidad intentaré aprovecharla”.
Rodrigo Gallegos también tomará esta chance de jugar en Colombia como una posibilidad de hacer lo que más le gusta y quizás empezar a relanzar su carrera tras su salida de Olímpico de La Banda en la que fue su primera experiencia en la Liga A y en la que no terminó de sentirse cómodo.
“Hasta donde sé, en los primeros días de octubre tendría que estar ahí en Colombia y es un torneo que me sirve para estar en movimiento, poder jugar y agarrar ritmo nuevamente”, le explicó Cartu a El Hincha.
Y se refirió a la determinación de dejar Olímpico, así como también el deseo de tener una revancha en la Liga. “La idea es poder volver y jugar la Liga, pero bueno nunca se sabe qué depara el destino. Yo sueño con hacerme un nombre en la Liga Nacional”, se ilusionó y agregó: “La última fue una temporada rara, con muchos altibajos del equipo. Y en lo individual no me encontré bien, como me sentía antes. Sé que es una categoría superior y diferente a la que venía jugando pero tenía otras expectativas. En un principio iba a ser titular pero después trajeron a otro jugador, no tuve tantos minutos, quizás tampoco rendí”.
“Yo soy un jugador que necesita mucho tiempo la pelota en la mano y en Olímpico no lo tuve, por eso un poco tomé la determinación de dejar el equipo”, argumentó con sinceridad el talentoso base que es símbolo de Norte de Armstrong y que a lo largo de su carrera disputó desde la C rosarina hasta la máxima categoría nacional. “Esperemos que salga algo lindo en el futuro en la Liga”, se ilusionó el Mago.
Ahora, junto a Manu Córdoba emprende un desafío diferente en una competencia particular, pero que les servirá para ponerse en marcha, hacer lo que disfrutan y retornar poco a poco la normalidad del deporte en busca de ser felices junto a una pelota de básquet.