Unos 600 litros de cerveza que se hallaban dentro de barriles sumergidos a 20 metros de profundidad en el mar, a tres millas de la costa de Mar del Plata, para que sean macerados y luego poder ser comercializados con un fin solidario, desaparecieron. Según denunciaron las cervecerías dueñas de la carga y una ONG de buceo que colaboró en el operativo para sumergirlas, estas fueron robadas, o de mínima la jaula donde se guardaban “fue vandalizada”.
“Es triste porque fue alguien ‘del palo’ y el nuestro es un círculo chiquito”, advierte Carlos Brelles, que está al frente de Thallasa Buceo, escuela que trabajó en la sumersión. “Como no pudieron cortar las cadenas sacaron las tuercas y soltaron los barriles”, explicó.
Sus palabras encierran algo que es difícil de ocultar: solo muy poca gente tiene las capacidades técnicas y logísticas para realizar un sabotaje de esa magnitud. Y es por eso que cuesta pensar en que nadie se haya percatado antes.
El operativo para sumergir las barricas fue realizado por integrantes de una escuela de buceo de Mar del Plata, la Prefectura Naval Argentina y una empresa de remolque que colaboró con la iniciativa.
Los barriles habían sido depositados en una jaula, sujetada sobre la cubierta del buque pesquero «Kronomether», varado desde 1991 y hundido a tres millas del puerto de Mar del Plata desde hace seis años. La producción había sido elaborada por las cervecerías Heller, La Paloma y Baum y según informaron, lo recaudado “sería destinado al Museo de Ciencias Naturales ‘Lorenzo Scaglia’» de la ciudad balnearia.
Brelles fue de los que se sorprendió cuando esta semana volvió al Kronomether para rescatar las barricas y encontró vacías y abiertas las dos jaulas que las contenían. “Hay que ir con embarcación, tener experiencia, conocer mucho el lugar”, aseguró en declaraciones a la prensa.
