Los fiscales de San Isidro que investigan la muerte de Diego Armando Maradona analizaban los resultados de los estudios toxicológicos e histopatológicos complementarios de la autopsia, para ir diagramando los puntos de pericia que le solicitarán a la junta médica de expertos que convocarán para definir si en el caso hubo una mala praxis que derivó en el deceso de la mayor figura de la historia del fútbol mundial.
“Los resultados nos dieron una foto de cómo murió Maradona y de cuál era el estado general del aparente deterioro de su salud. Ahora debemos componer la película entera de sus tratamientos médicos y determinar si el deceso era evitable y si hay o no responsables”, dijo uno de los investigadores judiciales de la causa.
La misma fuente explicó que “es tan importante saber qué sustancias tenía en su cuerpo, como las que no tenía”, ya que de acuerdo a estudios de laboratorio Maradona tenía en su organismo una serie de psicofármacos, incluso algunos que según fuentes médicas, podrían generarle una arritmia, pero ninguna droga para la cardiopatía crónica que presentaba.
Estos estudios serán una de las piezas clave que los fiscales Laura Capra, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, mandaron a analizar por los especialistas que van a integrar la junta médica.
Según las fuentes consultadas, los tres fiscales ya están diagramando los puntos de pericia que deberán contestar con especialistas de distintas disciplinas médicas que vayan a recibir la autopsia, las historias clínicas, los estudios complementarios y las testimoniales ya volcadas en el expediente .
La idea de Capra, Iribarren y Ferrari, es que durante enero la junta médica analice a fondo el caso y pueda sentenciar si el deceso de Maradona era evitable, si hubo mala praxis y si alguno de los profesionales que lo trataban, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, tuvo alguna responsabilidad.
Si esa junta médica complica a los profesionales y confirma las sospechas que ya tienen los representantes del Ministerio Público, lo más probable es que Luque y Cosachov sean llamados a declaración indagatoria por la figura del “homicidio culposo”, que prevé una pena de 1 a 5 años de prisión.
Los estudios toxicológicos conocidos determinaron que Maradona no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo cuando falleció el pasado 25 de noviembre en un country de Tigre, pero sí detectaron la presencia de psicofármacos, entre ellos, «venlafaxina, quetiapina, levetiracetam y naltrexona».
Además, los análisis histopatológicos a los órganos detectaron en el corazón del “10” una «fibrosis miocárdica» y «áreas de isquemia miocárdica»; en el hígado, un «cuadro cirrótico»; pulmones de características “asfícticas” asociadas a una “patología pulmonar crónica”, a un “cuadro de insuficiencia cardíaca y a un «foco con edema intraalveolar»; y en el riñón, una «necrosis tubular aguda» ligada a una “patología renal crónica”.
Sobre los estudios conocidos, el abogado de Cosachov, Vadim Mischanchuk, aseguró que el corazón del exfutbolista había sido estudiado poco antes de que ella comenzara a atenderlo, y que «no hubo una recomendación de un seguimiento por cardiología».
El letrado consideró que hasta este momento los resultados no comprometen a la psiquiatra, ya que, «si bien se detectaron fármacos», algunos de los cuales indicó su defendida, «hay otros que no están porque quizás se eliminaron por orina o por sudor, y no está determinada la cantidad».
«La medicación que indicó la doctora Cosachov era medicación que el paciente ya venía tomando”, dijo Mischanchuk, para luego explicar que hasta que no se conozcan las dosis, “no se va a poder determinar si esos medicamentos pudieron tener un efecto adverso en el funcionamiento del corazón».
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre pasado al mediodía, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés de Tigre, a dos semanas de su externación de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.
La autopsia determinó que el «10» murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
La investigación del equipo de fiscales creado por decisión del fiscal general de San Isidro, John Broyad, se centra en tres ejes principales: si hubo negligencia médica y por lo tanto un eventual «homicidio culposo», quién tuvo responsabilidades sobre ese posible delito y si la muerte de Maradona se pudo haber evitado.