Fernando Bianculli
En pleno auge de los medios masivos de comunicación, Diego Maradona consumó sus mayores proezas deportivas y la representación discursiva de ellas construyó su figura mítica, una imagen que, tamizada por la semiótica, puede sufrir tensiones en el tiempo ante un nuevo ecosistema mediático donde la circulación de sentido es mucho más caótica.
La muerte de Diego, de la que se cumplirá un año este jueves, plantea un nuevo escenario de su reproducción simbólica, con incertidumbre sobre los posibles cambios que operen en su significación.
José Luis Fernández, doctor en Ciencias Sociales (UBA) y miembro argentino de la Federación Internacional de Estudios Semióticos (IASS-AIS), asegura que la identificación social con Maradona “sigue en procesamiento y es un tema a poner en cuestión” por nuevas variables que intervienen en la comunicación.
“Vivimos un tiempo muy complejo, la era del post broadcasting. En ese ecosistema, los medios masivos son menos importantes y conviven con nuevas plataformas (redes sociales) que les compiten. Allí se generan nuevas informaciones, adquieren la palabra distintos actores sociales y todo se pone a prueba”, reflexiona.
Este nuevo proceso, no sólo alcanza a Maradona como ídolo y referente popular sacralizado en el relato mediático, sino también a todo personaje influyente del ámbito público, que se expone a una nueva complejidad comunicacional.
“Todas las grandes verdades, los grandes relatos, las grandes cosmovisiones que se soportaban en un ecosistema relativamente organizado como el de los medios masivos de comunicación se someterán a un proceso de revisión”, afirma Fernández, docente en la UBA y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref)
Maradona: un fenómeno de la mediatización
El sociólogo canadiense Marshall McLuhan, al desarrollar su concepto de “aldea global”, demostró el efecto producido por los medios masivos en la percepción de hechos cotidianos y personajes que se vuelven cercanos y esconden su eventual distancia espacio-temporal.
“Maradona es un personaje creado en el mundo del broadcasting. Nos resulta cercano, pero la mayor parte de nosotros tuvimos contacto con él a través de sus mediatizaciones. La construcción del fenómeno Maradona se produjo en base a los procesamientos mediáticos de las imágenes, relatos o argumentaciones surgidas de su palabra –mediatizada– o de los comentarios de sus amigos, mujeres, hijos, exégetas y críticos”, resume Fernández, autor del libro Vidas mediáticas. Entre lo masivo y lo individual (La Crujía, 2021).
El sistema de los medios masivos “creó, preservó y continuó” la condición mítica del capitán del seleccionado argentino campeón mundial en México 86. Sólo así se explica la identificación producida en nuevas generaciones que no fueron testigos de su magia dentro de un campo de fútbol. Pelé, por caso, con hazañas deportivas similares pero perteneciente a otra era de la comunicación, no logró el mismo efecto global y transgeneracional.
“La extensión del fenómeno Maradona en el tiempo es equivalente a su extensión en el discurso de los medios masivos. Las mediatizaciones creadas sobre Maradona es lo que le da vigencia al mito. Lo que queda por ver es cómo será procesada su imagen a futuro por aquellos que no compartieron la escena social en el momento de los éxitos de Diego”, advierte.
La interpelación del astro
La desaparición física del “10”, considera Fernández, supone “un desbalance” en el tipo de reproducciones simbólicas sobre Diego dentro de la comunicación social. A partir de su muerte, queda concluida la etapa como actor del mundo del deporte, pero no así su exposición por comportamientos y acciones fuera de la cancha.
“Es de esperar que haya nuevos hechos u historias de su vida capaces de generar nuevas significaciones fuera de cualquier control. La imagen de Maradona tiene todavía un largo recorrido para realizar dentro del mundo de las mediatizaciones”, postula.
Después del fatídico 25 de noviembre de 2020, la cubana Mavys Álvarez reveló en los medios que mantuvo una relación forzada con Maradona cuando tenía 16 años y el astro permanecía en el país caribeño por un tratamiento de sus adicciones.
El caso, que se materializó en la Justicia argentina con una denuncia por trata de personas, pone en crisis la figura del ídolo frente a la aparición de nuevos movimientos como el feminismo.
“La presencia de un personaje en la escena pública va siendo metabolizada de acuerdo a los distintos estilos de época. No es lo mismo Maradona antes que después del feminismo. Los últimos acontecimientos que se mediatizaron pegan en la línea de flotación del ídolo como mito completo”, analiza.
“Los ídolos y mitos populares tienen la condición de poder sobreponerse a esas situaciones. Veremos si Maradona es capaz de conservar su condición mítica e intocable. Si no puede hacerlo, analizaremos los límites y los alcances de su figura de otra manera”, concluye.