Ocho y treinta. Nublado y frío. El termómetro marcaba un grado bajo cero. Los primeros corredores fueron llegando. Abrigados, pero con ganas. De a poco el pie del Monumento Nacional a la Bandera se iba pareciendo a un mar de personas.
Con ellas, el sol se iba animando. Las entradas en calor fueron medidas, no había que exigirse demasiado porque adelante los esperaban ni más ni menos que 42 kilómetros.
Puntualmente, a las 9, se escuchó el disparo de largada y todo Rosario se movió. La décima edición del Maratón 42 kilómetros ya estaba en marcha.
La ciudad abrió sus calles para darles asilo a los corredores que se llegaron desde todos los puntos del país y 118 del extranjero.
En este tipo de carreras, dicen los consagrados, que lo más importante es la paciencia. Y eso se veía en los rostros de los atletas que fueron consumiendo energías lentamente, dejando en claro que esta competencia se ganaba con lo psicológico.
Así, de a poco, se podía observar quienes buscaban estar en el pelotón de punta y quienes iban a bajar tiempos.
Las siluetas de los candidatos se fueron acercando al Monumento apenas pasadas las dos horas de carrera y allí la adrenalina y la emoción se fue apoderando de todos los presentes que se acercaron a la zona para no perderse ningún detalle de semejante evento.
Como adelantó El Hincha en su edición de domingo, el santafesino Nicolás Ternavacio era candidato y no defraudó. Es que el santafesino se quedó con la competencia con un tiempo 2h19m50s, de punta a punta y con resto.
Ternavacio salió decidido a buscar el récord provincial y bajar sus marcas personales para redondear una mañana perfecta.
A él lo escoltaron el entrerriano Sergio Meoniz con un tiempo de 2h29m y Diego Simon, de Tandil, con 2h28m.
Entre las mujeres, la marplatense María Peralta se quedó con la carrera cronometrando un tiempo de 2h47m20s, seguida por la santafesina Fabiana Gaitán con 2h57m30s y Carina Mercado, de Trelew, con 2h59m10s.
Peralta bajó de esta manera la mejor marca del circuito y se quedó con todo.
Más allá de los brillantes ganadores, las historias que cuentan este tipo de competencias son imposibles de dejar de lado, porque dentro de los profesionales también están aquellos que se prepararon durante cuatro meses entre sus trabajos y los entrenamientos y viajaron desde muy lejos para poder estar en Rosario.
Además de los 42 kilómetros, ayer también se pudo disfrutar de la prueba integrativa de 7, para que todos aquellos que llevan en la sangre correr, lo puedan hacer, sin importar sin son profesionales o amateurs y como viene sucediendo en todas las disciplinas integrar a quienes también presentan alguna capacidad diferente.
Lo cierto es que una vez más Rosario estuvo a la altura de las circunstancias. Como lo viene demostrando desde hace años, no tiene nada que envidarles a los 42 kilómetros de cualquier parte del mundo (Nueva York, París o Amsterdam por citar algunas) y los resultados están a la vista.
Con el esfuerzo mancomunado de las autoridades municipales, de la asociación de atletismo y sobre todo, de los atletas que dejan todo para estar en la ciudad, los 42 kilómetros de 2011 entrarán en los registros históricos de las mejores carreras.