El largo y complejo proceso de selección de candidatos republicanos y demócratas a la Casa Blanca vivirá hoy una de sus jornadas más importantes con la celebración del denominado “Supermartes”, día en que más estados realizan sus primarias, con más delegados en juego y que según las encuestas puede consolidar el camino a la nominación de Donald Trump, por el Partido Republicano, y de Hillary Clinton, por el lado demócrata.
La crucial jornada de primarias y caucus (asambles populares) definirá los delegados demócratas en once estados –Alabama, Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Minesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont y Virginia– y en el territorio de ultamar de Samoa Americana, con la ex senadora como favorita. La oposición republicana, con el millonario empresario a la cabeza, lo hará en doce estados, los mismos que el oficialismo, más Alaska.
Los republicanos disputan 661 delegados en comicios en los que Trump, con 82 delegados ya sumados, podría consolidar, si mantiene el ritmo, su camino hacia los 1.327 delegados necesarios para ser el candidato presidencial de los comicios que se celebrarán en noviembre próximo y definirán al nuevo titular de la Casa Blanca.
Los sondeos otorgan ventaja al controvertido magnate en todas las contiendas estatales de primarias republicanas, con la sola excepción de Texas (que reparte 155 delegados), donde el senador Ted Cruz es local y se espera que mantenga su dominio.
Si mañana Trump consiguiera entre 240 y 300 delegados quedarían pocas dudas de que el magnate de los casinos y hoteles se proclamaría líder de la formación de cara a las elecciones presidenciales, lo que constituiría una gesta inesperada, llevada a cabo con su discurso xenófobo.
El avance de Trump se produjo a pesar de que el “establishment”, los herederos de la política tradicional conservadora con historial político dentro del partido, se lanzaron en su contra.
Marco Rubio viene intensificado los ataques contra Trump en los últimos días y ayer presentó junto a Cruz su declaración de impuestos, para invitar al magnate a que haga lo mismo a sabiendas de que los negocios de Trump, algunos ruinosos, pueden revelar sorpresas. Ambos precandidatos, en vista de que Trump toma distancia, lo atacan en tándem desde el debate celebrado el jueves pasado.
En el lado demócrata están en juego 865 delegados de los 2.383 necesarios para consagrarse candidato, con Clinton como favorita de las encuestas para llevarse una gran parte de ellos.
Clinton llega impulsada por el abrumador triunfo de anteayer en el estado de Carolina del Sur, donde se impuso al senador Bernie Sanders con un 73,5 por ciento de los votos, frente al 26 por ciento de su rival.
La ex primera dama dijo que su campaña va a tomar una dimensión nacional de cara al “Supermartes”, aunque aseguró que no da nada por garantizado aún.
Clinton ya tiene más de 544 delegados frente a 85 de Sanders, en especial gracias al casi unánime apoyo de los llamados “superdelegados”, votos para la convención demócrata de verano que están vinculados al aparato del partido.
Pese a que la ex secretaria de Estado no consiguió ventajas muy considerables en las contiendas de Iowa o Nevada, y a que Sanders se impuso en Nuevo Hampshire, la diferencia de delegados es por el momento ampliamente favorable a ella.
En tanto, Sanders contó ayer con un espaldarazo importante dentro del Partido Demócrata, con la dimisión de la vicesecretaria de la formación, la congresista por Hawai, Tulsi Gabbard, quien anunció que apoyará al senador autodefinido como “socialista demócrata”.
Desde mediados de enero pasado, Clinton decidió realizar una férrea defensa del legado del presidente Barak Obama y las críticas que hasta hace poco lanzaba a su antiguo rival electoral y jefe cambiaron por un discurso en el que se presenta como la mejor sucesora del presidente saliente, del que fue secretaria de Estado entre 2009 y 2013.
El proceso de primarias y caucus, donde los votantes eligen los delegados para una convención de nominación en la que se decide el candidato presidencial de cada partido, se desarrolla entre el febrero y junio, y se extiende a los 50 estados, más el Distrito de Columbia y los territorios de Estados Unidos.
Buena imagen de Obama
El presidente estadounidense, Barack Obama, quien llegará a la Argentina el 23 de marzo próximo, tiene un aceptable nivel de popularidad en el país, según una encuesta de Win/Gallup. El sondeo fue realizado en 65 países a fines del año pasado y en la Argentina el mandatario norteamericano tiene un 38 por ciento de imagen favorable, un 23 desfavorable y un 40 por ciento prefirió la opción “no sabe/no contesta”. En la encuesta general, Obama recogió un 59 por ciento de imagen favorable y un 29 de desfavorable.
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