Marcelo Bloch es la cara visible de la dirigencia de básquet de Provincial, fue quien tomó la determinación y generó junto a un grupo de trabajo y auspiciantes, el impulso para que el Rojo vuelva a sentir a ritmo del pique de pelota, quien encabezó el operativo retorno primero con Pablo Fernández, y luego con Adrián Boccia. Con el objetivo cumplido de sobra y el desafío en el horizonte cercano, es momento de repaso, balance y trazar las nuevas metas.
“Los que llegaron a las instancias finales fueron los equipos que hicieron las cosas diferentes, los que estuvieron mejor preparados. Allí se vio un grado de paridad muy importante ya en los últimos cruces la cuota de fortuna incide, porque podía ser para cualquiera, como la final con Amancay. Creo que la diferencia a lo largo del torneo fue que el equipo se preparó con el objetivo claro de llegar a las instancias finales. A diferencia del año pasado, en el que se superaron largamente los objetivos, en esta campaña si no llegábamos a semifinales hubiera parecido un fracaso”, contó Bloch, quien se permitió el tiempo para un repaso de lo vivido: “Marcamos un objetivo alto porque teníamos la experiencia de la temporada anterior, conocíamos el camino, las dificultades y las posibilidades, y se preparó un equipo para competir a ese nivel. El primer gran refuerzo fue recuperar a Adrián Boccia, emblema y símbolo del club. A todas luces fue un plus para el equipo y eso se vio en cada situación complicada, en cada final cerrado, marcó la diferencia. Sumar a Garello a mitad de campaña no fue algo casual, sino que se charló de antemano y se guardó la plaza, fue pensado desde el primer día y se trabajó para eso”.
“El cuerpo técnico realizó un gran trabajo, hubo un mayor respaldo institucional que el año anterior y la Copa Santa Fe nos vino muy bien para ponernos en competencia ante rivales muy complicados como Central de Ceres o la final que ganamos ante Santa Paula. Tuvimos una psicóloga a disposición, Renzo (Bertolone) trabajo bárbaro en la preparación física, no tuvimos lesiones por desgarros o contracturas y eso es clave porque en este nivel de alta competencia si te quedás sin un jugador no es sencillo reemplazarlo”, añadió Bloch, quien destacó también la química del plantel: “La integración del plantel fue mágica entre los que veían del año pasado y los que se sumaron y adaptaron. Los que jugaron más o menos, igual parecía que tenían la camiseta de Provincial desde hace mucho tiempo. Seguramente tiene mucho que ver la guía de Pablo y Adrián, que son dos monstruos”.
“Nosotros desde lo institucional nos dedicamos a cumplir con lo pactado y cuando se dio fuimos resolviendo situaciones para estar a la altura de lo que nos pedían los jugadores, sobre todo en los viajes de la parte clave”, añadió desde el trabajo dirigencial, y otro de los motivos de alegría fue movilizar al club y la ciudad: “Se agrandó la base de hinchas del club, nos acompañaron los socios y se generó una localía muy fuerte que parecía que era imposible que nos ganaran. El apoyo que conseguimos para ir a La Rioja fue clave, porque logramos tener casi la mitad del público. Mérito de todos, pero también de la gente, porque lo comparo con lo que pasó en Pico, donde fuimos muy visitantes. Este año fuimos más preparados”.
El desafío de la Liga Argentina
“Ahora estamos en el desafío de Liga Argentina, es empezar de nuevo casi desde cero porque la diferencia es grande, pero con un recorrido iniciado y con actores que pasaron por esta experiencia, algo que nos ayuda mucho. Si no tuviéramos a Pablo Fernández esto sería más difícil, pero Pablo y Adrián aportan desde todos los lugares”, explicó Marcelo Bloch, quien sabe que la responsabilidad es mayor y el trabajo a realizar muy arduo: “Desde lo económico el salto es enorme, hay que decirlo con todas las letras. Se encarece mucho la logística de viaje y la hotelería. Por eso ahora viene el desafío de hallar el apoyo al básquet rosarino. El básquet es un deporte popular en un club popular como es Provincial, no sobran contactos ni recursos, pero los espónsores siguen y hay gente nueva que nos apoya. Creemos que se van a sumar más. No es sencillo, pero si el año pasamos hicimos una oferta por la plaza, este año no vamos a dejar pasar la oportunidad y vamos a jugar la Liga Argentina y la vamos a intentar jugar dignamente. Obviamente el objetivo no va a ser tan alto, sino llegar al final de campaña y haber generado la estructura para quedarnos en la categoría. Siempre pensé que Rosario tiene que tener un equipo al menos en Liga Argentina. Hoy Provincial vuelve a ser lo que era casi 30 años atrás cuando llevé a mi hijo por primera vez. Hoy después de mucho tiempo el club vuelve a respirar básquet”.
“Sabemos que es difícil, que sube uno solo y que hay clubes que manejan otros presupuestos. El acompañamiento del club es cada vez mayor, el presidente está con nosotros, predispuestos a afrontar el desafío”, se ilusionó Bloch.
La identidad rosarina fue, es y será prioridad para el equipo: “Queremos darle una identidad rosarina al equipo, la identidad provincialista nos la dan los grandes ídolos como Adrián y Pablo, pero queremos que jugadores del básquet rosarino formen parte del equipo, que sea motivo de alegría y que de alguna manera los clubes también se sientan partícipes. Que los jugadores rosarinos tengan acceso, que pueda estudiar en la ciudad, quedarse cerca de su familia”.
Dueño del sueño cuando nadie lo soñaba, partícipe del cerebral armado y la construcción del plan, encargado de darle el marco a la notable campaña en la Liga Federal, ahora Bloch y Provincial empiezan otra vez por un nuevo desafío. Pero atrás estará, quizás, buena parte del básquet de la ciudad.