“Política Obrera votará en blanco en el ballotage, en oposición a dos candidaturas inocultablemente capitalistas”, afirmó Marcelo Ramal en su paso por Rosario el pasado jueves, en un encuentro con la militancia de esa formación política. Con críticas hacia La Libertad Avanza y hacia Unidos por la Patria, el economista de la izquierda trotskista fue entrevistado por El Ciudadano y analizó los vaivenes económicos en nuestro país.
—¿Viendo la posición del Pollo Sobrero, a quién votará Política Obrera en el ballotage?
Javier Milei es un fascista, pero carece de los recursos políticos para montar un movimiento y -mucho menos- un gobierno de carácter fascista. Ha sido rescatado por Mauricio Macri del retroceso electoral. De otro lado, Sergio Massa se ha agenciado el apoyo de otro macrista, Carlos Melconian, para su futuro programa económico. El horizonte que deparan los dos candidatos es conocido: devaluación, tarifazo y una contrarrevolución previsional y laboral. La izquierda que presta su voto a esa perspectiva marcha a la disolución o al suicidio político.
—¿Cómo economista, ¿qué pensás de las intervenciones a las agencias de cambio clandestinas, llamadas cuevas?
Los operativos en las cuevas constituyen un recurso transitorio e improvisado para llegar al balotaje en aparente calma cambiaria. El desenlace devaluatorio para después es parte de las dos veredas, la de Massa y la de Milei.
—¿Qué se debería hacer con la economía en negro?
La economía en negro parte de “arriba”, nacional e internacionalmente. Arranca con la banca en las sombras, que se expandió monumentalmente después de la crisis de 2008; continúa con la criminalización de las finanzas y el narcolavado, y culmina con la tendencia, a la precarización del trabajo. Abolir la economía en negro exige que la clase productora (los trabajadores) asuman la dirección del proceso de producción e intercambio de la sociedad.
—¿Acordás con los que dicen que no pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) es profundizar la crisis?
Los que le pagan al FMI no pretenden evitar ninguna crisis. Lo hacen para mantener el vínculo con un sistema financiero internacional que es parasitismo puro. La ruptura con el FMI no debe concebirse como una medida aislada, sino como peldaño de una transformación social dirigida por los trabajadores.