“Si querés seguridad tocá bocina”. Esa insignia acompañó ayer una sonora manifestación por las calles céntricas de la ciudad convocada por familiares y amigos de Leandro Zini, al cumplirse dos meses de su asesinato en la puerta de su casa de zona norte. Alrededor de 500 personas se concentraron a las 16.30 en plaza San Martín y marcharon hasta el Monumento a la Bandera, junto a familiares de otros jóvenes asesinados que adhirieron al motivo de convocatoria de la marcha: el reclamo de justicia y seguridad.
“Exijo justicia por la muerte de mi hermano. A nuestros gobernantes les pedimos seguridad que es un derecho que nos corresponde”, dijo Daniela Zini, una de las hermanas del joven de 21 años asesinado el 24 de julio pasado en la puerta de su casa de barrio Industrial. Ese domingo, Leandro fue degollado delante de su novia y en la puerta de su casa de Mar del Plata 30, cuando intentó resistirse a un arrebato perpetrado por tres adolescentes, dos de ellos menores de edad, que fueron detenidos ese mismo día.
“No queremos que el chico que lo mató esté suelto. Pero también exigimos al Estado que construya centros de rehabilitación juveniles con gente capacitada para contener a estos menores en conflicto con la ley”, explicó Daniela.
En la misma línea se manifestó su papá, quien repitió una frase que ya dijo en otras oportunidades: “A estos chicos hay que enseñarles a vivir porque ellos nos están enseñando a morir. Pedimos seguridad porque vienen de familias que no están capacitadas para enseñarles y el Estado no se hace cargo. La seguridad se hace dándoles un lugar, porque además de estar en conflicto con la ley están en conflicto con la sociedad y nadie hace nada”.
Más de 500 personas se hicieron presentes a las 16.30 de ayer en la plaza San Martín, y una hora más tarde dio inicio a la movilización que tomó por calle Córdoba hasta Presidente Roca, escoltada por motoqueros que se sumaron al reclamo de seguridad.
La marcha continuó por calle San Lorenzo hasta Laprida, retomó Córdoba y desembocó en el Monumento Nacional a la Bandera, donde se leyó un documento y concluyó con las palabras del padre Alan.
La familia de Leandro caminó bajo una gran pancarta que decía: “Rosarinos de pie. Por una provincia segura” y detrás suyo marcharon familiares de Adrián Saucedo, asesinado de un disparo en el pecho el 22 de mayo pasado, momentos después de votar, al intentar evitar un robo en inmediaciones de Juan Manuel de Rosas y Garibaldi.
También marcharon familiares de Marcos Rivero, asesinado el 7 de septiembre pasado. “Lo mataron en Alvarado y Forest para robarle la moto. Justicia cero, no hay ni un detenido”, dijo llena de dolor Graciela, su mamá.
La foto de Mario Secondino también recorrió la marcha ya que sus familiares vinieron de la ciudad de San Lorenzo a acompañar el reclamo de seguridad. El joven fue atropellado en noviembre de 2008 por una mujer policía que conducía en contramano, y luego de una extensa lucha lograron que la causa sea caratulada como homicidio simple.
De la misma ciudad también participaron familiares de Ramiro Bargueño Tejero, un trabajador que falleció el 15 de noviembre de 2007 en la cerealera Vicentin y que trabajaba para la contratista Adecco. Su madre dijo que quería participar en la marcha para reclamar leyes justas, ya que su hijo también murió por falta de seguridad. “Fueron hechos distintos pero estamos en el mismo dolor”, remarcó.
En el Monumento a la Bandera, familiares de Leandro leyeron un documento reclamando más seguridad a las autoridades y luego pidieron un minuto de silencio en memoria de Leandro y de todos los muertos por inseguridad.