Carla Deiana*
Vamos al punto más alto del plan de lucha escalonado de la Unidad Piquetera, que se votó en un plenario a principios de marzo en Plaza de Mayo, con 3 mil delegados y delegadas de todo el país, de más de 30 organizaciones. Ya arrancaron cuatro caravanas a la Plaza de Mayo, desde la Patagonia, el NOA-Córdoba, Cuyo y el NEA-Santa Fe, en las que a su vez confluirán las columnas de 24 provincias del país, que irán realizando actos previos para encontrarse en el acto central frente a la Casa Rosada el día 12, que los organizadores estiman reunirá a 300 mil personas. En la ciudad de Santa Fe hubo ayer un acto, y hoy habrá otro en el Monumento a la Bandera con 10 mil activistas de Rosario y de toda la provincia, así como de Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa.
Esta acción expresará mucho más que un reclamo masivo por la universalización de los programas sociales y la mejora de los alimentos para los miles de comedores populares, en los que se estima 11 millones de personas hacen al menos una comida del día. La masividad de la protesta tendrá el mérito de expresar el estado real de un país que alberga 17 millones de pobres y 5 millones de personas en situación de indigencia. Un balance lapidario de todos los que gobernaron las últimas décadas y una advertencia contra quienes pretenden resolver con represión los reclamos de una sociedad manifiestamente en conflicto.
El agravamiento de la crisis capitalista con las medidas de ajuste que reclama el FMI, se está descargando sobre las espaldas obreras a partir de una inflación descontrolada, que algunas consultoras pronostican podría llegar al 70% interanual, lo que ya está produciendo paros en pequeñas fábricas del Gran Rosario reclamando por aumentos de emergencia sobre los salarios. Según la Usina de datos de la UNR una familia “tipo” (dos adultos, dos menores) en Rosario necesita 44 mil pesos para no caer en la indigencia, es decir solamente para acceder a la canasta alimentaria. La canasta básica está en 180 mil pesos, incorporando el alquiler, un ítem que no puede ser ninguneado en un país donde el crédito hipotecario es usurario y existe un déficit de tres millones de viviendas.
La crisis social creciente
El reclamo por trabajo genuino, contra las múltiples formas de precarización laboral que se extienden en primer lugar en el Estado, abarca a quienes no tienen trabajo o están subocupados. E incluye también a los trabajadores ocupados, que ven cómo se degradan sus condiciones laborales con cifras cada vez mayores de sus salarios en negro, que rebajan el aguinaldo, las vacaciones y la jubilación.
El “trabajo genuino” es un concepto indisoluble de la lucha por un salario equivalente a la canasta familiar, que permita mínimamente al trabajador reproducir sus condiciones de existencia y la de su prole. Por eso el sindicalismo combativo también acompañará la Marcha Federal, en oposición a la burocracia sindical que le da la espalda a los reclamos de las bases para colaborar con el gobierno.
Por más que bufe Milei contra los piquetes, está claro que no dejarán de haber movilizaciones piqueteras en un cuadro de pulverización de los ingresos de la mayoría trabajadora. Nadie vive de un plan social que ronda los 18 mil pesos con los últimos aumentos, ni menos de una AUH de 6 mil pesos, cuando la canasta escolar aumentó un 1000% respecto del último año. La crisis social es creciente, como lo mostraron las largas colas en la Anses de todo el país, con personas desesperadas por no quedar excluidas de un ingreso magro de 18 mil pesos en dos cuotas, que no llegó a ser ni un IFE.
Una marcha contra el pacto del gobierno con el FMI
Este ingreso fue arrancado gracias a la protesta sostenida de las organizaciones de desocupados, demostrando que luchar rinde. Los piqueteros se han convertido en una vanguardia que enfrenta el hambre y la miseria y es por eso que son atacados por todo el régimen político, que tiene miedo a que el resto del pueblo trabajador siga su ejemplo de organización democrática y colectiva, con métodos de reclamo basado en la acción directa.
Este pavor a una intervención independiente de los trabajadores, en el marco de las rebeliones populares en América Latina, muestra la carencia de un programa de salida de los que nos gobiernan. Lo que ahonda la crisis política al interior del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio y da aires a lo más reaccionario de la política, Amalia Granata y cía.
Es importante observar que la “ley Granata” para obligar a la juventud pobre a realizar el servicio militar, empalma con la pretensión de todo un sector del arco político de militarizar Rosario frente a la avanzada del narcotráfico, sacando al Ejército a las calles como sucede en México. Una medida que traerá una mayor criminalización de quienes protestan, así como del entrelazamiento corrupto de las fuerzas de seguridad con el gran delito. La lucha por educación y trabajo, por igualdad y por un futuro para la juventud, será central en la Marcha Federal, en oposición a los “narco punteros” que son parte del gobierno como vimos en Rosario.
El jueves 12 vamos todos a la Marcha Federal, que será un gran acontecimiento político como la acción de lucha más grande que se haya hecho contra el ajuste del gobierno nacional en complicidad con la oposición. Abrirá una etapa, porque llamará a todos los sectores a luchar contra la pobreza, por el trabajo, el salario y las jubilaciones, uniendo a trabajadores ocupados y desocupados, con las organizaciones piqueteras y los sindicatos combativos. Porque estarán allí presentes quienes defienden la salud y la educación públicas, el derecho a la vivienda.
Estarán presentes las luchas ambientales, que empalman con las denuncias de la falta de agua y de los servicios más básicos en los barrios en la misma semana en que el gobierno dará luz verde a los tarifazos. La Marcha Federal se opondrá al pacto colonial del gobierno con el FMI, levantando todas las banderas populares que pueden dar lugar a nuevo movimiento que abra una salida de los trabajadores a la crisis.
*Socióloga, profesora, referente del Partido Obrero y el Frente de Izquierda en Santa Fe