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Marchan en reclamo de justicia

Por Agustín Scholer.- Familiares y amigos de Martín Busalacchi, un pibe que murió junto a otras tres personas durante un siniestro de tránsito, pedirán el cambio de carátula y que la causa por homicidio culposo se instruya como homicidio simple.

El pasado 15 de enero cuatro personas oriundas de Rosario fallecieron durante un siniestro de tránsito ocurrido sobre la ruta provincial 41, a la altura de Villa Lía, en el partido bonaerense de San Antonio de Areco, cuando se dirigían a la costa atlántica. Las víctimas fatales viajaban en un auto que fue embestido de frente por otro, cuyo conductor –identificado como Federico Andrés T., de 27 años– sólo sufrió la fractura de una mano. Según pericias, Federico circulaba a más de 170 kilómetros por hora y estaba alcoholizado, pero la causa fue caratulada como homicidio culposo agravado. Mañana a las 16, familiares y amigos de Martín Busalacchi, uno de los cuatro fallecidos en enero, se reunirán en la plaza Pringles para pedir justicia y que la causa sea caratulada como homicidio simple con dolo eventual. “Estamos remando contra personas a las que no le importa lo que pasó. Queremos pedir ayuda y llegar hasta el ministro de Justicia de la provincia”, indicó Gerardo Busalacchi, padre del pibe fallecido.

El problema del tránsito representa uno de los más importantes tabúes de la sociedad argentina; en las rutas muere gente todos los días, pero a diferencia del problema de la seguridad, no forma parte de los debates catastróficos que se escuchan y leen a diario. Para algunos el caso de Martín Busalacchi es un mero número que se suma a las estadísticas, pero para otros es un caso que merece ser contado y juzgado de otra manera.

“Nosotros viajábamos el 15 de enero rumbo a la costa atlántica; íbamos en tres autos. En el de atrás iban mis primos, quienes llevaban a mi hijo. Veníamos en hilera; ellos circulaban a 500 metros del coche del medio, donde viajaba yo. En un momento doblamos en una curva y no los vimos mas” contó Nora Resta, la mamá de Martín.

El choque se produjo en una curva conocida como “El Tala viejo”, en jurisdicción de Villa Lía, partido bonaerense de San Antonio de Areco, cuando un Peugeot 405 que circulaba a 174 kilómetros por hora chocó de frente al Fiat Palio en el que viajaba la familia rosarina. El segundo rodado no derrapó, ni hizo trompos, ni volcó. Voló 9 metros por el aire antes de tocar el piso. “Imaginate la velocidad con la que venía el otro conductor, que levantó del piso un auto que pesaba 1.500 kilos”, contó Gerardo Busalacchi, con la cara desencajada.

Ese día murieron junto a Martín, Hugo Oscar Sánchez de 56 años; su esposa, Mirta Graciela Inés Radacci, de 52 y el hijo de ambos, Facundo Lionel Sánchez, de 19.

“Hay testimonios que dicen que Federico T. siempre manejaba sin importarle nada. Él es camionero, conduce un camión del padre. Desde Villa Lía, donde vive, hasta San Antonio de Areco. Pasaba al menos ocho veces por día por esa curva. Conocía el trayecto perfectamente. Él es chofer profesional, no ignora lo que es manejar a alta velocidad y alcoholizado”, contó Gerardo.

Según los bomberos que rescataron al conductor del 405, éste solamente se preocupó por el estado de su auto, no mostró interés por la gente a la que había chocado. “Los bomberos nos contaron que (Federico T.) los insultaba porque iban a cortar la puerta de su auto para sacarlo; ellos le dijeron que había matado a cuatro personas, pero a él no le importaba”, apuntó Nora Resta.

La preocupación de los familiares es que el hecho quede impune; ya que según los jueces a cargo del caso, el muchacho no tenía intenciones de matar a nadie. “La causa se instruyó como un homicidio culposo agravado porque hubo cuatro muertos. Todos los siniestros de tránsito ingresan a la Justicia con esa carátula. El fiscal que analizó toda la causa pidió el cambio de calificación, pero el juez Eugenio Lisciotto, de la justicia de Mercedes, lo denegó. Fuimos a la Cámara de Apelaciones de Mercedes, donde el Juez Humberto Valle, con más pruebas que antes, pero con argumentos muy pobres, rechazó el cambio de calificación. Los magistrados consideran que no había intención de matar a nadie” señaló Gerardo, quien a su vez recalcó que con esta calificación Federico T. sólo podría recibir entre 3 y 5 años de prisión en suspenso.

Ante esto, familiares, amigos y alumnos del colegio Normal 1, al que concurría Martín, se juntarán en la plaza Pringles para pedir que el caso no quede impune. “Nada nos va a devolver la vida de nuestros seres queridos, pero queremos que se haga justicia, que haya una sentencia ejemplificadora”, terminó diciendo Busalacchi.

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