“Es vital, es urgente que incluyamos en esa hipótesis posible de la historia, mejor que la que ya hemos escrito, la necesidad que hay de que los pueblos indígenas accedan a sus territorios”, dijo Martel. Y agregó: “Esto no puede seguir siendo un discurso”.
Las afirmaciones de la reconocida cineasta salteña fueron formuladas en la charla magistral que ofreció en la UNSa, en el marco de la ceremonia académica en la que recibió el diploma de Doctora Honoris Causa, el máximo título que otorga la casa de altos estudios de su provincia natal.
“Cómo decirles lo importante que esto es para mí”, expresó Martel, quien agradeció la distinción y aseguró que significa “mucho más de lo que hubiera imaginado para mi vida”.
Luego, compartió su teoría sobre lo que es la historia, que se trata “simplemente de mirar sin conformarse tanto con lo que uno está entendiendo”, y la definió como «una hipótesis posible”.
“La mejor historia posible es la que registra el sufrimiento del mayor número posible de habitantes, de ese lugar y ese tiempo”, dijo, y añadió que “si la historia no registra el sufrimiento y los deseos de felicidad de las personas, es demasiado sesgada, y nosotros, los salteños, tenemos una terrible deuda con la historia”.
En este sentido, explicó: “En esta provincia, donde se habla más menos, con discusiones y opiniones, trece lenguas, no hemos podido dar cuenta más que de una parte de la población que habla una, y más o menos”.
Para Martel, es necesario que los pueblos indígenas accedan a sus territorios, «porque para tener una mínima idea sobre la existencia y la comunidad, se requiere de tener un lugar, un espacio donde crecer, donde criar a sus hijos, donde tener su economía”, planteó.
Por ello, instó a “luchar por una entidad de la que no sabemos nada por la ausencia absoluta de información sobre esa parte de la población y de la historia imprescindible, que jugó en todos los períodos de la construcción nacional”.
“Es imprescindible que escribamos una hipótesis posible de la historia que incluya a todas las personas que no han sido incluidas sistemáticamente”, afirmó, al tiempo que consideró “incomprensible” que en el Museo Güemes “no exista ni una vez la palabra indio”.
Asimismo, la cineasta consideró: “Que esta provincia crea que se pudo conformar un territorio nacional sin la presencia, la sangre y el esfuerzo de esa parte de nuestra población, es una demencia que debemos corregir”.
A la vez, apuntó: “Tenemos por delante una tarea deliciosa, que nos va a quitar horas de sueño y de nuestra salud, para pensar en lo que el sistema económico no nos va a permitir”. Y acotó: “No vamos a poder estar rentados para pensar, vamos a tener que pensar sin apoyo económico”.
“Vamos a tener que pensar en las horas de insomnio”, sobre “cómo hacemos para escribir una historia posible que dé cuenta de todos los sufrimientos y de todos los deseos de felicidad que existen en esta provincia”, concluyó Martel.
Antes, el rector de la UNSa, Daniel Hoyos, aseguró: «Es un honor y un privilegio entregar el Doctorado Honoris Causa a la prestigiosa cineasta Lucrecia Martel”, y destacó que en la obra de la distinguida “existe una preocupación por dar cuenta de la fragilidad de aquella existencia silenciada y oprimida”.
“Aborda temas sociales y políticos de manera sutil pero impactante en relación con las tensiones de clases, la discriminación y la corrupción, entre otros”, consideró Hoyos, quien agregó que “las películas de Lucrecia Martel desafían las convenciones narrativas y cinematográficas tradicionales, lo que las hace únicas y disruptivas”.
Asimismo, el rector señaló que “su estilo ha dejado una marca característica en el cine contemporáneo y la ha convertido en una de la cineastas más influyentes de América latina”, y precisó que la distinción otorgada constituye “un símbolo de nuestra admiración y agradecimiento de su aporte al campo cultural y artístico y un gesto político en el contexto de la batalla cultural y comunicacional que la universidad pública debe dar para disputar el sentido común”.
El Doctorado Honoris Causa a Martel fue aprobado por unanimidad, mediante la resolución 428/23 del Consejo Superior de la casa de altos estudios, a propuesta de la Facultad de Humanidades, a través del Laboratorio de Producción Audiovisual Experimental (Lapae), y la Comunidad Universitaria de Sede Regional Tartagal, en transición a Facultad.
En esta resolución, se destacó la vasta trayectoria y la prolífica producción cinematográfica en Argentina y el mundo de la cineasta, además de su imprescindible compromiso con la educación y militancia social en defensa de los derechos de las mujeres y disidencias en Salta.
Además, se destaca que, “a través de sus producciones, visibiliza las condiciones de vida de los pueblos indígenas y las violencias de género como categoría sociocultural plasmada en la ficción cinematográfica”.
De esta manera, Martel, autora de films emblemáticos como La Ciénaga, La niña santa o Zama, entre otros, obtuvo este reconocimiento, a tres meses de haber recibido idéntica distinción de parte de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Vázquez destacó la mirada “crítica, disruptiva, discrepante y disidente de la salteñidad” en la obra de Martel, y comentó que “con esta distinción de Salta, se reafirma que ella es profeta en su tierra”.
La ceremonia, que contó con la participación de la secretaria de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Salta, Itatí Carrique; y el vicerrector de la casa de altos estudios, Nicolás Innamorato; entre otros, se desarrolló en el anfiteatro K de la universidad, comenzó con la entonación del «Himno Nacional Argentino» y de la «Marcha de Malvinas» y concluyó con una breve presentación de la reconocida coplera salteña Mariana Carrizo, quien fue presentada por la propia Martel, como «un extremo honor».