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Martes 13 en Polymont: 27 trabajadores llevan dos meses sin cobrar y nadie les da respuestas

Empleados de la firma de mantenimiento e ingeniería industrial de Ayacucho al 5200 denunciaron que la planta se cerró y no quedó nadie. La empresa ni siquiera se conectó a la reunión virtual con la cartera laboral y, el gremio Smata, de la que sí fueron parte clientes a los que prestaban servicio

“El personal es, sin duda, nuestro capital más valioso y merece atención y respeto”, dice uno de los “principios fundamentales” del Código de Ética de la empresa Polymont Argentina SA. Pero para los trabajadores en Rosario de la firma, que hace trabajos tercerizados de mantenimiento, ingeniería industrial y optimización de líneas de producción, entre otros servicios, y tiene clientes de renombre, el principio está lejos de la realidad: hace dos meses que no cobran el sueldo, les deben también parte del aguinaldo, horas extras y otras asignaciones y, para peor, su lugar de trabajo en Ayacucho al 5200 está cerrado y con evidentes signos de que ahí no queda nada. Entre las últimas tareas que cumplieron estaban embalando todo para una mudanza a un nuevo lugar, pero les salieron con un martes 13: desde ese día de abril no tuvieron más respuestas. “Parece como que han desaparecido todos”, ironizó, pese a su evidente angustia por la situación, María, esposa de un operario que hace 11 años está en la firma, donde trabajó la cuarta parte de su vida.

Polymont tiene oficina central en la ciudad de Buenos Aires sobre Rivadavia, a medio camino entre el Congreso nacional y la Casa Rosada; centro de operaciones en Don Torcuato, provincia de Buenos Aires, y centros regionales en Eldorado, Misiones; Córdoba y Rosario. Desde la zona sur de la ciudad se hacían trabajos para firmas como John Deere, de maquinaria agrícola, Telecom, la sucursal del Banco de Córdoba que se instaló en Balcarce al 800, entre otras firmas. En las que cumplían tareas, dicen los operarios, los invitaron a retirarse, y a la oficina y taller de calle Ayacucho no pudieron volver a entrar porque está todo cerrado.

En los últimos dos meses ya no les depositaron los salarios. Había problemas de arrastre, dicen, desde antes de la pandemia, como cobrar el aguinaldo en cuotas, o recibir con demoras los adicionales, pero cobraban. Cuando se declaró la emergencia sanitaria, el año pasado, permanecieron en sus casas, pero al modificarse el aislamiento por el distanciamiento, volvieron a cumplir tareas en forma normal. Y nada hacía presagiar, al parecer, la situación por la que están atravesando ahora.

La mayor parte de los trabajadores tiene una antigüedad de más de una década en la firma que se emplazó en Córdoba en 1996, hace un cuarto de siglo. Desde Rosario enviaron cartas documento hacia allá y hacia Buenos Aires, pero dicen que fueron rechazadas, acusándolos, a su vez por injurias y calumnias.

El Sindicato de Mecánicos (Smata) tomó intervención y este martes se logró una reunión a través de plataformas virtuales de la que participaron dirigentes del gremio, un abogado que representa a un grupo de trabajadores, autoridades del Ministerio de Trabajo y representantes de firmas en las que venían prestando servicios. Pero nadie de Polymont se conectó, aseguraron. Sobre la mesa se volcaron algunas alternativas, como continuar los procesos y que los propios clientes canalicen los pagos hacia los trabajadores, que hasta ahora recibieron pagos de los ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción) y Repro (Recuperación Productiva). Pero, sin avances sustanciales en ese sentido, todo pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes 18. “Ellos quieren ir a trabajar y cobrar el sueldo como corresponde, no piden otra cosa. Pero están de rehenes, no les pagan, ni los echan, ni nada”, describió María la situación. Y el tiempo apremia: técnicamente no están despedidos, y además los ampara el decreto de necesidad y urgencia que estableció la prohibición de “efectuar despidos sin justa causa y por las causales de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor”, y de suspender personal por las mismas razones, pero caduca el próximo 31 de mayo. Aunque todo hace prever una nueva extensión –la “emergencia pública en materia ocupacional” se prorrogó hasta el 31 de diciembre de este año– van pasando las semanas en que las 27 familias van soportando sin ingresos una situación de incertidumbre total.

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