“Es un despropósito normativo y un despojo patrimonial”, se inflamó el titular del Colegio de Martilleros de Rosario, Artemio Aguiar. El directivo, junto a unos cuarenta miembros de la institución que encabeza, se hizo presente ayer en el Concejo Municipal, cuando sesionaba la comisión de Gobierno, para pedir una nueva prórroga frente la aplicación de la ordenanza 9.156, aprobada a fines del año pasado, de adhesión a la ley provincial que obliga a los martilleros que ejerzan actividad de compraventa de propiedades a colegiarse además con los corredores inmobiliarios. Los martilleros vienen resistiendo la normativa por la vía judicial y piden que no se aplique hasta tanto se hayan expedido los tribunales sobre la constitucionalidad o no de la normativa. Ayer no lograron que los ediles los recibieran, pero tendrán las puertas abiertas del Palacio Vasallo el martes próximo. Eso sí: en una reunión aparte, los concejales también escucharán a los corredores inmobiliarios, que pidieron explicar su posición, y es exactamente la contraria a la de los martilleros.
El conflicto plantado por los martilleros se inició con la sanción de la ley provincial 13.154 aprobada a finales de 2010 y puesta en vigencia a principios de 2011, que dejó creado el Colegio de Corredores Inmobiliarios. La normativa plantea que todos quienes se dediquen “la actividad de corretaje inmobiliario o la intermediación en la negociación inmobiliaria” deben matricularse en el Colegio creado. Para ello deben tener título habilitante, pero se dejó abierto un abanico de tres meses para aquellos que venían dedicándose a la actividad, considerándolos como “idóneos”.
“Hace cuatro años que está vigente la ley. No veo cuál es la dificultad. Yo soy arquitecto y estoy también en el Colegio de Arquitectos, para ejercer las dos actividades. Y en la institución hay también martilleros y abogados”, sostuvo a su vez el titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios, Javier Grandinetti. Y remarcó que tienen 1.100 matriculados, incluyendo directivos del Colegio de Martilleros.
Pero estos últimos insisten en que aún les resta camino judicial por recorrer, sobre todo al haber vencido el plazo para matricularse como “idóneos” en el Colegio de Corredores. “Hay personas que hace 40 años que se dedican a la actividad pero no tienen título. Ahora estarían obligadas a cerrar o asociarse con algún corredor matriculado”, se quejó Aguiar.