A despecho de un apodo obvio, ramplón y falto de todo atisbo de originalidad, Adrián Emmanuel Martínez se ha ganado el amplio derecho que se pondere una evolución notable y a contrapelo del devenir usual de cualquier gran delantero, de la Argentina o de donde fuere.
Salgamos rápido de «Maravilla», incluso si el apodo agradara al propio protagonista de marras.
El único «Maravilla» Martínez, por lo menos el genuino, nació en Quilmes y fue uno de los más extraordinarios boxeadores que han dado las tierras criollas. Por eso, cuando «Maravilla» y Martínez van de la mano, asociamos al múltiple campeón del mundo mediano júnior y mediano.
El Martínez que hoy brilla en Racing dispone de luz propia y de una deriva personal y deportiva digna de ser repuesta con pelos y señales.
¿Qué tienen en común un inglés de Sheffield y un argentino de Campana?
Una travesía poblada de vicisitudes, postergaciones, ciclos de desalientos que parecían sin retorno y un resurgir de alto y libre vuelo.
Vardy (11 de enero de 1987) entre 2011 y 2012 jugó en sexta y séptima división del fútbol inglés, con un acumulado positivo de 29 goles en 41 partidos con la camiseta de Halifax Town.
En el segundo tramo del año 2012 defendió los colores del Fleetwood, de quinta división, con 34 goles en 40 partidos.
Semejante registro cambió su carrera para siempre: comprado por Leicester City, en la temporada 2014/2015 hizo apenas cinco goles en Championship (el equivalente de la Primera Nacional de la Argentina), pero un año después resultó una pieza clave del campeón de Guinness de la Premier League dirigido por el italiano Claudio Ranieri.
Esto es: Vardy tocó la cresta de la ola cercano a los 30 años.
Nunca se marchó de «Los Zorros», ni siquiera cuando descendió en 2023 y otra vez en el ascenso lleva ocho goles en el equipo puntero y ostenta números globales de 176 anotaciones en 450 partidos, además de haberse dado el gusto de jugar 26 partidos en la Selección de Inglaterra, señalar ocho veces y ser parte del Mundial de Rusia 2018.
A Martínez, el crack de Racing (7 de julio de 1992, en Campana, Provincia de Buenos Aires), le fue mal en el club más importante de su ciudad natal, Villa Dálmine, incursionó en una institución regional Las Acacias y seis meses antes de cumplir 23 años se incorporó a Defensores Unidos de Zárate.
Dos veces estuvo a punto de desistir del fútbol profesional: en la adolescencia, cuando trabajó de recolector de basura y albañil, y en 2014, cuando estuvo seis meses preso, acusado de un confuso episodio de la quema de una casa, hasta que fue absuelto.
De ahí en más, salvo en Cerro Porteño (2021: no convirtió en 10 partidos) y Coritiba (2022: cuatro goles en 24 partidos), rindió de forma satisfactoria en todos los clubes en los que jugó.
Veamos: Defensores Unidos de Zárate (2015: 21 goles en 42 participaciones); Atlanta (2017-18: 15/34); Sol de América (2018: 12/19); Libertad (2019-21: 22/86) e Instituto (2023: 18/41).
Hoy, en Racing, Martínez está más cerca de ser un delantero más maravilloso por sus destrezas que por un apodo copiado: cinco goles en cuatro encuentros y un abanico de recursos propio de un delantero de elite.
Este es, o este va siendo, Adrián Emmanuel Martínez.