Gerardo Martino no puede ocultar su fastidio. Más allá de que siempre contesta con ironía, no hay dudas que al entrenador le molesta mucho la desorganización que rige en el fútbol argentino y en este caso sudamericano.
Y esta vez el Tata tiene un buen justificativo, ya que mañana enfrentará a Vélez por el torneo local y recién unas horas antes sabrá cuándo jugará el partido de ida por octavos de final de la Libertadores, una situación que condicionaría la presencia o no de Ignacio Scocco ante el Fortín.
—¿Tenés decidido si Nacho estará ante Vélez?
—Armamos un plantel de 21 jugadores, en el que está Nacho (Scocco) para irnos todos a Buenos Aires y definir allá. En realidad me gustaría saber cuándo voy a jugar la Copa, pero parece que con suerte lo voy a conocer un rato antes del partido. Es difícil armar un equipo cuando se tienen tres competencias, peor aún más si uno no sabe cuándo va a jugar. Las cosas normales no pasan en Argentina y en Sudamérica es peor. Me encantaría ser el Real Madrid que hoy sabe cuándo juega la sexta fecha de la próxima temporada, pero es mucho pedir.
—¿Cómo ves el torneo local donde Newell’s está segundo?
—Yo analizo rendimientos, no resultados, y hay un equipo que sobresale, Lanús, que está jugando muy bien y se destaca del resto. Los otros han tenido algún tipo de altibajos, más allá de que hay tres o cuatro que estamos acompañando el andar del puntero, pero que tendremos que sostenerlo sin ningún descuido para que no se nos escape.
—¿Y qué rival preferís en la Copa?
—Independiente (Santa Fe), Corinthians y Olimpia, creo que de ahí no nos escapamos. Considero que Corinthians por ser el último campeón y por cómo se reforzó es el candidato, pero si un equipo llega hasta acá como puntero con 13 o 14 puntos por algo es. Si nos toca jugar con Olimpia no va a ser una revancha.
—Dijiste en Paraguay que una noche como esa te podía dejar afuera de la Copa, ¿qué hay que corregir para que no vuelva a suceder?
—Tenemos que estar más sólidos para no cometer tantos errores. Ese partido fue durante 65 minutos más parejo de lo que mostró el resultado final, pero tuvimos 15 minutos nefastos y pasó lo que pasó. En la Copa Libertadores, normalmente, llegan a buen puerto no los que juegan mejor sino los que cometen menos errores. Hay que apuntar a eso.
