El seleccionado de México dirigido por el argentino Gerardo Martino se consagró este domingo campeón de la Copa de Oro de la Conferencia del Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) al vencer en la final disputada en Chicago al local, Estados Unidos, por 1 a 0, en la primera competencia oficial del entrenador rosarino conduciendo al representativo azteca.
Los estadounidenses eran los defensores del título y en el colmado estadio Soldier Field, de Chicago, disputaron mano a mano la primacía del encuentro a lo largo de los 90 minutos, disponiendo de varias situaciones como para convertir, pero a los 28 minutos del segundo tiempo se vieron sorprendidos por un contraataque que definió con precisión el ex Barcelona, de España, Jonathan Dos Santos, para establecer el resultado definitivo.
De esta manera México alcanzó su octavo título de la Copa de Oro y extendió su ventaja sobre Estados Unidos, que permanece con seis campeonatos en su haber.
En la anterior edición, en 2017, México no pudo ganar el torneo tras quedar eliminado en semifinales ante Jamaica, allanándole el camino hacia el título a los Estados Unidos.
La de anoche fue la sexta ocasión en que mexicanos y estadounidenses se cruzaron en una final de Copa de Oro, con saldo ampliamente favorable para los ahora dirigidos por el «Tata» Martino con un total de cinco partidos ganados y uno perdido.
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De esta manera México ratificó su condición de «grande» de la Concacaf, ya que a estas ocho conquistas bajo el actual formato de competencia, se le suman los tres anteriores que ganó con el antiguo sistema del torneo.
En su historial el seleccionado mexicano disputó nueve finales de Copa Oro de las cuales sólo perdió una, justamente la mencionada ante Estados Unidos en la edición de 2007, cuando su clásico adversario lo superó por 2-1 en el Soldier Field, de Chicago, justamente el mismo escenario del partido de anoche.
La Copa de Oro empezó a disputarse desde 1991 por el sistema de eliminación directa tras la fase de grupos, ya que anteriormente el certamen se desarrollaba bajo el formato de «todos contra todos», y se consagraba campeón el seleccionado que acumulaba la mayor cantidad de puntos.
