Por: Gastón Marote/ NA
Mary Flora Bell es una asesina serial que con tan solo 11 años mató a dos nenes de 4 y 3 años y conmovió a toda Inglaterra.
Bell estuvo 12 años en prisión y al salir usó distintos seudónimos, avalados por la Justicia, para protegerse ella y su hija, debido a que en ese país se entendió que ya había pagado por sus homicidios.
Nacida el 26 de mayo de 1957 en Newcastle-Upon-Tyne, con apenas 11 años, cuando cualquier chica está jugando con sus amigas, ella estranguló hasta matar a esos dos pequeños.
La madre de Bell, Betty, era prostituta y de vez en cuando viajaba a Glasgow por motivos de trabajo y así se ausentaba de la casa.
La progenitora la tuvo a los 15 años, pero nada se supo de su padre biológico, aunque se cree que fue Billy Bell, un criminal arrestado por robo a mano armada, quien se había casado con Betty tiempo después del nacimiento de Mary.
Allegados a la familia, relataron que Betty intentó en más de una ocasión asesinar a su hija y hacerlo pasar como un accidente, durante los primeros años de vida de la pequeña.
Incluso la propia Mary contó tiempo después que fue víctima de abuso sexual por parte de su madre en varias ocasiones e incluso reveló que ella la obligaba a participar en actos sexuales con hombres desde los 4 años.
El 25 de mayo de 1968, día en que cumplió 11 años, esta precoz asesina estranguló en una casa abandonada a Martin Brown.
Posteriormente, Mary y su amiga Norma Bell (no eran familiares), de 13 años, entraron en una enfermería en Scotswood y destruyeron todo el lugar.
Luego dejaron una nota donde Mary se responsabilizaba por el asesinato de Martin, pero la Policía desestimó esa confesión porque pensaba que era una broma.
El 30 de julio de 1968 las dos tuvieron parte nuevamente en un asesinato y nuevamente por estrangulación, el de Brian Howe de 3 años de edad.
Los informes de la Policía revelaron que esta asesina volvió al lugar del crimen con una navaja para escribir sus iniciales «MB» en el estómago del niño y luego, con esa misma navaja pero con otra mano, formó la «M». Asimismo, usó una tijera para cortar trozos del cabello de Howe, además de sus genitales.
En principio la muerte de Brown fue declarada como accidente, ya que no había pruebas de nada extraño, pero al aparecer este segundo crimen, fue directamente vinculada, por lo que ambas amigas fueron detenidas y acusadas de dos cargos de asesinato en segundo grado.
El 17 de diciembre de 1968, Bell fue absuelta del cargo de asesinato pero fue condenada por «asesinato en segundo grado debido a su falta de responsabilidad».
El jurado tomó esta decisión después de escuchar los resultados psiquiátricos, que decían que tenía los clásicos síntomas de una psicopatía.
En ese sentido, recibió una sentencia a prisión indefinida, mientras que Norma que absuelta de ambos cargos, pero internada en un psiquiátrico por traumatismo.
Bell fue la atención de la prensa británica y de la revista alemana Stern. Incluso su madre vendió en varias oportunidades historias acerca de ella y dio muchas entrevistas a la prensa sobre Mary, escribiendo historias y diciendo que eran de ella.
Luego, escapó brevemente de la custodia de la prisión en septiembre de 1979, mientras que en 1980 fue liberada, se le otorgó un nuevo nombre y se le garantizó el anonimato para poder empezar una nueva vida junto con su hija, quien nació en 1984.
Esta niña recién se enteró del pasado de su madre cuando algunos periodistas encontraron la localidad donde vivían debido a un reporte y tuvieron que salir de allí con sábanas sobre sus cabezas.
El 21 de mayo de 2003 Bell ganó un juicio en la Corte Suprema para lograr mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas, al tiempo que en 2009 se convirtió en abuela