Como parte de la agenda #MarzoDeMujeres, el próximo miércoles, de 19 a 21, se hará el conversatorio virtual Espacios públicos ¿para quienes? El derecho a la ciudad desde una mirada feminista, la movilidad como un medio para ese derecho, del que participarán expertas y referentes del ámbito local e internacional.
“Con este encuentro buscamos generar un espacio de trabajo junto a organizaciones de la sociedad civil y de mujeres en el que podamos abordar las problemáticas relacionadas con la violencia en el espacio público, pero también al acceso y usos que mujeres y disidencias hacemos de él. Se trata de reflexionar sobre cuáles son las estrategias que nos planteamos a la hora de ocuparlo y ejercer plenamente nuestro derecho a la ciudad”, expresó Mariana Caminotti, secretaria de Género y DDHH de la Municipalidad.
«Nos parecen muy importantes estos espacios de encuentro y de intercambio entre organizaciones sociales, especialistas y representantes de la gestión local para avanzar en políticas que garanticen los derechos de las mujeres en relación a la movilidad y el uso del espacio público», sumó Eva Jokanovich, secretaria de Movilidad de Rosario. En este sentido, la funcionaria afirmó que este conversatorio «es el inicio de un trabajo colectivo que queremos articular en un plan de Género y Movilidad para la ciudad de Rosario, uno de los compromisos asumidos por el intendente en la apertura de sesiones del Concejo Municipal».
El conversatorio, organizado por la Municipalidad a través de la Secretaría de Género y DDHH y del Ente de la Movilidad Rosario, se llevará a cabo en el marco de las actividades por el 8M y la celebración del día nacional de las y los peatones, instituido por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el tercer jueves de marzo. Las personas interesadas deberán completar este formulario web, y luego recibirán el link para acceder a la transmisión del conversatorio.
El derecho a la ciudad desde una mirada feminista
Paula Bisiau, fue subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y actualmente es consultora especialista en Género y Movilidad desde Singapur, país donde reside en el presente. Desde allí adelantó algunos de los puntos fundamentales que expondrá el próximo miércoles.
En principio, señaló que el acceso, uso y disfrute de los espacios urbanos entre hombres y mujeres y disidencias se remonta a una “desigualdad entre varones y mujeres que existe desde hace años, y esta desigualdad se ve en todos los ámbitos. En términos geográficos, en las ciudades y en las zonas rurales. Entender lo que sucede en el espacio público y el transporte público es esencial porque son los que dan acceso a los servicios y posibilidades que una ciudad ofrece”.
De este modo, la licenciada en Filosofía y Magister en Economía Urbana explicó: “Las mujeres hacemos más viajes en transporte público que los varones ya que nos ocupamos de las tareas del cuidado (no remuneradas), es decir que gastamos más dinero y más tiempo en viajes diarios que los varones. Por otra parte, las mujeres sufrimos acoso en el espacio público y en el transporte, lo cual cambia nuestros patrones de movilidad”.
Al introducir la seguridad como condicionamiento en el uso del espacio público, Bisiau agregó: “Muchas veces las mujeres tomamos un taxi o un remís de noche o de madrugada para no esperar solas en una parada de colectivo, o decidimos viajar acompañadas, lo cual nos quita autonomía; vestimos distinto o decidimos no movernos para evitar el acoso callejero. Esto nos limita en el acceso y el disfrute de los espacios públicos”.
En este sentido, la especialista advirtió que para que haya “un cambio real tiene que haber un cambio cultural en todos los ámbitos de la vida y de las ciudades”. Y sugirió “hacer campañas para visibilizar, tener un canal de reporte y/o denuncia para las personas que sufren acoso, y para las personas que ven situaciones de acoso; tener protocolos de actuación en conjunto con las empresas y choferes de transporte público, con el personal municipal que trabaja en calle, porque no solo los policías, también las personas que trabajen en espacios verdes, higiene, tránsito, etcétera, deben estar capacitadas y poder actuar si ven una situación de acoso”.
Feminismo y movilidad sostenible, una relación histórica
Celina Devigili, ingeniera civil dedicada a la movilidad, coincide con Bisiau al señalar que “de base” feminismo y movilidad sostenible están relacionadas “a la historia de la ciudad moderna y a sus características patriarcales ligadas al sistema capitalista, a este modelo de ciudad difuso dependiente del auto particular”, y ejemplificó: “Un hombre proveedor que sale de su casa en auto para ir a trabajar, quedando en el hogar una mujer con tareas de cuidado y reproductivas a su cargo”.
En este punto, consideró que “la movilidad sostenible, y en particular la movilidad activa (caminar y andar en bici), es la que viene a potenciar la lógica totalmente opuesta: el foco puesto en las personas, en lo barrial, en la escala humana, en el consumo local, en la mixtura de usos en todo el territorio, en una ciudad vivible, con personas en la calle, niñas y niños, personas en silla de rueda, con bastón, con paquetes y bolsas, con cochecitos”.
Para Devigili, la movilidad activa tiene un impacto positivo en lo ambiental, ya que no contamina el aire ni genera ruido, y remarca “los beneficios por la pacificación del tránsito y reducción de siniestros viales con la consecuente disminución de costo en salud pública, los beneficios en el desarrollo de la niñez, la disminución de la brecha social, la promoción económica”, para agregar: “Y el que más me gusta: el de la seguridad social, ya que suma ojos en la calle, tan necesarios para sentirnos seguros y seguras, desarrollar la empatía y contribuir a esa ciudad más amable que tanto necesitamos”.
“Si pensamos las ciudades con una mirada feminista, estaremos incluyendo, visibilizando y mejorando las condiciones de vida de muchos otros sujetos del espacio público además de las mujeres”, reflexionó la especialista, que además es integrante de Rosario en Bici STS, organización que lanzó el proyecto MIAA, una red de varias ciudades argentinas que comprende una geolocalización sobre el abuso y el acoso en el espacio público.
Una bici que te lleve a todos lados
Otra de las especialistas en Movilidad y Transporte que expondrá en el encuentro es Mariel Figueroa. Ingeniera industrial, se encuentra haciendo la tesis de Maestría en planificación y gestión del transporte y es activista -con alto perfil en Twitter – del uso de la bicicleta.
Al señalar los innumerables frutos del uso de la bici como forma de transporte, destaca uno en particular: “Así como la bici humaniza las ciudades, también humaniza los encuentros; yo siempre hablo de la importancia de los encuentros en las esquinas, de mirar a los ojos a la otra persona. La bici permite que esa negociación en el espacio público sea amena y disminuya la violencia, también aporta seguridad porque nos permite habitar el espacio público desde el cuerpo y estar accesible a cualquier cosa que suceda”.
“Siempre vamos a percibir mucho más segura una calle donde haya gente caminando y andando en bici, al lado de una calle llena de vehículos motorizados, y no solo aporta seguridad sino también la percepción de la seguridad”, afirmó Figueroa.
Una ciudad que ponga en el centro a las y los peatones
Compromiso Vial se fundó a partir del siniestro vial que el 22 de mayo de 2005 causó la muerte de Úrsula Notz y dejó con secuelas gravísimas a Carla Alfaro en las calles rosarinas. Las acciones de la organización están orientadas a prevenir la violencia urbana siendo ésta “la causa de morbimortalidad principal en nuestro país y Latinoamérica”.
La presidenta de esta asociación civil, Pía Lesgart, sostiene que las prácticas que conspiran contra la convivencia en las ciudades grandes son aquellas que se piensan desde una sola óptica, la autocéntrica. “Desde hace algunos años, en Rosario, se empezó a incluir la bici en lo que hace a la proyección de la ciudad, pero aún nos falta pensar en una ciudad que ponga en el centro a las peatonas y los peatones”.
“Para nosotras, erradicar la violencia vial es, en gran medida, erradicar las violencias machistas, e intentar la equidad entre los géneros. Muestra de esta inequidad es el gran porcentaje de licencias profesionales (para conducir transporte público de pasajeros o camiones) otorgadas a varones, en un 95% según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV)». La paradoja es que, afirma, “justamente somos las mujeres e identidades feminizadas quienes más usamos el transporte público».
“Además hay una falta de políticas públicas en torno al Sistema de Retención Infantil, la herramienta de seguridad más importante para evitar lesiones y proteger la vida de los niños en un siniestro”, acusó la activista al referirse a la silla de seguridad para los más pequeños, y señaló: “Esto se relaciona con que las mujeres somos quienes estamos a cargo de las y los niños”, señalando la distribución desigual en las tareas de cuidado, entre hombres y mujeres.
Para alcanzar una movilidad más inclusiva y segura, Lesgart destacó la necesidad de «trabajar desde la educación en todos los niveles, implementando una materia que trabaje específicamente estos contenidos; una materia transversal, como la Educación Sexual Integral -ESI-, que sea un contenido de todo el cuerpo docente y a la vez de ningún área en particular”.
«Necesitamos ciudades adaptadas para personas con discapacidad, y seguridad para transitarlas sin miedo, pudiendo elegir cualquier sistema de transporte a cualquier hora y en cualquier lugar de la ciudad, y esto también guarda una estrecha relación con pensar la movilidad desde una mirada feminista”.
Por último, Lesgart se refirió a la implementación de la ordenanza de alcohol cero. «La violencia vial debe erradicarse de raíz, la tolerancia de la violencia siempre debe ser cero. El alcohol al volante mata. Lo demuestran las estadísticas”.
Del encuentro también participarán Marisa Muñoz, de la Red de Mujeres del Sur; Karina Severini, por Mujeres de la Matria Latinoamericana; Camila Wisniewski de Rosario en Bici – STS; Ofelia Retamozo de la Red de Mujeres del Oeste, y Yamila Riego de Santa Fe en Bici, Proyecto MIAA.