El famoso submarino negro que emergió el pasado jueves en la costa marplatense durante la 49ª edición de la Semana del Yachting, tuvo entre sus testigos a un grupo de deportistas rosarinos. Emanuel Botelo, instructor de optimist del Club de Vela Rosario, estaba en el lugar de los hechos junto a ocho chicos a su cargo de entre 11 y 15 años y, más que susto, reinó la bronca por la suspensión de la competencia entre los presentes.
“Eran cerca de las 15.30 y estábamos 1,5 kilómetro de la costa de Playa Grande empezando la tercera regata del día, llegando a la primera pierna del recorrido, cuando vimos que emergió el submarino y enganchó la boya. Enseguida se anuló la regata, junté a mis alumnos y volvimos a puerto”, contó el instructor de 31 años.
Botelo manifestó que junto a los jóvenes a su cargo no cundió el pánico sino, más bien, el enojo por la suspensión de la recorrida: “Uno de mis alumnos, Santiago, de 14 años, venía ganando. No nos asustamos, nos dio bronca porque era la tercera regata de la jornada y no retomamos hasta el día siguiente”.
El inusual hecho se conoció durante el fin de semana pasado cuando una serie de videos del acontecimiento empezó a circular en las redes sociales y medios de comunicación. El incidente del submarino S-31 perteneciente a la Armada Argentina no provocó heridos y los competidores, todos menores de edad, pudieron continuar con la navegación, aunque minutos después la regata fue suspendida.
El Ministerio de Defensa nacional, que conduce Agustín Rossi, emitió ayer un comunicado informando detalles del hecho. Según el mismo, la embarcación habría zarpado el jueves pasado, por la mañana, con el fin de efectuar una prueba de funcionamiento del sistema de propulsión y baterías en superficie luego de un período de reparaciones generales y tareas de mantenimiento llevadas a cabo por personal de la Armada en articulación con la industria naval marplatense. Por la tarde, al aproximarse a la zona del canal navegable para entrar al Puerto de Mar del Plata, se avistaron embarcaciones pertenecientes a una regata deportiva e “inmediatamente se detuvo la marcha del submarino por precaución, hasta que le fue confirmada por la autoridad marítima local la autorización para continuar hacia la dársena correspondiente”.
Según el Ministerio de Defensa “el submarino siempre navegó en superficie y a velocidad de maniobra (nunca se produjo la inmersión). Además, en ningún momento existió riesgo de colisión, a la vez que no se registraron daños personales ni materiales en la maniobra”.
Igualmente, se manifestó que Agustín Rossi ordenó el viernes pasado al jefe del Estado Mayor General de la Armada, Gastón Erice, efectuar un informe pormenorizado de los hechos.
El submarino ARA Salta fue reparado íntegramente por personal de la Armada en articulación con la industria naval marplatense. Los trabajos llevaron dos años y está previsto en los próximos meses realizar las pruebas de inmersión.