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Más de 280 muertos por un tsunami volcánico en Indonesia

Aafectó las playas del sur de la isla de Sumatra y la extremidad occidental de Java. Hay unas mil personas heridas. Las autoridades de Indonesia continúan con la búsqueda de sobrevivientes

El número de víctimas en el tsunami provocado por la erupción de un volcán en Indonesia se elevó a 281, y a más de 1.000 personas heridas, indicó la agencia nacional de desastres, mientras seguía la búsqueda de sobrevivientes.

«El número de víctimas y de daños seguirá aumentando», agregó el portavoz de la agencia, Sutopo Purwo Nugroho, quien precisó que 57 personas estaban desaparecidas. El anterior balance daba cuenta de 222 muertos.

El tsunami golpeó el sábado por la noche las costas meridionales de Sumatra y el extremo occidental de Java, tras la erupción del volcán conocido como el «hijo» de legendario Krakatoa, el Anak Krakatoa.

Equipos con excavadoras y otro material pesado trabajaban este lunes en la búsqueda de supervivientes entre los escombros.

Los expertos advirtieron del riesgo de nuevas olas mortales a causa de la actividad volcánica, mientras que las autoridades apuntaron que el balance podría aumentar.

Cientos de edificios resultaron dañados por la ola, que golpeó playas del sur de la isla de Sumatra y del extremo occidental de Java alrededor de las 21.30 locales (11.30 de la Argentina del sábado).

La ola se generó tras la erupción del volcán considerado el «hijo» del legendario Krakatoa, el Anak Krakatoa, según el portavoz de la agencia indonesia de gestión de desastres, Sutopo Purwo Nugroho.

En un dramático video que circula por las redes sociales se ve cómo una ola gigantesca se abate sobre un espacio de un resort al exterior, donde se celebra un concierto del grupo pop «Seventeen».

Sus miembros salen despedidos del escenario mientras la ola avanza hacia los espectadores. En una mensaje en Instragram, el cantante del grupo, Riefian Fajarsyah, anunció entre lágrimas la muerte del bajista y del organizador de la gira de conciertos, así como la desaparición de otros dos músicos, un técnico y su esposa.

En imágenes difundidas por televisión podía verse cómo la ola invadía la playa de Carita, un popular sitio turístico de la costa oeste de Java, dejando a su paso una acumulación de numerosos escombros: fragmentos de tejados, trozos de madera, árboles arrancados.

En Carita, Muhamad Bintang, de 15 años, vio aproximarse la ola. «Llegamos a las 21.00 de vacaciones y de pronto llegó el agua. Todo se volvió negro. No había electricidad», relató el adolescente.

En la provincia de Lampung, al otro lado del estrecho, Lutfi al Rasyid, de 23 años, contó a la AFP cómo huyó de la playa de Kalianda para evitar morir. «No lograba arrancar mi moto, así que salí corriendo. Recé y corrí todo lo rápido que pude», agregó.

«El agua se lo llevó todo»

 

Asep Sunaria escuchó un fuerte ruido, y segundos después un muro de agua lo tiró de su motocicleta, engulló su casa y el pueblo indonesio de Sukarame, que hasta el sábado por la noche era su hogar.

«El agua surgió con un sonido fuerte, como de viento: ¡+wuuush+!», cuenta el superviviente de 42 años a la AFP. «Yo estaba conmocionado. No me lo esperaba en absoluto. ¡No hubo alerta! Al principio pensé que se trataba de una ola causada por la marea, pero el agua subió tanto…», agrega.

Se puso a correr con su familia hacia las alturas del pueblo de Sukarame, en la costa este de Java, llevándose únicamente la ropa puesta. Sunaria dice haber tenido suerte. Varios habitantes del pueblo murieron cuando la ola del tsunami barrió el sábado por la noche las playas del sur de la isla de Sumatra y la extremidad occidental de Java, inundando hoteles y localidades situadas al borde del mar.

«Mi familia está ahora segura, pero mi casa fue destruida, (el tsunami) se lo llevó todo» afirma Sunaria. «Ahora estoy buscando cuerpos que aún no han sido hallados. Encontramos uno ayer y verificamos los lugares donde podría haber otros», agregó.

«Un error»

Según las autoridades, el tsunami podría haberlo provocado un aumento repentino de la marea debido a la Luna llena combinada con una avalancha submarina tras la erupción del Anak Krakatoa (el hijo de Krakatoa), que forma una pequeña isla en el estrecho de la Sonda.

«La combinación provocó un tsunami repentino que golpeó la costa», indicó Nugroho, aunque señaló que la agencia geológica de Indonesia trabajaba para intentar elucidar cómo se produjo exactamente.

Las autoridades indonesias aseguraron en un primer momento que no había un tsunami, sino un aumento de la marea, y pidieron a la población que no entrara en pánico.

«Si hubo un error al principio, lo sentimos», escribió Nugroho más tarde en Twitter. Las erupciones volcánicas submarinas, que son poco frecuentes, pueden provocar tsunamis debido al desplazamiento repentino de agua o quiebres de pendientes, según el Centro Internacional de Información sobre Tsunamis.

El presidente estadounidense Donald Trump, quien lamentó «la devastación causada», dijo en un tuit: «Oramos por su recuperación y curación. ¡Estados Unidos está con ustedes!».

La ONU se mostró «dispuesta a dar su apoyo a los esfuerzos del gobierno», indicó el portavoz del secretario general, Antonio Guterres.

Columna de cenizas

Según el Centro Indonesio de Vulcanología y de Gestión de Riesgos Geológicos, el Anak Krakatoa mostraba signos de actividad reforzada desde hacía una semana. Un poco antes de las 16 (hora local) se produjo una erupción que duró unos 13 minutos, disparando una columna de cenizas de cientos de metros.

Anak Krakatoa es una pequeña isla volcánica que surgió en el océano medio siglo después de la mortífera erupción del volcán Krakatoa de 1883. Es uno de los 127 volcanes activos de Indonesia.

En aquella ocasión, una columna de cenizas, piedras y humo salió expulsada a más de 20 km de altura, sumiendo a la región en la oscuridad y provocando un enorme tsunami que tuvo repercusiones en todo el mundo. La catástrofe dejó más de 36.000 muertos.

Indonesia, una de las zonas más proclives a sufrir catástrofes de la Tierra, se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde coinciden placas tectónicas y se producen una gran parte de las erupciones volcánicas y sismos del planeta.

El país sufre regularmente mortíferos sismos, el último de ellos en la ciudad de Palu, en la isla de Célebes, donde murieron miles de personas por el terremoto y posterior tsunami.

En 2004, un tsunami desencadenado por un sismo submarino de magnitud 9,3 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, causó la muerte de 220.000 personas de varios países del océano Índico, 168.000 de ellas en Indonesia.

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