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Más de lo mismo: Central dejó escapar la victoria en Arroyito ante el muleto de Colón

El Canalla cometió viejos errores y terminó cosechando un pálido empate 2-2 ante el Sabalero en el Gigante. Y eso que logró recuperase del blooper inicial de Servio y dio vuelta el resultado con goles de Ojeda y Ferreyra, aunque ni así pudo el equipo de Somoza, quien la pifió en las variantes

El capricho del fixture le puso una oportunidad única para reencontrarse con la victoria, ya que el rival jugó con suplentes. Pero no lo hizo. Central igualó 2-2 con el alternativo de Colón y a pesar de haber cortado con la racha de derrotas, el reparto de puntos está lejos de maquillar la crisis futbolística que atraviesa. Un claro error en el retroceso, vicio que arrastra de la etapa del Kily, le privó de quedarse con una victoria que era sumamente necesaria. El ciclo de Leandro Somoza recién está arrancando y hay que darle tiempo, aunque otra vez la impronta del entrenador no se vio.

Había que cambiar de conducción y así se hizo. Pero en el Canalla hay jugadores que ya no justifican su titularidad. Aunque anoche se vio una mejor versión de Marcelo Benítez, el mejor del encuentro, y la presencia goleadora de Luciano Ferreyra, a quien el técnico sacó del freezer; no le alcanzó. Encima los cambios que realizó el DT no cambiaron nada.

No tuvo que haber pateado. Más allá de que quería tirar el pelotazo largo, no estuvo concentrado. Y ese error de Gaspar Servio marcó gran parte del primer tiempo de Central. Iban tan solo 8 minutos de partido y los de Somoza perdían 1-0 ante los suplentes del Sabalero. Un equipo sin juego, con futbolistas ocupando lugares en donde no rinden como fueron los casos de Montoya y Benítez, a quienes el técnico ubicó como internos.

Con empuje, casi sin juego pero dolido en su espíritu, el Canalla fue en busca del empate. Pero las herramientas eran escasas: un par de desbordes de Lautaro Blanco, que los delanteros no alcanzaron a impactar, y un tiro de media distancia de Benítez que se fue muy desviado fue lo único que mostró el local. Todo eso en la primera media hora.

La primera realmente clara fue un cabezazo de Juan Cruz Komar que pasó al lado del palo izquierdo del arquero. Ese fue un aviso. Es que por esa misma vía y, después de encontrarse con la pelota, Emmanuel Ojeda acarició la pelota por arriba de Chicco y puso la igualdad, a esa altura merecida, porque de haberse ido al descanso en desventaja por la chambonada de Servio hubiese sido mucho castigo.

El complemento Central lo empezó mejor. Es que apenas comenzado Ruben tuvo el segundo pero su tacazo de fue pegado al palo, precedido por un buen desborde de Montoya. Y a los siete llegó una jugada clave: Ferreyra metió una corrida explosiva por la izquierda y mandó el centro que Veliz mandó a la red luego de la intervención del arquero. Pero el VAR lo llamó a Tello y le permitió hacer justicia ya que las imágenes le mostraron al árbitro que la pelota estaba en manos del arquero y que el juvenil delantero se la arrebató con su brazo. Y cuando el partido mostraba una escenografía sin dueño, Veliz la guapeó y el Pupi anotó un golazo para marcar el 2-1.

Minutos después, el técnico refrescó de mitad de cancha para arriba, en el momento justo, con los ingresos de Infantino y Gamba. Pero el partido volvió a quedarse sin dueño. En esa ruleta rusa aparecieron los mismos errores de siempre en el retroceso, algo que fue aprovechado por Colón que llegó al gol tras una corrida de Wanchope. Ahí el castillo victorioso canalla se desmoronó. Se volvió a quedar sin ideas y los cambios que hizo el entrenador terminaron no funcionando. Los que ingresaron en el Sabalero, titulares que guardó Falcioni para la Copa, comenzaron a hacerse de la pelota y en los últimos minutos todo se disputó en campo auriazul. Con el pitazo final de Tello la desazón cayó sobre el Gigante y lo peor de todo es que esta sensación no es nueva. Central no levanta y el hecho de haber sumado luego de dos partidos no cambia la ecuación.

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