Son las (mal llamadas) cepas de Covid-19 que se diseminan en el mundo y que ya se encontraron en la Argentina, aparte de la variante original del virus, de la que se tuvo noticias por primera vez en Wuhan, China.
“Se dice ‘variantes’, no ‘cepas’”. Analía Rearte es médica epidemióloga y está a cargo de la Dirección Nacional de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación.
– ¿Cuál es la diferencia entre variante y cepa?
-El coronavirus tiene distintas cepas, de las cuales una es el SARS-CoV-2. El SARS-CoV-2, que es el virus de la pandemia, genera distintas variaciones de esa cepa cuando presenta mutaciones. Puede suceder que si las variantes tienen mutaciones muy importantes pasen a ser directamente otra cepa, pero por ahora eso no pasó.
Todos los virus cuando circulan mutan. Eso es normal y esperable. La mayoría no genera cambios importantes en relación al virus. Pero cuanto más circula el virus, más muta, porque los virus son muy, muy inteligentes.
-¿Qué se sabe en el mundo sobre estas variantes?
-Dentro de todas las mutaciones del SARS-CoV-2 se empezaron a ver algunas mutaciones que generaban mucho impacto clínico: son más transmisibles, y presuntamente más graves, más letales. A la vez, se está estudiando si esas variantes tienen distintas respuestas a la inmunidad, ya sea la que te da la enfermedad una vez que la atravesás, como la que te dan las vacunas.
A nivel mundial hay variantes consideradas de interés, en el sentido de que hay que tenerlas bajo observación, y otras priorizadas, que según las siglas en inglés, generan “concern” (“preocupación”). Las descubiertas primariamente en Manaos, Reino Unido y Sudáfrica son variantes que pueden causar problemas. Son más transmisibles y tienen mayor carga viral. Lo más difícil de esas variantes es que, al ser más transmisibles, el virus se disemina mucho más rápido.
Algunos estudios dicen que la variante de Reino Unido puede ser más grave y más mortal. Ya por el hecho de ser más transmisible, implica más muertes porque la base aritmética de personas que se infectan es mayor. A la vez, aunque eso está en investigación y son presunciones, tendrían más gravedad.
La respuesta de las vacunas a las variantes se ha estudiado en el laboratorio, pero no ensayos clínicos, y son todos supuestos que nos hacen preocupar.
Algunos estudios dicen que la variante de Reino Unido puede ser más grave y mortal. Ya por el hecho de ser más transmisible, implica más muertes, la base aritmética de personas que se infectan es mayor.
– ¿En qué situación está la Argentina respecto de las variantes de Manaos, Río de Janeiro y Reino Unido que circulan fuertemente en Brasil y Europa?
– Sabemos que el ingreso de los virus a los países no se puede evitar, pero sí podemos tomar medidas para retrasar ese ingreso. En noviembre, ante las variantes de Reino Unido y Manaos, se cerraron todas las fronteras terrestres y empezamos a restringir los vuelos de Reino Unido. El tránsito con Brasil se redujo 70%.
El mayor trabajo es la frontera terrestre, porque hay ciudades con tránsito vecinal y hay pasos no legales. Desde diciembre se trabaja en la frontera.
Hasta hace tres meses Argentina no tenía casi secuenciaciones de estas variantes. Hacia el 16 de enero se encontró la de Reino Unido, después hubo otras, pero con con en alguna persona que había viajado o con nexo con un viajero. Ahora empezamos a ver sin viaje y sin nexo, entonces la conclusión es que la contrajeron en la Argentina.
Epidemiológicamente estamos con un aumento exponencial de casos. Dejamos de bajar la cantidad de contagios hace algunas semanas, y ahora la gran mayoría de las jurisdicciones, especialmente las grandes ciudades, están experimentando aumentos.
No se secuencian genómicamente todas las muestras que se analizan porque no tiene ningún sentido, sobre todo porque ante una persona que contra el virus, más allá de qué variante sea, se deben tomar las mismas medidas. Se hace una vigilancia representativa de la población para saber qué está circulando.
Ahora mismo, más del 95% de lo que circula es la variante original del virus. Hoy mismo el problema nos lo sigue causando esa variante. Pero de 943 muestras que se secuenciaron en total, hubo 26 casos de Reino Unido y 15 de Manaos. De esas 15 de Manaos, hay cuatro que no tienen antecedente de viaje o de conexión con un viajero. Pero las de Reino Unido y Manaos se hallaron en el último tiempo, y eso nos preocupa.
– ¿Tenemos transmisión comunitaria de esas variantes?
– Hay personas que se contagiaron en Argentina de las variantes Reino Unido y Manaos, sin haber viajado y sin nexo con alguien que viajó. Pero al hablar de transmisión comunitaria nos referimos a que el riesgo de contagiarte de alguna cosa sea por habitar en un lugar. ¿Tenés hoy riesgo elevado de contagiarte Manaos? No, todavía no. Pero esta conversación la semana que viene puede ser distinta, sobre todo porque es otra variante con alta tranmisibilidad y carga viral.
Río de Janeiro y California, que son dos variantes que también se encontraron en las muestras que se secuenciaron, son a nivel mundial variantes de interés. Reino Unido y Manaos son variantes priorizadas, las “concern”, y saber bien qué provocan esas variantes lleva tiempo. Hay casos sin nexo de esas dos y eso es lo que más nos preocupa ahora. Estamos en una transición a una mayor circulación de las nuevas variantes. Si bien son pocas en proporción al total, la falta de nexos epidemiológicos es una señal de alerta.
– ¿El sistema de salud tal como está ahora puede absorber una crecida de variantes que se transmiten más rápido?
– Más allá de las variantes que están circulando, deben tomarse medidas multifactoriales, no sólo sanitarias, por eso hay reuniones de todo el Gabinete. El año pasado se amplió la cantidad de respiradores y de camas de terapia intensiva. Ahora hay contacto permanente entre los ministerios de Salud de Nación y de las provincias, y también entre los directores de Epidemiología. Lo que hay que hacer ahora es no enfocarse exclusivamente en las terapias intensivas, sino en capacitar a quienes trabajan en clínica y emergencias para que las personas no lleguen tardíamente a las terapias. También hay que fortalecer la atención primaria, porque la mayor cantidad de casos son leves, y para cortar la transmisión hay que ser eficientes en ir a buscar esos casos leves.
A la vez, se amplió la capacidad diagnóstica. El año pasado sólo teníamos PCR, una técnica laboriosa que necesita laboratorios y técnicos especializados, y determinadas condiciones de bioseguridad. Hoy además tenemos test isotérmicos, que no requieren ese nivel de expertise, y test de antígenos, que los podés hacer en territorio y que requieren una capacitación más sencilla.
Lo que hay que hacer ahora es no enfocarse exclusivamente en las terapias intensivas, sino en capacitar a quienes trabajan en clínica y emergencias para que las personas no lleguen tardíamente a las terapias.
– Entonces, ¿alcanzan los recursos del sistema de salud?
– Hoy por hoy sí alcanzan. Pero lo que tiene el Covid-19 es que nunca sabés. Estamos esperando vacunar a la mayor cantidad de personas de riesgo que sea posible porque son los que se internan y los que mueren. Hasta ahora, el 15% de los casos se dieron en mayores de 60, pero los de ese segmento fueron el 85% de los fallecidos. Es el grupo con más probabilidades de internarse, y la vacuna es una herramienta que no teníamos el año pasado.
El virus va a circular este año: tenemos que lograr menor internación y menor mortalidad.
– ¿Qué medidas prevén ante el aumento de casos y la circulación de nuevas variantes?
– Se está barajando disminuir actividades de riesgo, bajo una evaluación bien focalizada jurisdicción por jurisdicción. Que las restricciones sean para determinadas actividades y en tiempos más delimitados. Los lugares productivos y los comercios donde se cumplen los protocolos no han implicado grandes brotes. Tenemos que focalizar en los espacios cerrados, mal ventilados, en los que se dan reuniones sociales que derivan en lo que llamamos “eventos supercontagiadores”.
En las escuelas los protocolos se están cumpliendo bien. Están aumentando los casos en edad escolar pero en relación no al aula, sino a lo social. Las madres dejan a los chicos y se vana tomar un café, los docentes se reúnen, los chicos salen de la escuela y se juntan en la casa de un amiguito a jugar, y ahí se producen los contagios.
En 2020 aprendimos mucho sobre el alcohol en gel y el distanciamiento. Pensamos que se transmitía por cercanía y también por superficies. Hoy sabemos que la transmisión central es por aerosoles. Sabemos que estar a distancia y lavarse las manos es necesario pero no alcanza. Hay que usar barbijo y ventilar. Estar al aire libre o en ambientes bien ventilados con poca gente. En eso van a estar enfocadas las próximas campañas de concientización.