Continúan los allanamientos en las cárceles y alcaldías de Rosario para desmantelar el narcotráfico y desarticular las operaciones para los diversos ataques, incluidas las amenazas de muerte para el gobernador Maximiliano Pullaro, su familia, y el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni.
En esta oportunidad, el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía de Santa Fe secuestró en diversas celdas de la cárcel de Piñero 13 celulares, pendrives, elementos cortantes, un router y juegos de Playstation.
Mientras que la Agencia de Control Policial (ACP) realizó requisas en la Alcaidía de la Unidad Regional XVII de la localidad de San Lorenzo.
Esta última había sido intervenida en las últimas horas por graves irregularidades. Las autoridades informaron que al penal ingresaban menores y mujeres en pabellones donde se alojan presos acusados de delitos sexuales.
Los allanamientos en San Lorenzo se realizaron tras la denuncia de una agente policial sobre serias irregularidades en torno a pabellones VIP e internas policiales, lo que derivó en la designación del comisario Gustavo Rapuzzi, quien había sido subjefe de la regional durante la gestión de Gonzalo “Chino” Paz, como interventor.
Asimismo, en la tarde del lunes se trasladaron a 10 reclusos al Servicio Penitenciario para “descomprimir el excedente de cupos de detenidos en las comisarías”.
Estos procedimientos se llevan a cabo desde la asunción del gobernador Maximiliano Pullaro, quién desde el comienzo de su gestión anunció la restitución de los pabellones de alto perfil para jefes narcos y sicarios en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero y de la prohibición del ingreso de familiares con alimentos.
Desde ese momento el gobernador recibió varias amenazas y por este motivo decidió sacar a su familia de Rosario: “Primero estuvieron encerrados en mi departamento, sin salir siquiera a la calle. Estaba preocupado y no iba a hacer esa chantada de ponerle 10 policías para que los acompañen a todos lados, cuando no te terminan pudiendo cuidar y vos le sacás un montón de recursos a la gente que no la están cuidando. No iba a hacer eso porque no corresponde».
Patrullaje fluvial
En el marco de las políticas dispuestas por el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, para combatir los delitos, una nueva embarcación se suma a la lucha contra el narcotráfico en la ciudad de Rosario: se trata del guardacostas Toba de la Prefectura Naval Argentina, informó la propia cartera.
La embarcación, que antes tenía puerto de asiento en Misiones y estaba destinada a combatir el contrabando en la frontera con Paraguay, ahora prestará funciones en Rosario para patrullar la Hidrovía y colaborar en la lucha contra el narcotráfico en la que se encuentran abocados el Ministerio de Seguridad de la Nación y las fuerzas federales, añadió en un comunicado.
Durante una ceremonia realizada por la mañana, asumió el nuevo capitán del guardacostas Toba GC-198, oficial principal Damián Centurión. El acto se realizó en la estación Fluvial ubicada en la costa central frente al Monumento a la Bandera. Allí se despidió al antiguo capitán, el subprefecto Andrés Zabala y personal del guardacostas le entregó el distintivo gallardete que lo acompañó durante toda su capitanía.
Cabe destacar que el guardacostas Toba, tiene 25 metros de ancho y se destaca por su velocidad, ya que alcanza los 75 kilómetros por hora. Entre el arsenal con el que está equipado incluye una ametralladora pesada calibre 12,70 y dos calibre 7,12. La tripulación de la lancha está conformada por doce efectivos de la Autoridad Marítima que cumplirán funciones a bordo y se relevarán cada 10 días.