Unos 90 presos, muchos de los cuales serían miembros de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), se fugaron ayer de la prisión paraguaya de la localidad de Pedro Juan Caballero, situada a 536 kilómetros al noroeste de Asunción, donde fue encontrado un túnel, aunque el gobierno no descarta que se escaparan por la puerta principal y con la complicidad de las autoridades de la cárcel.
Después de inspeccionar el complejo penitenciario, la policía descubrió que todo el bloque que albergaba a los miembros del PCC estaba vacío. En una de las celdas, encontraron unos 200 sacos de arena.
El Ministerio de Justicia no proporcionó todavía la lista de fugados, aunque algunos medios locales mencionan la cifra de 91, y que uno de los presos habría sido capturado cuando salía del túnel, de madrugada.
En declaraciones a la cadena Telefuturo, el ministro del Interior, Euclides Acevedo, dijo que se baraja la hipótesis de que los internos salieron al exterior por los portones principales de la cárcel y que contaran con el apoyo de los guardias.
Según el testimonio del ministro, el túnel habría sido construido como una fachada para ocultar esa presunta complicidad.
Informantes de inteligencia presumen que los guardias dejaron escapar a los prisioneros en grupos más pequeños en los últimos días, lo cual sucedió mientras el director de la cárcel estaba de vacaciones.
La Policía Nacional ya comenzó un operativo de búsqueda de los fugados en la zona de Pedro Juan Caballero, fronteriza con Brasil y uno de los centros de operaciones de la temible y poderosa banda PCC.
La banda originaria de San Pablo tiene casi 30.000 miembros y está involucrada en el tráfico de drogas y armas. Opera en todo Brasil y en los vecinos Paraguay, Bolivia y Colombia.
El pasado diciembre, la ministra de Justicia, Cecilia Pérez, informó que contaban con “información de inteligencia penitenciaria” que apuntaba a un plan de fuga o rescate de líderes del PCC, los cuales aportarían una recompensa de 80.000 dólares para ese operativo.
La ministra señaló que no se descartaba que el objetivo fuera liberar a más de una persona de alguno de los centros penitenciarios del norte del país, en concreto, de la cárcel de Pedro Juan Caballero.
El gobierno había anunciado el refuerzo de la seguridad en las prisiones por amenaza de fuga.
Las cárceles paraguayas encierran a líderes del PCC, tanto de nacionalidad brasileña, unos 80, según los datos de Justicia, como paraguayos. Ante esa posible amenaza de fuga, Justicia anunció entonces el refuerzo de la seguridad en los penales del país, donde ya se cuenta con presencia policial y militar, según establece la Ley de Emergencia Penitenciaria.
Esta normativa fue sancionada por el presidente del país, Mario Abdo Benítez, el pasado 8 de septiembre, después de varios enfrentamientos y amotinamientos en los penales del país.
A eso se sumó unos días después la fuga de Jorge Samudio, cabecilla del grupo criminal brasileño Comando Vermelho, otro grupo criminal brasileño que opera en Paraguay asociado al tráfico de drogas.