Decenas de miles de egipcios se presentaron en la plaza Tahrir en medio de fuertes medidas de seguridad, para participar en una nueva protesta para pedir el fin del régimen que encabeza el polémico presidente Hosni Mubarak, que ayer reiteró que no dejará su cagro.
Largas colas de manifestantes esperaban en un puente sobre el Nilo que conecta la isla de Zamalek con el centro de El Cairo, el único punto abierto hasta la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones que se desarrollan desde el 25 de enero.
Para acceder a la plaza por esa entrada hay que pasar por cinco controles de seguridad, montados por militares y civiles que pertenecen a los grupos de la oposición convocantes de la protesta.
Carros de combate del Ejército están apostados al comienzo y al final del puente, algo sin precedentes desde que estallaron las protestas contra Mubarak, ya que en los días previos los blindados se encontraban más próximos a la plaza Tahrir.
También hay alambrados en el acceso a la plaza donde los soldados piden la identificación de las personas que acceden y chequean por separado a hombres y mujeres, lo que está generando largas colas de manifestantes que quieren entrar a la plaza Tahrir.
No se ven partidarios de Mubarak en los alrededores, donde en los últimos días, los manifestantes a favor del régimen protagonizaron actos de violencia en las cercanías y dentro de la plaza.