Cerca de 15 mil personas se movilizaron este jueves por la noche en las calles de Santiago, Chile, exigiendo la demanda por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito.
La convocatoria también fue contra el racismo hacia las mujeres migrantes y mapuche que es difundido por el propio Estado y el gobierno de Sebastián Piñera que impulsa expulsiones masivas a personas migrantes, además de la represión sistemática contra el pueblo mapuche que hace unos días atrás se cobró la vida de un joven comunero.
Los pañuelos verdes coparon una vez más la principal avenida de Santiago en la séptima marcha a favor del aborto libre en Chile, una demanda histórica de los colectivos feministas que consideran insuficiente el aborto terapéutico aprobado en el país en 2017.
«Aborto legal, seguro y gratuito», la proclama que retumbó a lo largo de la séptima marcha por el aborto libre que se realiza en Chile y que este año sumó a grupos migrantes que añadieron a la movilización un grito antirracista.
«Las mujeres de todos los tiempos abortamos, siempre abortamos. Cuando una se enfrenta a un embarazo no deseado lo termina (…) quien no tiene recursos no tiene redes de contención aborta de la peor manera, aborta con graves riesgos para su salud y vida, y eso es lo que pasa en Chile”, dijo a la AFP Gloria Maira, coordinadora de mesa de acción por el aborto libre en Chile.
La activista marchó junto a miles de manifestantes, en su mayoría mujeres, en una movilización que tuvo baile, tambores y altavoces que repitieron mensajes alusivos a la demanda que los convocó.
«Abortamos la opresión y la misoginia», fue uno de los mensajes que se hicieron sentir frente a la sede del gobierno chileno, La Moneda.
El dictador Augusto Pinochet prohibió en el último año de su régimen (1973-1990) el aborto en todas sus formas, y recién en 2017 el Congreso chileno aprobó una norma impulsada por la socialista Michelle Bachelet, dos veces presidenta de Chile, que despenalizó el aborto en tres causales.
Riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación son las causales que allanan el camino para que las mujeres interrumpan un embarazo en Chile.
Estas causales incluyen apenas el 3% de los miles de abortos que se realizan en el país de forma clandestina, aseguran los movimientos sociales que consideran insuficiente la legislación actual.
Asimismo, los movimientos feministas denuncian falencias en el sistema de implementación del aborto terapéutico.
Para Maira falta «voluntad política» desde el gobierno de Sebastián Piñera para que la ley se cumpla sin fisuras.
La activista recordó que se presentó un proyecto de ley para avanzar hacia el aborto libre, pero concluyó: «con este gobierno no tenemos esperanzas, pero lo vamos a lograr tarde o temprano».