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Masonería en Rosario: la historia de la logia femenina Flora Tristán Nº 10

Bajo ese nombre existe en la ciudad desde 2016, pero la logia nació unos años antes. El templo está ubicado en calle Laprida al 1000, lugar de congregación de otras logias, aunque son todas independientes. Este sábado junto a la logia masculina Unión Nº17 realizarán una visita guiada al cementerio El Salvador

En Rosario se puede caminar entre varias ciudades. Hay muchos mundos por conocer, aunque no todos quieren ser descubiertos. Como en todo el planeta, hay masones. Se organizan en logias, tanto femeninas como masculinas, que aquí tienen un lugar en común: el templo masón ubicado en calle Laprida 1027. Ellos mismos definen que la masonería no es secreta, pero sí discreta. Una de las logias femenina es Flora Tristán Nº 10, perteneciente al Gran Oriente Simbólico Femenino de la República Argentina. Y junto a la Logia masculina Unión 17, la más antigua de la ciudad, realizarán la tercera visita guiada al cementerio El Salvador para contar la historia masónica local. El recorrido comienza en Ovidio Lagos 1840, a las 10, sin inscripción previa.

Logia Flora Tristán Nº 10: su historia a través de la palabra de la venerable maestra

Una de las logias masónicas femeninas de Rosario no lleva cualquier nombre. El elegido es el de Flora Tristán. El número corresponde a la denominación inscripta en todo el país. Lorena Ferrand es Venerable Maestra en la logia y en diálogo con El Ciudadano contó sus inicios y algunas características de la agrupación.

La logia existe en la ciudad desde hace más de 10 años, pero el 23 de enero de 2016, recibió el nombre actual mediante una votación.

La masonería comenzó siendo solo de hombres. Con el paso de los años, las mujeres lograron también entrar en ese campo. Al principio, sólo podían pertenecer a una logia “por adopción”: sea por ser hijas, esposas o hermanas de integrantes varones. Esto fue así en Europa hasta el siglo XVIII, cuando por fin pudieron ser parte por sí mismas.

“La masonería femenina es mucho más moderna”, explicó la venerable maestra. Señaló que la logia que integra pertenece al Gran Oriente Federal de la República Argentina (Gofra), espacio donde se nuclean muchas logias del país aunque trabajan de manera independiente.

“Nuestra logia funciona desde 2017 con este nombre, y en este momento somos unas 14 mujeres”, explicó y dijo que son muy pocas en relación que los hombres que tienen logias más antiguas y con más miembros.

El templo de Laprida al 1072 es compartido por varias logias. No es cerrado: abre al público en general para eventos como el Open House o la Noche de los Museos. Las reuniones abiertas se llaman “tenidas blancas” y los encuentros particulares de cada logia son “tenidas” a secas, donde se trabaja y debaten diferentes temáticas.

La logia Flora Tristán se reúne los segundos y cuartos viernes de cada mes. “Buscamos estudiar, perfeccionarnos y llevar ese perfeccionamiento a la sociedad”, indicó Lorena.

La masonería es una escuela filosófica ligada al libre pensamiento. Dentro de cada logia hay diferentes cargos: presidente, vicepresidente primero y vicepresidente segundo. La presidenta es la venerable maestra, en este caso Lorena Ferrand. “Esos cargos los ocupan los maestros, luego están los aprendices y los compañeros”, detalló la venerable maestra desde hace un año.

Lorena ingresó a la masonería casi de casualidad: una amiga le contó que su pareja es masón y allí estableció contacto. Luego se enteró de que existía también logia femenina. Y el 2 de junio de 2013, ingresó. “Si bien el camino es en conjunto, también se trata de un camino individual”, remarcó.

La masonería estuvo vinculada en algún tiempo a lo secreto, lo oscuro, al misterio. Hoy es diferente. “Ya no es secreta sino discreta”, reiteró.

Lorena resumió que la masonería es una escuela filosófica, filantrópica y progresista. Las logias son los equipos de trabajo y los primeros masones fueron albañiles, constructores que trabajaban con herramientas y construían los grandes templos. “Esos principios hoy los tomamos de forma abstracta, con carácter filosófico”, indicó.

La forma de reconocerse hoy en el mundo es a través de los símbolos: escuadra y compás. “Por ejemplo, si voy a Japón, no domino el idioma pero veo a una mujer que tiene en su saco un pin con una escuadra y un compás, sé que compartimos los mismos principios”.

Visitas al El Salvador: por qué ese cementerio, una guía masónica y un recorrido con historia

Jésica Contreras trabaja en el área de preservación de Patrimonio del Cementerio y como guía en las visitas. Ella es masón y pertenece a la logia Flora Tristán Nº 10.

“Primero ingreso a trabajar en el cementerio El Salvador al área de preservación y gestión en patrimonios municipales que es un área que realiza actividades culturales en los dos cementerios municipales (El Salvador y La Piedad). Yo ingresé en 2012 y me interesó los panteones por sus arquitecturas, simbologías e iconografías, algunos eran masónicas y comencé a investigar”, relató Jésica.

En 2012, se contactó con la logia masculina Nº 17, ya que la mayoría de los panteones pertenecen a la logia más antigua de la ciudad, la que “nunca abatió columnas”, señaló Jésica (término masónico que significa suspender los trabajos activos, cerrar o disolver una logia).

Pasaron unos años antes de que supiera sobre las logias femeninas. En 2019 se realizó la primera visita guiada al cementerio encabezada por la logia Flora Tristán Nº 10. “Luego de la visita, envié los papeles de admisión y solicité mi ingreso en la logia”, recuerda.

Las visitas guiadas al cementerio, con diferentes temáticas, existen desde hace unos 10 años. El formato siempre se mantuvo: segundos y cuartos sábados al mes. Hay otras, nocturnas, que encabeza el secretario de cultura, Dante Taparelli.

El cementerio El Salvador es el escenario de las visitas por varias razones: es monumental, según palabras de Jésica. Tiene casi todos panteones y solo cuatro sepulturas en tierra. Es muy similar al cementerio de Recoleta por su arquitectura. Las visitas se han realizado con diferentes temáticas: arte, arquitectura, historia, etc.

El cementerio El Salvador data del 1800 y se encuentra gran parte de la alta burguesía rosarina. “Por esa razón hay apellidos reconocidos como Arijón, Castagnino, Recaño, entre otros”, indicó la masona y guía turística.

Invitación para el sábado 23 de septiembre

La visita guiada temática en el Cementerio El Salvador ubicado en calle Ovidio Lagos 1840 será el próximo sábado a las 10 y la entrada es libre y gratuita.

La actividad estará dirigida por integrantes de la logia masónica femenina Flora Tristán Nº 10 de Rosario, perteneciente al Gran Oriente Simbólico Femenino de la República Argentina, en conjunto con miembros de la Logia masculina Unión 17, la más antigua de la ciudad.

El relato de los guías buscará visibilizar la simbología del cementerio, representada en las construcciones funerarias, en donde se analizarán desde un punto de vista masónico las representaciones como el uróboro, la calavera, la clepsidra alada, entre otros.

Asimismo, se recordará la vida y obra de reconocidos masones que hicieron a la historia de nuestra región: Eudoro Díaz, Zenón Pereyra, Melquíades Salvá e Isidro Aliau.

Existen muchos personajes históricos que han pertenecido a la Masonería, entre ellos Mozart, Manuel Belgrano, José de San Martín, Walt Disney, Martin Luther King, Simón Bolivar y Sigmund Freud. También son de origen masónico numerosas instituciones como la Cruz Roja, Los Boys Scout, UNICEF, la ONU, la Comunidad Europea.

Quién fue Flora Tristán

Flora Celestina Teresa Enriqueta de Tristán y Moscoso  más conocida como Flora Tristan fue una escritora, pensadora y feminista francesa de ascendencia peruana. Fue una de las grandes fundadoras del feminismo temprano.

 

Dio la batalla por la igualdad a mediados del siglo XIX a través de un texto para la emancipación de las mujeres y les dejó en claro a los obreros de su tiempo que la misma «ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción, oprime también a los hombres proletarios».

Fue hija de un militar y diplomático peruano y una francesa en el inicio del siglo XIX, muerto su padre que nunca la llegó a reconocer, vivió en los barrios más pobres de París y con apenas 17 años fue obligada a casarse. Sufrió el maltrato y la violencia.

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