La escena de balotaje pone en valor los votos obtenidos por Sergio Massa. Al candidato presidencial de Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) no le alcanzó para dar el batacazo y meterse entre los dos postulantes más votados pero obtuvo un para nada despreciable 21,7 por ciento tras el cual, seguramente, irán a la caza Mauricio Macri y Daniel Scioli. De todos modos, el tigrense aún no dio pistas sobre qué postura tomará de cara a la segunda vuelta del próximo 22 de noviembre aunque sí indicó que en las próximas horas deliberará con los integrantes de su espacio para definir el camino a seguir.
El líder del Frente Renovador estableció su centro de cómputos en el complejo Pipa, de la localidad tigrense de Rincón de Milberg, indicó: “Nosotros sabemos cuál es nuestro rol y cuál es nuestra responsabilidad de cada al futuro de la Argentina, y seguramente en las próximas horas, intendentes, legisladores, cada uno de los que integran nuestra fuerza nos vamos a juntar para armar un documento único que les muestre a los argentinos que hay otra forma de hacer política”.
“Quiero además felicitar a Daniel y a Mauricio por la elección que hicieron. En tres semanas seguramente los argentinos tengamos que elegir un camino”, sostuvo Massa unos minutos antes de las 23 cuando salió a dar su discurso acompañado por los principales referentes de su espacio, como su compañero Gustavo Sáenz, Roberto Lavagna, Felipe Solá, Facundo Moyano, su mujer Malena Galmarini y sus hijos.
“Queremos que por una vez en la Argentina no se discutan cargos, sino programas de gobierno. Que el camino del cambio lo construyamos no en quién saca ventaja en el corto plazo, sino en cómo les generamos un país mejor a nuestros hijos y a nuestros nietos”, señaló.
“Nos van a encontrar en el camino de construir un cambio positivo e inteligente”, afirmó.
El postulante de UNA destacó que la suya fue una “campaña de propuestas, que obligó al resto de los candidatos a mostrar sus equipos” e instó a “no bajar los brazos” a “todos aquellos que a lo mejor tienen el sabor amargo de la decepción por no haber alcanzado el lugar soñado en la pelea por gobernar la Argentina”.
Por último, subrayó que incluirá en su “agenda de planteos para el futuro” políticas orientadas a que “no haya impunidad con la corrupción”.
El actual diputado nacional logró esquivar el escenario de polarización y, contra todos los pronósticos, no sólo que mantuvo los votos obtenidos en las Paso (un gran porcentaje que corresponde a su rival del 9 de agosto José Manuel De la Sota) sino que incrementó su caudal, de los 20,57 por ciento de la primaria, a los más de 21 puntos porcentuales que se traducen en más de 4 millones de votantes.
Está claro que los dirigentes no son los “dueños” de los sufragios y que por más que apunten con el dedo, no logran dirigir homogéneamente a quienes los votaron, pero este domingo dejó un gran interrogante: ¿Qué hará Massa? ¿Se recostará en el justicialismo y apoyará a Scioli? ¿Retomará la fallida alianza opositora junto con Macri?