Un supermercadista de origen asiático fue asesinado en la localidad de Funes durante la tarde de ayer, en un violento robo. El hecho ocurrió cerca de las 15.30 en la puerta del comercio de la víctima, cuando su titular, un hombre de 69 años, regresaba de realizar transacciones bancarias en la ciudad de Rosario, a bordo de un remís. Según fuentes policiales, dos asaltantes armados con pistolas llegaron al lugar montados en una moto color azul e increparon al comerciante exigiéndole que les entregase un bolso donde en teoría llevaba dinero. Ante la negativa de la víctima, le dispararon a la altura del abdomen, haciéndose del botín, para luego darse a la fuga sin dejar rastro. El hombre herido murió desangrado en el lugar del ataque. Los vecinos de la zona se quejaron porque “la ambulancia tardó 20 minutos” en llegar para brindar asistencia al baleado. Por el caso no hay ningún detenido.
De acuerdo con los voceros del caso, el episodio se produjo en Tomas de la Torre al 1400 de la vecina localidad de Funes, ubicada 15 kilómetros al oeste de Rosario. Allí se encontraba Chan Junkinc, de 69 años y dueño del autoservicio Sol de Mayo, quien había llegado hasta el lugar a bordo de un remís junto con su nuera.
Según los pesquisas, el hombre y la muchacha venían de un banco rosarino donde, habían realizado una transacción de compra-venta de dólares.
“Mi hijo lo vio todo, la nuera del viejito bajó del coche para abrir el local, el señor le estaba pagando al chofer del auto. En ese momento llegaron dos morochos en una moto azul de 150 centímetros cúbicos. Los dos enfierrados. Se bajaron del rodado y encararon para el auto donde estaba el chino”, indicó uno de los vecinos del comercio.
Es en este punto que la versión de los testigos y la de los policías se contradice. Según contaron a El Ciudadano comerciantes de la zona, “los tipos abrieron las dos puertas y le dispararon, uno de cada lado, sin decirle nada”. En cambio, los pesquisas relataron que el primer tiro impactó sobre una de las ventanillas, debido a que se encontraba cerrada, y el segundo disparo se produjo luego de un forcejeo con la víctima, que se negó a entregar el botín.
Lo que queda claro es que los asaltantes actuaron a cara descubierta y que, luego de herir de muerte al comerciante, se llevaron un bolso o maletín, para desaparecer ante la vista de todos.
Con el hombre aún con vida, su hijo salió del comercio y lo sacó del remís. “El pobre viejo se desangró adentro del supermercado. Había un charco tremendo de sangre. Es más: todavía están las marcas de la suela de la zapatilla del hijo, con la sangre del finado. A todo esto, con terrible revuelo, la Policía tardó 15 minutos en llegar ¡Y la ambulancia 20! ¡No miento, eh! Lo cronometramos todo”, indicó uno de los testigos.
En relación a lo robado, una alta fuente de la Unidad Regional II señaló que, debido al hermetismo con el que se manejan, por lo general, las personas de la colectividad china, les fue muy dificultoso conseguir datos certeros. “Creemos que fue mucha la plata que se llevaron los choros. Sabían lo que estaban buscando. Evidentemente lo venían siguiendo y manejaban datos certeros de la plata. Pero los parientes del muerto no nos dijeron nada. Se niegan a informar cuánto les robaron. De casualidad nos dieron sus datos. Esto va a dificultar el esclarecimiento del hecho”, indicó el uniformado.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno, con la colaboración de la Brigada de Homicidios, Inspección 5ª Zona y la comisaría 23ª, con jurisdicción en el lugar del hecho.
Al cierre de esta edición no había sospechosos ni detenidos por el crimen.
