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Matar el futuro: frenaron construcción de los reactores Carem y RA-10, que están en sus etapas finales

Son dos proyectos estratégicos. Con el primero se garantizaba el autoabastecimiento de radioisotopos de uso médico. El segundo podía brindar energía eléctrica a ciudades pequeñas y medianas. Son desarrollos autónomos con ingeniería y tecnología nacionales que se pueden exportar

Dos proyectos estratégicos, autónomos, con tecnología de punta y que le permitirían a la Argentina posicionarse a la vanguardia en materia nuclear por ser únicos en el mundo no podrán finalizarse. El Gobierno nacional decidió cortarles el presupuesto cuando están en sus etapas finales. La Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) comunicó que los reactores Carem y RA-10 no podrán continuar porque la situación presupuestaria de la institución es crítica.

El Carem es el primer reactor nuclear de potencia desarrollado y construido totalmente en el país, con un diseño único. Está en la ciudad bonaerense de Lima y es pionero: el primero modular (SMR, por sus siglas en inglés) de baja y media potencia del mundo que está en construcción. El RA-10 es el reactor multipropósito más moderno del planeta. Su puesta en marcha en el Centro Atómico de Ezeiza permitirá cuadruplicar la producción de radioisótopos de uso médico para estudios, con lo que garantizará la demanda interna y permirtirá exportarlos. Además, con su funcionamiento, el país podrá vender al exterior silicio dopado por transmutación neutrónica, un producto de alta demanda global para la producción de chips de computadoras de alta potencia, y ofrecer innumerables servicios para la ciencia y tecnología como la producción, testeado y estudio de materiales. Con ambos, la Argentina se posicionaría como una protagonista en esos sectores de punta.

 

El corte de fondos para los trabajos, en el caso del Carem, obligó al gremio de la construcción a declarar un paro tras el despido de 69 trabajadores de una de las subcontratistas de Nucleoeléctrica Argentina, encargada de la obra civil del reactor. La decisión del Gobierno de Javier Milei de paralizar toda la obra pública sin consideración de su importancia y necesidad estratégicas es la responsable. La situación límite fue confirmada por el secretario General de la Uocra de la seccional Zárate, Julio González.

 

La doctora en física Adriana Serquis, que presentó su renuncia como presidenta de la Cnea antes del cambio de gobierno, aunque aún no se la aceptaron, envió una nota al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, para comunicarle la decisión de parar las obras en el Carem y el RA-10 desde el lunes último por falta de fondos, de acuerdo a lo que publicó el portal El Destape.

“A comienzos de año, con el secretario de Energía habíamos quedado en que el crédito que se otorgara se iba a pagar. Eso no fue cierto. Hasta el viernes, no habían pagado absolutamente nada del presupuesto 2024 excepto salarios y becas. Veníamos sobreviviendo porque nos habían pagado una deuda de 2023, pero llegamos a esta situación que se denuncia en la nota de los gerentes», señaló Serquis sobre lo que expusieron todos los gerentes de la Cnea en un escrito.

«Después de eso, nos pagaron 3000 millones que representan el 11% nada más de todo lo que nos deben. La obra civil del RA-10 está completa en un 100% (el avance en general es del 85%). Se esperaba que con los contratos vigentes con Invap y todas las subcontratistas se pudiera terminar para el año que viene y empezar la puesta en marcha. Y en el caso del Carem, es un proyecto que está cerca del 70% de avance, uno de los más adelantados del mundo y uno de los únicos que tenía la oportunidad de completarse mucho antes de 2030, cuando otros países plantean tener los suyos listos. Nosotros planeamos incluso adelantar de 2028 a 2027 la posibilidad de puesta en marcha», continuó la presidenta de la Cnea sobre el estado de situación y el por qué de la decisión obligada que puede dar por tierra lo que el país avanzó en la carrera para posicionarse como un jugador de primer nivel en el sector nuclear de usos pacíficos.

El crédito presupuestario con el que cuenta la Cnea para todo 2024, que es el prorrogado de 2023 pese a la inédita inflación, alcanzaría apenas hasta mayo o junio, según de qué área se trate.

En el documento de los gerentes se especifica que “en lo que respecta a la ejecución presupuestaria, se le había asignado a la Cnea una cuota total para devengar durante todo el primer trimestre de 26.337.326.448 pesos, sin considerar los sueldos. A la fecha, sorteando muchos obstáculos presupuestarios, se ha logrado devengar 10.435.166.814 pesos y está devengando otros 8.343.614.745 que suman 18.778.781.559 peoss y configurarán la deuda exigible al momento».

El texto agrega sobre el ahogo presupuestario: «A pesar de los esfuerzos institucionales por ejecutar toda la cuota de gasto durante todo este primer trimestre del año, no se hicieron las transferencias de fondos para poder realizar los pagos efectivos a los proveedores, con la única excepción de las transferencias correspondientes a salarios y becas. Recién en el día de hoy, terminando el trimestre, está llegando la primera cuota de transferencia de fondos por 3.077.859.234 pesos que representan sólo el 11,7% de todo lo que se había previsto devengar y el 16,4% de lo que será la deuda exigible de proveedores, que alcanzará para pagar una mínima parte de todo lo comprometido”.

Lo que está en juego es nada menos que 70 años de historia nuclear argentina en los cuales la Cnea y sus empresas asociadas diseñó, construyó y opera 19 reactores nucleares. Y lleva exportados siete. El desfinanciamiento del Carem, un desarrollo estratégico para ingresar en el mercado mundial de reactores de potencia, es aún más grave en un momento en que es relevante estar a la vanguardia de este tipo de tecnología con la transición energética en pleno auge. El mismo sinsentido está detrás de la paralización del RA-10, con el cual el país sería protagonista en la producción de radioisótopos medicinales y material para los circuitos integrados de última generación. La infamia de un supuesto «ahorro», apoyado en la ignorancia y sólo sustentado en planillas Excel, será en realidad una pérdida difícil de cuantificar a futuro.

 

Motosierra al desarrollo

El 6 de marzo último, en la sede central de la empresa de alta tecnología de la provincia de Río Negro, Invap, una de las generadoras de la tecnología del proyecto Carem, la Cnea firmó un memorando de entendimiento “para trabajar en forma conjunta en la exploración de futuras oportunidades de exportación del reactor y otros servicios asociados”. Por ejemplo, la producción de radioisótopos para la medicina en el tratamiento de tumores complejos.

El acuerdo, rubricado en San Carlos de Bariloche, fue entre la presidenta de la Cnea, Serquis, y el gerente General y CEO de Invap, el ingeniero Darío Giussi. Ahora, todo eso se derrumba

 

Reconocimiento internacional, boicot interno

En septiembre del año pasado, durante la 67° Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea) en Viena, Austria, la Argentina fue reconocida como un país líder en la materia, gracias en particular a los dos proyectos que ahora, por decisión del Ejecutivo nacional, se paralizan.

En la reunión de la delegación nacional con el director general del organismo, el también argentino Rafael Grossi, que en esa instancia renovó su mandato, se pasó revista a la agenda de cooperación técnica con el Oiea. Se mencionaron como los proyectos más descados –que en parte financia la entidad internacional– tres grandes obras de ingeniería: el Proyecto Carem, el RA-10 y el Centro de Protonterapia, en la ciudad de Buenos Aires.

En Viena, Argentina se destacó con un stand compartido entre la Cnea y el Invap. Allí se exhibieron maquetas y se brindó información sobre el Carem y el RA-10. La delegación de Cnea también participó en el Foro Científico con la presentación “Nuevos reactores nucleares para la producción de energía”, enfocada en el papel trascendente del reactor modular para la solución a la crisis climática.

La delgación argentina mantuvo además reuniones con sus contrapartes técnicas de Francia, Brasil, Hungría, China, Sudáfrica, Arabia Saudita e Indonesia, entre otros países. Y con instituciones como Ansto (Australian Nuclear Science and Technology Organization), que tiene a su cargo el reactor Opal, desarrollado por Invap.

En un evento sobre la red Global Water Analysis Laboratory de la Oiea, la presidenta de la Cnea, Serquis, expuso los resultados de un proyecto de cooperación técnica implementado entre 2016 y 2021 para “la evaluación de la calidad y la disponibilidad de las fuentes de agua en ciertas regiones de nuestro país usando las técnicas de hidrología isotópica”. Se trata de técnicas analíticas nucleares, «como el estudio de los diferentes isótopos del agua que permite clasificar la edad del agua subterránea», una información que «se utiliza para estrategias del manejo de este recurso que es vital”.

Todo eso, esta en riesgo de perderse.

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