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“Maten a Hamlet”, el lado B de la tragedia de Shakespeare con el humor de Los Macocos

El histórico grupo porteño surgido en los años 80 vuelve a Rosario este sábado para presentarse en La Comedia con su singular mirada del clásico que desde el humor bufonesco que los caracteriza atraviesa la historia y dialoga con el presente


Referentes históricos del teatro argentino con casi cuatro décadas de un recorrido compartido que comenzó en el cursado de la carrera de actuación en el Conservatoria Nacional de Arte Dramático en los años 80, Los Macocos, la compañía porteña de humor que integran Martín Salazar, Marcelo Xicarts, Daniel Casablanca y Gabriel Wolf, volvió al ruedo en 2019 y el año pasado, con un primer título original tras 16 años, estrenó Maten a Hamlet, bajo la dirección de Sebastián Irigo, espectáculo que los devolvió como grupo a los escenarios y que este sábado los trae de regreso a Rosario, una ciudad que frecuentaron desde los 90, con aquel recordado Guiso de Macocos en los mejores momentos del galpón del CEC, junto a los locales de la Agrupación Filodramática Te Quisimos Con Locura, que por entonces ofrecía su versión de Adiós y buena suerte del colectivo porteño.

Maten a Hamlet, surgido en medio de un proceso de trabajo que llevó varias escrituras de un texto planteado en medio de la pandemia, es y no es Hamlet, es y no es Shakespeare, o en todo caso es una manera ingeniosa y disparatada, muy en sintonía con las lógicas escénicas de los creadores de clásicos como La fabulosa historia de los inolvidables Marrapodi, de acercarse a un “intocable” del teatro partiendo de la lógica que Shakespeare hacía un teatro muy popular y para nada solemne.

“Matar a Hamlet para que renazca con todo su humor y profundidad de las cenizas de la solemnidad”, sostienen los creadores de esta banda humorística que, con ese fin, intervinieron el clásico a partir de la historia de cuatro bufones que llegan a Dinamarca con el sueño de ser recibidos por Yorick, el gran bufón de la corte de Elsinor, pero llegan cuando el rey ha sido asesinado y las cosas en el Castillo no están bien. “Algo huele a podrido en Dinamarca y ellos, están allí”, adelantan.

Precisamente, el cráneo del desgraciado Yorick es uno de los tantos personajes de esta tragedia, el que habilita en el príncipe la ya mítica frase existencialista “ser o no ser, esa es la cuestión”, que aquí, y con el paso del tiempo, se volvió comedia, como pasa cuando se repiensan las tragedias.

“Hace mucho tiempo que no vamos a Rosario, siendo que una época viajábamos muy seguido, tipo una vez por mes. Todo ese recorrido llega hasta el 2010; después dejamos de trabajar juntos por muchos años y ahora que volvimos y pensamos en una gira, decidimos que queríamos volver a Rosario”, contó a modo de adelanto Martín Salazar.

Humor metateatral

Los Macocos definen a Maten a Hamlet como “una mamushka teatral”, porque se trata de un material que, por capas, se va metiendo dentro de una ficción a partir de otra ficción, asumiendo el gran desafío de abordar con humor la obra que, según los expertos, examina el alma humana, “y reflejarla como ninguna otra, sus desvelos, algo que nos permite jugar una ficción, dentro de otra ficción, dentro de otra. Una obra, dentro de una obra, dentro de otra; por eso la planteamos como una mamushka teatral”, sostienen acerca de esta propuesta que no es ni una versión, ni una parodia de Hamlet. Por el contrario, sostienen: “Es una obra totalmente nueva que cuenta el lado B de la archiconocida tragedia”.

“Esta obra no es una adaptación de Hamlet, sino una obra que atraviesa Hamlet. Partimos de una imagen, y si pensamos cuál es la imagen, o al menos una de ellas, que representa al teatro, se nos viene a la cabeza de inmediato esa escena de la calavera de Hamlet, la del príncipe con la calavera en la mano. Vemos esa imagen y ya sabemos que es Hamlet, que es teatro, el tema es que nosotros venimos a contar la historia de la calavera (risas), por eso decimos que esta obra es el lado B de todo. Y esa calavera es la de Yorick, el bufón que es el único ser que le dio un poco de amor a Hamlet en medio de tanta locura”, contó Salazar y agregó que la obra original, la tragedia de Shakespeare, “como todos sabemos, es una tragedia espantosa, pero en medio de todo ese horror, el único que le da un poco de comprensión real al príncipe es Yorick”.

En Maten a Hamlet, Los Macocos dan vida a cuatro bufones trashumantes, con hambre de escenario y del otro, que por algún milagro dramatúrgico logran entrometerse en el famoso castillo de Elsinor donde acontece la tragedia. “Estos cuatro personajes son los sobrinos de Yorick y se meten en el casillo para representar finalmente la obra de teatro que en la obra original, Hamlet se la da a unos trágicos para que cuenten lo que realmente ha pasado con su padre, el rey. Hamlet, para denunciar el crimen de su padre, usa a esos actores y a esa obra de teatro (la titula «La Ratonera», una trampa para su tío Claudio al que considera una rata). Esa es una gran metáfora de la obra: el teatro, a través de la ficción y de la representación, denuncia lo que está sucediendo, más allá de que algunas veces, en el teatro se terminen las metáforas como pasaba con Brecht o acá con Teatro Abierto, y no se pueda representar nada y entonces hay que salir a decir las cosas como son”, destacó el actor acerca de este trabajo dramatúrgico que hicieron con el clásico para ver a Hamlet “desde el prisma Macocos”.

Con el humor que caracteriza a la banda, llevando las escenas al delirio, la lógica de Los Macocos, desde un comienzo, pasa por poner en primer plano el oficio del actor en el presente y también en perspectiva, dado que algunos de los avatares que se cuentan del oficio artístico arrancan con la tragedia en cuestión, entre muchas otras. “Lo que contamos, lo contamos con una capa más del teatro dentro del teatro y desde el humor. El teatro es ficción, acá esa ficción es humorística y nos permite soportar la verdad un poco mejor. De todos modos, disfrutamos mucho el hecho de meter un poco las narices en lo que es la tragedia y sobre todo la poética de Shakespeare, pero el humor es un camino para nosotros. Y si alguien lee Hamlet con los ojos de hoy en día, aceptando todas las traducciones que hay que son muchísimas, tiende al humor, e incluso en el 1600 quizás también; pensemos que no había tele, redes, ni internet, la gente iba al teatro a divertirse, a distraerse; iban a la sala a ver teatro pero también comían, se peleaban, era un gran despelote, una gran feria (risas). Por eso decimos que Hamlet está, también, cargada de humor. Hay veces que nos dicen: «Qué bueno este chiste que metieron» y es un texto original de la obra al que solamente lo desempolvamos un poco”, destacó el artista, que reconoció que, incluso, el texto original tiene también una lógica antipatriarcal en la actitud de Hamlet de oponerse a ese mandato paterno, “que es el gran interrogante de este personaje: si debe o no continuar con ese mandato paterno”, planteó.

Humor a identidad

A través de un recorrido muy ligado a la formación pero sobre todo a la praxis, el humor de Los Macocos se apropió de un lenguaje, quizás con ese concepto que sostiene que para ser original hay que volver al origen, y así mucho del teatro del Río de la Plata, el de los Hermanos Podestá, el circo y el clown, convive muy saludablemente en su producción escénica, con un humor que, al mismo tiempo que divierte, invita a la reflexión y baja línea.

“Nuestro trabajo, lo que hacemos desde un principio, desde los años 80, es un teatro popular y no me refiero a algo masivo que hasta sería una contradicción. Pero sí popular, un humor con una tradición que es argentina y más precisamente rioplatense, que comienza con el circo y el clown. Somos fieles a esa historia teatral que siempre buscamos seguir abonando desde que arrancamos, cuando estaba muy de moda el clown y lo sigue estando, pero aquellos años fueron el auge, vinieron grandes docentes europeos a la Argentina. Pero estudiando llegamos a la conclusión de que nuestro teatro viene de ahí, del circo, de los payasos, de los Podestá, y esa impronta donde la payasada se mezcla con la tragedia, eso es el humor de Los Macocos”, reflexionó el actor.

Y sobre lo político que desde ese humor refleja el lenguaje de Los Macocos, cerró: “Todo es político y el teatro mucho más. Siempre estamos emitiendo una opinión y denunciando algo, sobre todo a través del humor, lugar a partir del cual siempre se denuncian cosas. Y en este caso, lo que denunciamos o en realidad desde esa denuncia homenajeamos con este espectáculo, es a todos los cómicos, a todos esos artistas que después de tanto tiempo de pandemia siguen poniendo el cuerpo en escena; estos bufones salen de la peste medieval para seguir haciendo lo que tienen que hacer que es divertir a los demás a pesar de todo”.

Para agendar

Maten a Hamlet, de Los Macocos, con dramaturgia y las actuaciones de Martín Salazar, Marcelo Xicarts, Daniel Casablanca y Gabriel Wolf, bajo la dirección de Sebastián Irigo, se presenta este sábado, a partir de las 21, en el Teatro Municipal La Comedia, de Mitre y Ricardone. La propuesta cuenta con asistencia de dirección de Lucila Casalis, producción ejecutiva de Jimena Morrone, diseño de luces de Leandra Rodríguez, técnica de luces en gira de Diego Becker y Gabriel Haenni, diseño escenográfico de Marcelo Valiente, vestuario de Analía Morales, coreografía de Vanesa García Millán, música original de Axel Krygier, diseño y realización de títere de Gerardo Porión y stage de Antonio Chávez, con producción general de Sebastián Irigo y Los Macocos, y el auspicio de la plataforma Teatrix. Las entradas, de mil a 2 mil pesos, están disponibles en la boletería del teatro en horarios habituales o a través del sistema http://1000tickets.com.ar

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