Una historia de amor y solidaridad llegó a buen fin gracias a un fallo que, desde Santa Fe, sienta precedente judicial sobre la llamada gestación subrogada. Es una de las alternativas para mujeres que quieren quedar embarazadas pero no pueden, o bien la gestación les impone riesgo de vida para ellas o sus bebés. La complicación en la Argentina es que si bien la ley no la prohíbe, tampoco la avala, y ahí es donde la resolución del magistrado Marcelo Scola marcó un camino para sortear el vacío.
El caso es el de Nahia, que nació el martes pasado. Su nombre en vasco significa deseo. Es el que tuvieron sus padres de tener un bebé. Lo intentaron a lo largo de una década. Laura García, esposa del hermano de Paula Tomé, les ofreció entonces su vientre para una fertilización asistida, y ahí comenzó la historia.
Scola, titular del Juzgado de Familia de San Lorenzo, le explicó a El Ciudadano cómo fue el proceso legal de la maternidad subrogada. “La sentencia salió en diciembre de 2017. Fue una de las primeras que se dictó en el país. (Los padres) se presentaron en el Juzgado ya que una de las partes tienen domicilio en San Lorenzo. El abogado hizo la presentación con medida autosatisfactiva, es decir que no necesitaba otra intervención, y cité a las partes a una audiencia que fue muy emotiva. Explicaron todo, tenían todos los argumentos y apoyo terapéutico que los respaldaba”, señaló.
“Estaba todo bien explicado, ya que uno de los requisitos fundamentales para acceder a una subrogación de vientre es que la madre biológica no pueda quedar embarazada o ponga en riesgo su salud a la de su bebé. Paula lo había intentado por diez años, había perdido embarazos y le habían anticipado un alto riesgo de vida en caso de volver a quedar embarazada. Su cuñada, Laura, tras pensarlo mucho le ofreció a la pareja su útero para llevar el embarazo deseado del matrimonio, que pasa sus días viviendo entre España y la Argentina por cuestiones laborales”, narró Scola.
En la Argentina no hay una legislación explícita sobre subrogación de vientres. El argumento de la pareja es que, si no está prohibido, está permitido. Es lo que esgrimió el abogado patrocinador de Fermí y Paula, Alberto Cerana: pidió una autorización judicial. “La ética nos permite realizar un trámite de este calibre”, justificó.
El juez Scola coincidió con ese criterio, basado en el artículo 19 de la Constitución Nacional (lo que no está prohibido está permitido). El magistrado recogió los argumentos de los requisitos que se habían fijado en el proyecto de gestación subrogada que incluía el proyecto de Código Civil y Comercial unificado pero que quedó fuera en el texto final. Así, dio la autorización legal.
Solidaridad
Laura alojó en su vientre a Nahia, la beba de sus cuñados, que nació el martes pasado con 37 semanas. Relató en el programa de televisión Plan A que transitó un embarazo “muy normal”. Ella tiene dos hijos de 3 y 5 años y explicó que esas gestaciones y los respectivos partos fueron sin ningún inconveniente. Es por eso que pensó en ofrecerse para llevar a la bebé de Paula y Fermí en su panza.
“Yo lo vivo de forma natural, se los ofrecí a ellos cuando me enteré de la situación que vivían, y sus deseos de ser padres. Lo pensé muchísimo, lo hablé con mi marido y luego se lo contamos a ellos”, recordó la mujer que aún estaba con la panza de embarazada a lo que Laura resaltó: “no tengo palabras de gratitud para lo que hizo”.
Como los padres biológicos de la bebé viven mitad del año en España y la otra mitad en Argentina se comunicaron durante todos los meses vía WhatsApp y sobre todo conteniendo mucho a los hijos de Laura que tiene 3 y 5 años y ya saben que el bebé que llevaba su mamá en su vientre no es su hermano sino su prima.
El tratamiento se realizó en el instituto Proar de fertilización asistida y en el equipo médico estuvieron Gustavo Botti y la ginecóloga Alejandra Hallberg que explicaron que para que se lleve a cabo este proceso tiene que ser de una “sincronización minuciosa”: el útero tiene que estar receptivo, hay que realizar la fertilización en un momento adecuado, etc.
Maternidad subrogada
Uno de los casos más resonantes en el país fue en 2012. Una beba fue concebida a través de un «alquiler de vientre» en un centro de gestación de Bombai (India) por una madre argentina –con domicilio en San Lorenzo– y un padre español. Vivían es España, pero la beba al nacer no tenía nacionalidad. En la India no la aceptaban porque no era hija de ciudadanos indios, tampoco española, porque el parto no fue en la península. El caso lo resolvió el mismo juez Scola, quien ordenó inscribirla como argentina.
“Fue un caso inédito, no había antecedentes en el mundo sobre la nacionalidad de bebés de gestación. De hecho, el fallo se tradujo al inglés para tratarlo en otros casos internacionales con la misma problemática”, se enorgulleció. “La niña se llama Cayetana Elsa Argentina, han venido a saludarme y todo, ya que ellos viven actualmente en España”, dijo con emoción.
