“Siempre tratamos de ser contemporáneos a las cosas que están ocurriendo”, comienza diciendo Juan Manuel “Checho” Godoy mirando a Ignacio Molinos que, un poco más allá, asiente con la cabeza mientras ajusta los últimos detalles técnicos en una computadora de su sala de ensayo. Están en la previa al recital de este viernes donde pondrán en público el álbum Imaginario popular, sexto trabajo como Matilda, recientemente seleccionado para ser parte del programa Coproducciones Discográficas de la Editorial Municipal de Rosario (EMR).
Al igual que sus predecesores, Imaginario popular es un disco que tiene mucho para decir de su tiempo y donde la banda da testimonio hablando desde su propia experiencia generacional que logra trascenderla. El material descubre algunas reglas del sistema que profesa la opresión de las libertades individuales e impiden ser genuinos y practicar, en última instancia, la libertad plena.
Bailable y de ritmo pegadizo, cada canción del disco tiene el sello y la personalidad que la banda forjó en sus casi dos décadas de carrera. El dúo trabajó aquí con la meta de hacer que el disco fuera lo más universal posible para ampliar los modos de convivencia y que la escucha se expanda.
Algunos temas develan la dominación presente en las sociedades modernas materializados en lugares como la publicidad, la televisión y el romanticismo; otras canciones, por el contrario, alientan a una emancipación a través del ritual del baile en “Danza sin final”, a la introspección “En la manera”, y en la riqueza de los sonidos en “Música liberación”. Desnuda las causas más profundas que rigen los mandatos sociales. Y en ese punto explora los movimientos normativizantes. Pero lo hace bailando, alegre, a su ritmo como en “Fuera de lo normal” desde donde, por ejemplo, dispara los misiles que viene dirigiendo en los ejercicios anteriores.
“Vamos aprendiendo que no hay puerto a donde llegar. No rijas tu vida por un manual”, comienza diciendo en “Danza sin final”, la primera canción del disco, una oda al amor y la libertad donde revela las situaciones cotidianas que ciegan la razón. Hablarán del tiempo y propondrán que “es el momento: soltemos amarras, sin ataduras todo será mejor”, canta Checho a través de “En la manera”; dice que “el movimiento nos va llevando en dirección a la unidad” en “Música liberación”; y que “vamos a hacer del error nuestro aliado sin rencor”, en “Vamos ardiendo”.
Como todos los del dúo Matilda, Imaginario popular es un disco que abona al amor apelando a reconocerse en los otros pero también en un “uno mismo” con las ataduras propias que carga por descuido, herencia o simple repetición de mandatos sociales. En “Anti romántico” desentraña el amor trágico del modo Romeo y Julieta: “No quiero ser tu dueño ni voy a morir de amor”, dicen.
Cuestiona la norma y enaltece lo extraño que llegará para emancipar, para derribar mitos y pautas sociales. “Lo que no está definido, lo que nunca ha sido calculado, lo que ha sido descartado, lo que no cuadra en lo estipulado… llegará para liberar”, dicen después en “Fuera de lo normal”.
Si al llegar al final de la obra se sufre, se duda y se teme la revolución interna, más cuando el estado de bienestar está a tan sólo un clic de la mano, Matilda comienza a cerrar el disco con “Nuevas formas”, donde propone sin vueltas: “Desterrar el miedo es la misión”. Y cierra con “Iluminados” donde, sin rodeos, enuncia: “Todo se sigue moviendo, te quedaste quieto y es otro lugar”, y “si lo que aprendimos está equivocado, habrá que inventarlo, volver a empezar”.
“Cuando escribo las letras de alguna manera me las estoy diciendo. Son como pensamientos que me digo a mí mismo como tratando de reafirmar ciertas cuestiones para ver si me hacen efecto”, manifestó Godoy a El Ciudadano porque, contó, “al mismo tiempo uno es parte de todos y creo que lo que me pasa a mí le ocurre a otros, y algo que es muy personal termina siendo algo colectivo”.
Imaginario popular reúne nueve canciones heterogéneas que bien funcionan individualmente más allá de su signo colectivo. “No es que estemos pensando que sea un disco conceptual pero sí hay una idea”, dijo Godoy quien oficia de compositor en el dúo, antes de explicar que cuando empezaron a pensar en el material lo hicieron con la premisa de abrir el horizonte, “para no quedar encerrados en el gueto de la música indie o el tecno pop”.
La ruta de casi veinte años que viene transitando Matilda condujo a Molinos y Godoy a una maduración artística. “Nos abrimos”, sintetiza este último. Y no escapa al vértigo de ampliar la idea: “Fuimos descubriendo otros géneros, amigándonos con músicas que escuchábamos de chico o les gustaban a nuestras madres, cantantes melódicos, cumbias o lo que fuere. Nos dimos cuenta que ninguna música es mejor que la otra y cada una es una expresión. Nacho siempre me hacía recordar «Agárrense de las manos», un tema emblemático de El Puma (José Luis) Rodríguez”.
“El año pasado me iba a dormir sintonizando cualquier radio para ponerme ante la sorpresa de escuchar algo inesperado y en un momento arrancó «Agárrense de las manos», y me di cuenta que la producción del tema era increíble”, dijo Ignacio Molinos para agregar, sobre la búsqueda sonora del disco, que se trató de que “no fuera tan brillosa y moderna para encontrar la emoción de esos temas de antes”.
Desde marzo de 2017 hasta agosto último, Matilda se abocó a producir este trabajo. “El nombre y el concepto fueron lo último. El nombre tiene que ver con lo que nosotros creíamos que era la música popular. Y todos los temas tienen estas cuestiones estéticas de ir escondiendo algunos detalles emotivos adentro”, refirió Molinos, quien desgranó parte de ese proceso. “Hacer una introducción parecida a la del Puma Rodríguez, trabajar sobre un arreglo que era como un llamado de atención a los discos de Charly García, a Clics modernos (1983). Las cajas de ritmo y timbres que eran usadas por Prince, Michael Jackson y Virus en los 80. Hay un trabajo que parece invisible pero está presente”.
“Es el imaginario popular de lo que nosotros creemos que es nuestro propio imaginario popular”, aportó a su tiempo Godoy. Y sobre la inspiración para empezar el disco enumeró: “El rock nacional, la música melódica, la música bailable y disco, Los Beatles; todo ese menjunje que fuimos escuchando. Después lo pasamos por el filtro de Matilda y se transformó en otra cosa”.
Para agendar
El dúo Matilda presentará Imaginario popular, su sexto disco de estudio, este viernes desde las 21, en el Galpón de la Música, de Estévez Boero 980, en la Franja del Río